Gisele Bündchen desfila por última vez este miércoles en Sao Paulo

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Sao Paulo

Todos los ojos estarán puestos sobre ella la noche de este miércoles en Sao Paulo: la top model brasileña Gisele Bündchen desfilará por última vez y cerrará con broche de oro parte de una carera fulgurante.

De 34 años de edad, la modelo mejor pagada del mundo anunció hace poco que dejaría las pasarelas durante la Semana de la Moda de Sao Paulo (SPFW), donde debutó hace 20 años cuando este evento también nacía.

Gisele dijo que tomó esa decisión para dedicar más tiempo a la familia que formó con la estrella del fútbol americano Tom Brady. Su despedida será por la noche, cuando modele para la marca Colcci en la tercera jrnada de la SPFW.

"Agradezco haber tenido la oportunidad, a los 14 años, de iniciar esto. Hoy, 20 años después, es un privilegio hacer mi último desfile por decisión propia y aún continuar trabajando en otras facetas de la industria", declaró la modelo este miércoles en su cuenta de Facebook.

Horas antes había publicado un guiño a sus fans: una foto en la que aparece de espaldas y en su camiseta se lee: "Lo mejor está por venir".

"Deja de desfilar en un momento en que está poderosa, maravillosa. Es una decisión inteligente", comentó Dilson Stein, quien descubrió a Gisele Bündchen en 1994 en la pequeña ciudad de Horizontina, en el estado de Rio Grande do Sul.

La hija de Vania y Valdir (descendientes de alemanes asentados en el sur de Brasil) quería ser jugadora de voleibol, pero el modelaje se cruzó en su camino.

"Vi algo en ella. Supe que sería la gran modelo del futuro", afirmó su descubridor.

No fue fácil convencer al padre de Gisele, hasta que poco después un contacto con la agencia de modelos Elite en Sao Paulo fue la oportunidad de mostrar el estilo Bündchen.

"El señor Valdir preguntó sobre las fortalezas de Gisele y exigió a Elite que trazara una planificación estratégica, un proyecto de carrera a cinco años", contó Stein, que también descubrió a otras famosas modelos brasileñas como Alessandra Ambrosio.

El foco en el trabajo ha sido el gran motor de la carrera de Gisele, que según la revista Forbes ganó $47 millones en el 2014 y es la modelo mejor pagada del mundo desde hace ocho años.

En dos décadas como modelo, Gisele llegó a ser modelo de Victoria's Secret y rostro de grandes marcas como Chanel. Hace poco firmó el mayor contrato de su carrera con la empresa estadounidense de ropa deportiva Under Armour, por más de $25 millones, según Forbes.

Ya trabajó con Alexander Wang, Balenciaga, Carolina Herrera, Valentino, Versace o Louis Vuitton. Buscó diversificarse: en el 2011 lanzó su línea de lencería Gisele Bündchen Intimates y coqueteó con el cine en la película El Diablo se viste a la Moda, del 2006.

En el modelaje se labró fama de exigente, responsable y muy dedicada a su trabajo. A su belleza deslumbrante, agregó actitud y determinación.

Su carrera es manejada con celo por un estrecho círculo donde participa su familia.

Bündchen también cultiva una imagen pública impecable. En las redes sociales publica fotos de sus hijos Vivian y Benjamin así como fragmentos de su vida familiar y su estilo de vida saludable: el gusto por la comida sana, el deporte y la naturaleza.

Con su marido, el mariscal de los Patriots de Nueva Inglaterra, residen en Boston y transmiten una imagen de ensueño: guapos, exitosos, millonarios y amantes de su familia.

Gisele Bündchen dejó claro en 1999 que llegaba para impactar, cuando por primera vez fue portada de la revista Vogue bajo el titular El regreso de la modelo sexi. Con el cabello largo, escote generoso y una sonrisa, esa icónica portada sepultó el look desgarbado que habían cultivado modelos como la inglesa Kate Moss a mediados de los años 90.

La brasileña de cuerpo atlético y aspecto saludable convirtió las diferencias en su gran fortaleza.

"Gisele abrió puertas y sin duda vendrán otras grandes modelos brasileñas", opinó Dilson Stein. "Pero como ella, no habrá. Gisele fue un caso fenomenal", sentenció.