Españoles reciben con esperanza a Felipe VI

El nuevo rey de España y su esposa formaron parte de un desfile por las calles de Madrid para saludar al pueblo.

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MADRID. Decenas de turistas atiborrados tomándose fotografías, vendedores ambulantes que ofrecen la última camiseta de Sergio Ramos a precio de “oferta” y españoles de todas las edades caminando sin dirección aparente. Así es Puerta del Sol a diario, pero esta plaza –considerada el corazón de Madrid– lucía totalmente diferente este jueves.

Al lado de la escultura de “la osa y el madroño” se colocó el centro de mandos de un operativo de seguridad sin precedentes en la historia reciente de España, mientras que en la Real Casa de Correos, sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid, se colocó una fotografía de 12 metros de alto por ocho de ancho de Felipe VI y Letizia Ortiz, los nuevos reyes de España.

¿Para qué una fotografía de esas dimensiones?, preguntaban algunos españoles en las redes sociales la noche previa a la proclamación.

La respuesta la tendrían horas después, ya que fotografiarse con el retrato de los reyes se convirtió en una parada oficial para quienes salieron a mostrarle su apoyo a Felipe de Borbón, quien ahora es la cabeza de una monarquía que busca resurgir con “sangre nueva”.

El retrato perfecto. A pocos metros de Sol, en la Gran Vía —la avenida principal de Madrid— también las fotografías eran las protagonistas.

De padres a hijos, de nietos a abuelas y mediante selfies , cientos de españoles y turistas intentaban retratar, con sus celulares, tabletas y cámaras, un desfile que describían con una sola palabra, esa misma que han utilizado por semanas la mayoría de medios de comunicación para referirse a la abdicación del rey Juan Carlos y la toma de posesión de Felipe VI: “histórico”.

Y para un hecho “histórico” el atuendo debía ser el adecuado. Las banderas españolas reclamaron los balcones, los autos y las espaldas.

Voluntarios del Ayuntamiento distribuían las enseñas “rojiamarillas” como si se tratasen de volantes de una nueva pizzería.

Las pequeñas banderas distribuidas por los voluntarios se juntaban con otras de mayor tamaño traídas por los asistentes y con algunas alusivas a la Selección española de fútbol que los comerciantes trataban de vender tras la eliminación, la noche anterior, de España del Mundial de Brasil.

Lo único prohibido en el atuendo de los asistentes fue la bandera republicana. La misma que luego del anuncio de abdicación del rey Juan Carlos llenó plazas en toda España.

La bandera tricolor que empuñan quienes defienden un sistema republicano, en contraposición a la monarquía, fue prohibida por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid para “evitar provocaciones”. Decisión que grupos de izquierda tildaron de antidemocrática.

Rey espectacular. Mientras cientos de fotografías se subían a Facebook, Twitter e Instagram, se inició el discurso de Felipe VI en el Congreso. En las afueras de los cines de Callao varios asistentes leían en dos pantallas gigantes las primeras palabras de su nuevo rey y aplaudían cada vez que el monarca pronunciaba “España”.

María y Teresa Valenciano son hermanas, se toman fotografías con una pequeña cámara azul y están entre las que aplauden. Sin embargo, parecen más interesadas en el atuendo de Letizia que en el mensaje de Felipe. La razón de esa actitud, según explican, no es desinterés, es confianza.

“A él lo quiere España, lo queremos aún más que a su padre. Felipe tiene mejor imagen que Juan Carlos porque lo conocemos desde niño y nos da mucha confianza que sea nuestro próximo rey, será un rey espectacular; todos estamos muy felices de que asuma y de que le devuelva un poco de esperanza a nuestra España”, explica María.

A unos metros de las hermanas Valenciano, y con una bandera de España amarrada en su espalda al estilo Supermán, está Juan de Dios Orozco.

Él se autoproclamó el encargado de gritar “viva España” para que la multitud responda al unísono “viva”, cuando le parece que Felipe dice algo importante para el país. Orozco se describe como un defensor “a muerte” de la monarquía y resume a la perfección el discurso de los asistentes al desfile de proclamación.

“Hoy es un día histórico para España, un día en que le venimos a agradecer al rey Juan Carlos su gestión, el devolvernos la libertad, y a Felipe venimos a decirle que va a ser el mejor rey del mundo, es alguien con un conocimiento profundo de la realidad internacional, alguien que se ha preparado por años para esto y sabemos que le traerá grandes años a esta España querida”, comenta Orozco.

Encuadre perfecto. Tras 25 minutos de discurso, en el que el rey destacó que trae una “monarquía renovada”, las cámaras se empezaron a preparar para lograr el encuadre perfecto.

La actividad formal en el Congreso había concluido y los reyes viajarían hasta el palacio de la Zarzuela en el mismo Rolls Royce descapotable en que lo hicieron en el 2004, cuando contrajeron matrimonio.

El dispositivo de seguridad entró en su etapa crítica: dos filas de policías rodearon la Gran Vía, mientras cuatro helicópteros sobrevolaban la zona. El estruendo de aplausos se acercaba y todos los asistentes prepararon sus móviles. Finalmente, el rey, de pie en el lujoso auto, pasó saludando. “Viva el rey”, “viva la guardia”, “viva España”, gritaron algunos, mientras la mayoría se abalanzaba contra las barras de seguridad para intentar tomar la mejor fotografía del monarca.

Luego del paso de Felipe VI, el público se encaminó hacia Plaza de Oriente con la esperanza de conseguir otro retrato “histórico” al cierre del desfile: la nueva familia real saludando.

Al final, plaza del Sol seguía colmada de seguridad, dos japoneses se estaban tomando una foto junto al retrato de los reyes y en una de las esquinas de la plaza se encontraba Fernando –junto a un cartel que anunciaba su “huelga de hambre” contra la monarquía– dando su opinión sobre el nuevo monarca. “Felipe nos va a servir para lo mismo que nos sirve ese gran retrato, para tomarnos fotos”, dijo.