El Topo: La hora de la verdad de los ‘influencers’

En estos aciagos tiempos plagados de incertidumbre, los influenciadores de Instagram callaron. “Los vendedores de humo, se hicieron humo”. En cambio, decenas de figuras reconocidas del arte, espectáculo y otros ámbitos del quehacer nacional han volcado su talento desde sus casas para motivar y apoyar a la población y al Gobierno.

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“El moribundo fenómeno de los influencers”, titulaba una edición de El Topo, en diciembre del 2017, en la que nos referíamos a un fenómeno relativamente nuevo en aquel momento y cuestionábamos de dónde salía esa moda en la que personas desconocidas se volvían “famosas” a punta de likes en redes sociales al promover y vender todo tipo de productos y servicios.

El fenómeno llegó al país como parte de una tendencia mundial y pronto también empezaron a surgir análisis de expertos en comunicación quienes manifestaban su preocupación por el hecho de que muchos de estos llamados “influencers” estaban llegando incluso a desplazar en captación de publicidad a algunos medios de comunicación tradicionales con su supuesto alcance y efectividad.

Lo que ha pasado a partir de entonces es de todos conocido. Sin embargo, en estos tiempos duros, tiempos de verdades absolutas, su “efectividad” como comunicadores prácticamente se esfumó.

Muy bien lo dijo en un sesudo escrito en redes el conocido periodista Rogelio Benavides Rivas, que con el título “Los influencers callaron” pondera la valía de la información tradicional a cargo de medios de comunicación.

"En esta crisis no hemos visto a los influencers colaborando. Se los tragó la realidad: Los vendedores de humo, se hicieron humo. Como dijo muy bien la politóloga y empresaria nacional, Sarah Gordon, los influencers ni siquiera asomaron la nariz, están ocupados viendo caer la torre de marfil que construyeron de viento.

“Son pocos los influencers, youtubers y tiktokeros que han apoyado el mensaje acerca de la necesidad de quedarse en casa para detener la amenaza. Recordé en estos días un letrero según el cual “influencer es aquel que quiere comer pizza gratis y pagarla con un post. Influyente es aquel que logra que miles de personas quieran pagar por esa pizza”. El daño ya está hecho. Los influencers (y las redes antisociales) se llevaron el presupuesto publicitario y esto obligó al cierre de medios tradicionales”.

También citó al escritor y filósofo italiano Umberto Eco, quien en junio del 2015 afirmó que “las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos rápidamente eran silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles”, afirmó Eco.

El ‘post’ de Benavides fue ampliamente comentado y compartido, sobre todo por comunicadores y también por dueños de agencias de publicidad que ya llevan tiempo analizando si el boom de los “influencers” es un fenómeno del ayer. “Me gustaría pensar que pasada esta emergencia y conforme las cosas vuelvan a cierto nivel de normalidad (que igual no será lo que teníamos antes), las marcas y agencias de comunicación dejarán de pensar solo en el alcance y valoraran cuán responsables y útiles fueron esas personalidades de Instagram cuando más se les necesitó”.

Pero bueno, en el otro extremo (el extremo de la realidad a la hora de la verdad), casi conmovidos tenemos que ponderar el aluvión, pero así, la gigantesca cadena de iniciativas y esfuerzos de decenas de artistas y figuras nacionales en diferentes áreas, quienes a pesar de ser de los primeros en ver sus finanzas severamente afectadas ante el embate del nuevo coronavirus y las medidas de confinamiento en casa, han sacado su parte más humana y solidaria y se han dedicado a entretener de gratis y con todo entusiasmo, al pueblo que los erigió en el pasado como lo que son hoy.

Citar solo a unos cuantos sería una tremenda injusticia; en cambio, a manera de ejemplo y porque fue una de las primeras en poner su ingenio a la orden del país mencionamos a la actriz María Torres, quien se recluyó en su casa desde el día uno en que el Ministerio de Salud declaró la cuarentena y desde ahí, espontáneamente, empezó a realizar lo que podríamos llamar una especie de “reality show anticoronavirus”.

Y es que Torres, además, se ha apoyado en varios de sus personajes pero siempre comandando ella la escena: en los primeros días empezó a compartir diversas recetas; estrategias para mantenerse ocupada como arreglar el clóset y bueno, decenas de tareas caseras que siempre postergamos por falta de tiempo y ya más avanzada la cuarentena, en una ocasión en que el ministro de Salud Daniel Salas casi llora, implorándole a la población que se quedara en casa, María Torres lo secundó con un video magistral que se hizo viral por el contenido del mensaje y por la fuerza con la que lo declamó.

Así, ella y otras tantas figuras han depuesto sus propias preocupaciones y bueno, no hay palabras para describir lo que sus presentaciones virtuales han significado para quienes permanecen a la espera de que todo esto pase.

Ya lo mencionamos párrafos antes pero no es un tema menor el hecho de que el gremio artístico fue de los primerísimos en verse afectados por los efectos de la pandemia, económicamente, pues ante el confinamiento en las casas ellos se quedaron sin público en sus presentaciones de un día para otro. Ojalá, cuando esto pase, el karma les devuelva en abundancia todo lo que nos están dando en energía, talento, alegría y esperanza, que marcan un importante bache de luz en estos días grises.

Siempre con el tema de las figuras conocidas y el efecto dominó del covid-19, nos llegó al alma el mensaje en redes sociales de la chef Sophia Rodríguez, quien en un sentido mensaje contó que había tenido que cerrar, al menos temporalmente, el restaurante Khali Bistró, que con tanta ilusión abrió tiempo atrás. Lo que más impresionó fue que la joven empresaria se veía más preocupada por la situación del personal que trabaja con ella porque evidentemente, como les ocurre a muchos patronos, al cerrar el negocio se paralizan los ingresos y no hay forma de pagar salarios, al menos no por ahora.

Sin embargo, más allá de su situación personal, la exparticipante de Dancing with the Stars 2017, imploró --literalmente-- a la gente que obedezca las recomendaciones de quedarse en casa hasta que el ministerio de Salud no diga lo contrario pues, como bien dijo, si la situación ya mismo es caótica, sería inimaginable lo que puede ocurrir si el asunto se sale de control y nos da agosto y quién sabe qué más pueda ocurrir.

Y bueno, insistimos, el ingenio es vital en tiempos de crisis. Otro que se ha mantenido muy activo, desplegando su arte --y su guapura, cómo no decirlo-- es el tenor Joaquín Yglesias Luconi, quien este viernes la pegó de jonrón cuando se mandó, casi en tiempo real con el lanzamiento de la cuarta temporada de La Casa de Papel, nada menos que con el himno de una de las series más populares de todos los tiempos, el increíble Bella Ciao.

Yglesias incorporó en sus conciertos la canción emblema desde hace rato, pero hoy la ofreció a sus seguidores desde la intimidad de su casa, como andamos todos por estos días, ataviado con una simple camiseta y, eso sí, le imprimió el mismo calibre interpretativo y dramático usual en sus presentaciones. Gracias gigantes por eso, Joaquín, por parte de la fanaticada de hueso colorado de #LCDP.

Otra iniciativa de aplaudir fue la idea de TD Más de retransmitir partidos de diferentes campeonatos locales y mundiales, incluidos los de varias Copas del Mundo, o bien, especiales sobre las faenas en la cancha de algunos jugadores emblemáticos, como el recuento de los goles de Álvaro Saborío.

Este jueves por la noche tuvimos la feliz coincidencia de sintonizar ese canal justo en momentos en que se iniciaba la transmisión de la final de la Copa Mundial Japón-Corea 2002, con la narración nada menos que del querido y recordado Manuel Antonio ‘Pilo’ Obando, fallecido en abril del 2014, acompañado por su sempiterno compañero, Hernán Morales.

¡Qué delicia fue realizar aquel viaje al pasado! Oír a Pilín con sus ocurrencias únicas, aún en juegos mundialistas, fue un sabroso parteaguas en esta coyuntura que estamos viviendo. Y no es que nos estemos desgastando en nostalgias por los tiempos idos, todo lo contrario: el “reencuentro” con Pilín nos remachó que todo tiene su tiempo, y así como estamos ahorita afrontando esta racha de fragor mundial, pensamos con optimismo que ya vendrán tiempos mejores.

Agradable también fue ver la reacción del surfista tico Noé Mar McGonagle, quien protagonizó un enojoso incidente el fin de semana pasado luego de ser detenido por la policía después de que irrespetó el cierre de playas y decidió surfear en Garabito. El campeón del mundo en el año 2015 ofreció el lunes una breve pero vehemente disculpa, reconoció con todas sus letras que se equivocó y le pidió a la ciudadanía que no siguieran su ejemplo y que, por el contrario, se quedaran en casa. Bien hecho.

Y bueno, así como tuvimos El amor en los tiempos del cólera, también tenemos casos de amor en tiempos de coronavirus, y acá hablamos de los dos miembros de una pareja de exesposos a quienes parece haberlos flechado Cupido, solo que cada quien con otra persona.

Se trata nada menos que del exfutbolista y presentador de televisión Alonso 'Mariachi’ Solís y su aún esposa (aunque están separados desde diciembre del 2019), Deborah Soto, quienes con una diferencia de dos días, subieron a sus redes fotos con sus nuevas respectivas parejas.

Alonso lo hizo el sábado 29 y Déborah solo dos días después, el lunes. Eso sí, ninguno dio a conocer la identidad de su nuevo amor, bien por ellos, felices los cuatro y ojalá queden en el pasado las grescas públicas donde se sacaron todos los chuicas sucios durante meses en un puro dime y direte en redes y en la prensa de espectáculos. Muy feo eso.