Coco Roper en una conversación desde el alma: ‘En un abrir y cerrar de ojos, perdí mis opciones’

La joven, de 28 años, conversó con ‘La Nación’ sobre la decisión que tomó sobre su salud, de la espiritualidad que la sostiene, de lo que quiere que pase si llega a morir y de lo orgullosa que está de su hija Ellie, de cuatro años

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Aúnen los momentos más dolorosos a nivel físico y emocional, Nicole Coco Roper encuentra motivos para agradecer, para valorar la vida y para maravillarse sobre la noble persona que es su hijita Ellie Roper, de cuatro años. Los últimos dos meses han sido absolutamente convulsos, pero esta joven, de 28 años, no deja de aferrarse a Dios y a la idea de que todo lo que pasa tiene un propósito.

Coco habló con La Nación este viernes 23 de junio, mientras aún permanece hospitalizada luego de que le realizaran una cirugía de emergencia. En medio de la conversación recibió la visita de su médico, quien es además una especie de ángel en su vida. Ella le sonríe y le agradece en plena recuperación. Siempre expresa que se siente feliz de dar entrevistas. Su mensaje es poderoso e impacta a sus seguidores: en Instagram suma 60.000 usuarios.

Desde inicios de esta semana Nicole -quien se ha convertido en un símbolo de lucha, valentía y resiliencia- está hospitalizada, luego de que se le presentara una infección en sus riñones que provocó que le tuvieran que cambiar urgentemente los tubos de la nefrostomía (dos cables conectados a sus riñones que terminan en una bolsa en la que se deposita su orina).

Esta intervención llegó solo dos meses después de que ella se sometiera a una de las cirugías más complejas de su proceso. La intervención, lamentablemente, no salió como esperaban y para la costarricense fue devastador.

Además de la nefrostomía, Nicole tiene una ileostomía (una abertura en la pared abdominal que se hace mediante una cirugía) que, en sus palabras, es complicada de manejar porque está colocada en la parte superior de su abdomen y por la ubicación genera más complicaciones,

Con su elocuencia de siempre, Coco explicó qué es exactamente lo que está pasando y la decisión que tomó en torno a su salud.

“El plan de la cirugía anterior era quitar los tubos de la espalda y construir un nuevo sistema y hacer una vía por dentro para que la orina saliera por otra bolsa. La intención era tener mejor calidad y tiempo de vida. Lamentablemente, la cirugía no se logró por la fibrosis que encontraron los doctores. Ni siquiera pudieron llegar a la vejiga y a los riñones”, contó.

Hay que recordar que, actualmente, Coco Roper lucha contra las severas secuelas que dejó una sobreirradiación que le hicieron mientras le trataban un agresivo cáncer cervical. El daño fue tanto que afectó muchos de sus órganos.

Decisión

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Los tubos que tiene actualmente Coco son una solución temporal, al usarlos por tanto tiempo le ha generado muchas complicaciones. Por ello, toda la esperanza estaba enfocada en la cirugía de hace dos meses. Al no lograrse, los médicos y Nicole se enteraron de que a ella tampoco se le podría hacer un trasplante de riñón, ya que por el estado de sus tejidos no hay por donde meter el nuevo órgano. Los riesgos son muchos.

Luego de esta operación, Coco y sus doctores acordaron que como no pudieron quitarle los tubos de la nefrostomía, que entonces cada 10 o 12 semanas se los cambiarían. Debido a infecciones es que ella tuvo que entrar al quirófano esta semana para cambiarlos antes de tiempo.

Esto, además de causarle daño a los riñones y muchísimo dolor a ella, provoca que cada vez se acerque más el momento en el que ya el procedimiento no se pueda realizar.

“Ahora debo cambiarlos cada ocho semanas. Esto es duro de digerir. Yo, que estoy acostumbrada a soportar mucho dolor, esta vez no pude soportar el dolor (causado por la infección) y tuve que ir de emergencia al hospital para que cambiaran los tubos”, comentó Coco, quien dice que ella tiene un seguro médico que cubre todo su tratamiento.

Ante este panorama, a la tica le presentaron una nueva posibilidad experimental que sería trasplantar su propio riñón (cambiarlo de posición). Esta alternativa tiene el 80% de posibilidades de que no funcione. Por ello es que, por ahora, ella decidió quedarse cómo está. Sabe que seguirá con los tubos en su espalda, con las bolsitas en su cuerpo y que podría enfrentarse a nuevas infecciones, pero que aún así “no se está muriendo”.

“Si me cambian los tubos me siento mejor. Agradezco tener este plan B, pero no quiero utilizarlo hasta que digan que ya no es posible colocarme los tubos. Sé que con esta decisión sigo con infecciones, pañales, con los tubos en mi cuerpo, con antibióticos; pero la cirugía implicaría arriesgar una vez más mi vida y no significa que me voy a arreglar completa. Yo quiero estar bien para mi hija. Ir a Costa Rica, seguir con mis sueños y motivando a las personas”.

Desde el alma

Con su transparencia de siempre, Coco expresó que aunque en redes sociales no lo ha mencionado mucho, para ella ha sido muy complicado asimilar que la operación en la que tenía puesta toda su fe no funcionó.

“En un abrir y cerrar de ojos perdí mis opciones y eso ha sido muy difícil. Entré con mucha esperanza y obviamente es devastador levantarse de algo y ver que no funcionó como quería”.

Sobre todo lo mencionado anteriormente, Coco conversó con La Nación. Ahondó en sus sentimientos, en sus sueños y de la compañía llamada Coco Strong que está construyendo. Además, habló de lo que quiere que pase si ella llega a morir y de lo orgullosa que está del noble corazón de Ellie.

-Hace poco más de dos meses usted se sometió a la cirugía más compleja y en la que estaba gran parte de su esperanza...¿cómo lidia con la frustración de que el resultado no fuera el esperado?

Definitivamente siento que, aunque la trato de manejar, tengo momentos buenos y momentos bajos, como le pasa a cualquier persona que está sanando de algo. Sanar es difícil. Física y mentalmente son cosas separadas. Físicamente me cuido mucho.

“Del lado emocional me he reclinado en la espiritualidad. Dios para mí es todo. Poder leer me calma, también ver el apoyo en redes. Hay personas a mi lado acompañándome a citas y agarrándome la mano al salir de una cirugía. Es sumamente hermoso saber que tengo donde apoyarme.

(Gracias a sus mensajes en Instagram, Nicole ha hecho muy buenas amigas que pasaron de la virtualidad a la vida real. Entre ellas menciona a Johanna, Gaby, Ericka, Dayi y Lau).

-Su mensaje de valentía y gratitud es cada vez más poderoso, ¿de dónde viene la fuerza en tiempos donde usted ha atravesado un insoportable dolor físico?

Para mí las fuerzas vienen de Dios y mi hija. Obviamente pelearé hasta el fondo por mi hija y por seguir adelante. Hay veces en las que estoy enferma para ir a recogerla y a veces voy así por ella. Ella entiende. Nota cuando no me siento bien. Ella es mi motivación. Soy testigo de cómo mi testimonio y Dios impactan la vida de ella de manera increíble.

“Ella tiene un amiguito en la escuela que tiene una enfermedad en los riñones y tiene un catéter como el mío. Imagínate que ella es la única amiguita del niñito, todos se ríen de él por lo que tiene y cuando le pregunté a Ellie que porqué era su amiga ella me dijo: ‘él está enfermo como tú y le dije que las personas enfermas pueden tener buena vida, ser felices’. La maestra me llamó a contarme. Entonces veo cómo mi situación la está moldeando a ser mejor persona.

“Igual a mí: mi situación me moldea a ser mejor persona. Todos podemos enfocarnos en lo negativo. Pero cuál es el punto de eso. Repetirlo no va a cambiarlo. Demostramos que no confiamos en el plan de Dios, de qué sirve ese estrés psicológico y emocional. Me enfoco en lo que sí tengo. Cuando crecí tuve muchos recursos económicos y, obviamente, el dinero no va a salvar a nadie. Veo a Ellie crecer con tanta empatía, espiritualidad, valores, todo es tan diferente. Qué diferente hubiera sido si no fuera hoy quién soy, ¿quién sería mi hija?”.

-Nicole, usted ha hablado incluso de la muerte, ¿cómo se siente con respecto a esto?

Siento que hablar de la muerte es un tema que debemos normalizar. El otro día le dije a las chicas de mi fans club que hagamos una noche donde todas agarren una copa de vino, o alguna otra bebida, y escribamos lo que queremos cuando ya no estemos.

“No digo que quiero morir, pero soy realista de que en tres segundos cualquiera puede dejar de estar. Para mí era importante normalizar esta conversación”.

-¿Usted qué quiere que suceda cuando ya no esté físicamente?

Mi hija estaría con mi esposo. Yo quiero ser cremada y quiero que cuando pase hagan una celebración. Que en privado la gente se reúna y diga lindos recuerdos de mí, las cosas que más admiraban de mí. Qué sea una celebración de mi vida.

“También he tomado decisiones médicas con relación a lo que quiero que pase si quedo en estado vegetal. Esas decisiones pueden separar y rompen a la familia.

“Cuando pase deben honrar lo que puse en papel. Ya tomé mis decisiones. Por eso hay que conversar. No hablar de muerte todos los días, pero tomate una noche para detectar cómo querés ser celebrado al dejar este mundo. Esos documentos me traen paz, la paz de que sé que se hace lo mejor para mí y para mi hija”.

-Entiendo que en noviembre visitará Costa Rica con su charla Café con Coco, que está trabajando en su libro, entre otras cosas. ¿Podría ampliarnos un poco sobre esos proyectos?

Café con Coco es en noviembre, estoy super emocionada. Vamos a ser 200 personas. Estoy demasiado feliz. Será la primera vez en la que hablaré de qué tan trágico ha sido todo esto de forma vulnerable.

“En noviembre, en Miami, haré el prelanzamiento de mi libro en un festival. En diciembre se lanza. Por ahora me reservo el nombre. Además estoy trabajando en una app para hacer suscripciones de life coaching. Mi compañía Coco Strong está creciendo e incluye los Café con Coco, mi libro, las suscripciones. Espero en un futuro poner mi fundación para seguir ayudando a las personas”.