Carlos Lafuente: la voz de la Navidad

Vive la ilusión El dueño de Radio Sinfonola renueva la ilusión de grandes y pequeños con la magia de Las visitas navideñas

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Desde el martes 20, se llenó un vacío en la radio nacional: el popular programa Las visitas navideñas regresó con cuentos, villancicos y canciones infantiles a la programación, tras 12 años de ausencia.

Con cuentos y canciones, el espacio contagia de nostalgia y espíritu navideño a los radioescuchas.

Carlos Lafuente asumió la presentación del programa cuando Manuel María Granados, quien era el conductor original del programa junto a Víctor Monge, salió de la radio. Con solo 12 años, asumió el espacio temporalmente y se quedó por más de 43 años.

El empresario radial conversó sobre la reacción del público y el futuro de Las visitas navideñas.

¿Lo ha sorprendido el éxito del programa?

Sí. Es que nosotros sí sabíamos que lo oía un montón de gente, pero nos ha sorprendido como las personas lo ligan a sus recuerdos. Se acuerdan que lo escuchaban cuando salían a coger café o estaban en la escuela. Les estimula el recordar, eso no se nos había ocurrido.

El público ha expresado mucha nostalgia con el regreso...

Le agarró la llorona a todo mundo. ¡Qué cosa tan rara! Me parece que la nostalgia viene porque lo escuchaban en compañía de familiares que ya no están

¿Ha considerado un programa infantil para todo el año?

Fuera de esta época, no tiene mucho éxito. En este momento contribuye el ambiente, las ventanas decoradas, los juguetes, las tradiciones y las vacaciones de los niños.

“En otros momentos, la gente anda en otras cosas”

¿Planea repetir el especial el próximo año?

El problemilla es que yo estoy muy viejo.

¿Por qué cree usted que ya no se dedica tanto espacio a cuentos y canciones como los de Las visitas navideñas?

Los tiempos han cambiado. Nosotros chiquitillos hacíamos un carrito con una lata de sardinas. Ahora, es otra época, pero, tal vez, mucho de que los niños no conozcan los cuentos clásicos podría ser porque ya nadie los transmite.

“Estamos muy atentos para poder escuchar la reacción de la gente nueva, para saber si hay público para un programa como este”.

La gente le dice a usted Santa Carlos. ¿Qué le parece el apodo?

(Risas) No sé... Creo que el programa se hizo muy fuerte porque le poníamos un cariño; todos los años estábamos buscando algo nuevo para regalarles a los chiquillos. También lo hacíamos sin fines de lucro. Mi madre decía que era un patín mío, una loquera de fin de año.

¿De dónde le viene la pasión por la niñez y los cuentos?

Siempre fui muy chiquillero. Los hijos míos siempre andaban guindando conmigo, ya están viejos y siguen igual.

“Si no hubiera niños, este mundo no serviría para nada... También es que cuando yo comencé a hacer el programa, era muy chiquillo; tenía 12 años y yo era parte del público. Eran mis canciones”.