Vívalo: Buenazo, un toque de açaí en una fiesta frutal sin culpa

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Hay de todo en barrio Escalante en estos días. Ahora hasta cuenta con una estrecha sucursal de la playa. Una tarde reciente, caminando por la avenida 9 en el barrio josefino, la música playera en los parlantes y la barra decorada con coco parecían un espejismo del Pacífico. Y bueno, lo era. Era un vistazo de Jacó.

El tercer local de Buenazo Bowls, inaugurado hace unos días, se suma a sus antecesores jacobeño y escazuceño. En Escalante, territorio de la cerveza artesanal y las hamburguesas inmoderadas, quiere ofrecer allí una parada refrescante de notas frutales.

En el corazón de todo este asunto está el fruto de la palmera de açaí , un regalo de Brasil a los ávidos de superalimentos y los postres sin culpa.

A una cama de açaí helado –con una receta que incluye guaraná, banano y juego de manzana para endulzar– se le pueden agregar frutas como fresas, kiwi, arándanos y piña, con generosas raciones de chía, coco o almendras, y el ocasional y modesto exceso del chocolate o la mantequilla de maní.

Al probar el bowl Pura Vida, con granola, coco, fresa, piña, banano y miel, la indulgencia pura en el dulzor frutal se desliza por el paladar con ligereza. El Buenazo, por su parte, favorece sabores más fuertes, como la concentrada personalidad del arándano y el acento curioso del polen. Pero el Gordito, bendecido con Nutella, es el más popular por mucho: quizá queremos salud, pero que se sienta algo de pecado de por medio.

Estos bowls de Buenazo son creación de Leonidas Ruaro y Adrián Alvarado, amigos y socios en este y otros negocios.

Ruaro conoció el açaí en Brasil, donde viajó hace 10 años, gracias al jiu jitsu –que practican él y Alvarado–. “Siete años después en California vi el auge y la forma en la que en Estados Unidos se fueron en otra línea de mercado, lo vendían como una superfood y sacando a relucir sus valores nutricionales”, recuerda el empresario.

Para Alvarado, el potencial de este producto está en llevar un postre a las personas interesadas en estilos de vida saludables, deportistas incluidos. Libre de lácteos y de gluten, pero con suficiente sabor y flexibilidad, el açaí es un “postre que no es un postre”.

“Nos hemos vuelto casi catadores de açaí ”, dice Alvarado. “Hemos probado hasta 20 tipos de açaí porque varían los niveles de pureza, como también varía el nivel de pureza del guaraná”, agrega Ruaro.

Buenazo Bowls es el tipo raro de comercio citadino donde se puede escuchar “ir al río a chillear en donde a nadie escucho / cada quien en lo suyo” impunemente y fingir que sí, que el platillo de frutas bien vale por una escapada al río (aunque nuestro paseo al río le bajaría el volumen a los parlantes: no todo es fiesta). Se vale celebrar el mismo bowl diciendo que está “buenazo”. Porque sí, lo está.

Dirección: Jacó: Centro Comercial Jacó Walk; Escazú: Centro Comercial Calle Real, contiguo a Tsumani Sushi (Guachipelín); Escalante: La Esquina de Escalante. 200 m este de la Iglesia Santa Teresita.

Precio: Bajo.

Tipo de comida: Bowls y smoothies de açaí