Ralph está ciego de un ojo, tiene irritación de la piel, una oreja vendada y un zumbido constante en uno de los oídos. Todos sus males han sido provocados por su trabajo, en el que lo utilizan para pruebas en un laboratorio.

Ralph es un conejo que, al final del día, aprueba todo lo que le ocurre pues lo hace por los humanos, que según afirma son “muy superiores a nosotros, los animales”. Además, confiesa que está acostumbrado a ver a sus amigos y a su familia morir en un laboratorio, aduciendo que “para eso nacimos” y eso “está bien”.

Su satisfacción es que, con su arduo trabajo, garantiza que los humanos tengan champú.

Este conejo es el protagonista de Save Ralph, un cortometraje animado de 3:53 minutos que la Sociedad Protectora de Animales Internacional (HSI) lanzó días atrás, con el propósito de mostrar el devastador impacto que tienen las pruebas cosméticas con animales.

“Aplicamos mucho amor y atención al mostrar el sufrimiento físico de ser utilizados como probadores: las erupciones cutáneas, las cicatrices y los ojos rojos hinchados. Ralph es un personaje tan dulce que trata de restarle importancia a lo horrible que le está sucediendo, pero sus heridas cuentan la historia real.

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“Su corazón se rompe por él, porque cuando está tratando de convencer a la audiencia de que todo está bien, realmente está tratando de convencerse a sí mismo. Por supuesto, no está bien, pero la animación nos permite contar esta trágica y perturbadora verdad sobre algo terrible”, explicó a HSI el titiritero Andy Gent, quien fue uno de los productores de la película.

Viral

Dado a lo polémico, desgarrador y perturbado, el documental -escrito y dirigido por Spencer Susser-, se ha viralizado en las redes sociales en cuestión de días. Así, el cortometraje ha logrado parte de sus objetivos, alcanzar una audiencia global por ser una película doblada al español, al francés, al portugués y al vietnamita.

Para alcanzarlo, Gent aseguró que trabajaron durante muchos meses buscando la forma de plasmarlo en la pantalla y que generara la atención de las personas.

“No se trata solo de contar una historia en una película o en publicidad. Las personas que trabajan en esto se han conectado a él, y cuando lo vemos reproducido, dejamos de pensar en Ralph como una marioneta de animación. En cambio, se percibe como un personaje que cuenta una historia que te hace querer cambiar las cosas. Espero que todos tengan a Ralph en sus corazones de la misma manera que todos lo hemos hecho y se involucren, porque realmente necesita nuestra ayuda”, añadió.

La idea era que el conejo resultara empático y emotivo, que sus expresiones pudieran cambiar y que se pudiera mover con facilidad para contar su drama. Para ello, utilizaron la técnica stop-motion, que consiste en hacer animación manipulando el protagonista con las propias manos y creando su ambiente de manera manual.

Con esa técnica, además del personaje, hicieron el papel tapiz, los tomas de corriente y los utensilios de cocina. También hicieron las cortinas, los cepillos de dientes y cada detalle que se observa en la película.

Además, tardaron cinco semanas en cubrir a Ralph con piel sintética, tres semanas arreglando sus ojos y una semana más para hacer sus dientes y su lengua.

“Es una cantidad interminable de trabajo. Lo hemos hecho porque así es como hacemos que la audiencia crea que lo que están viendo realmente es el mundo de Ralph. Fue una auténtica labor de amor para todos nosotros”, aseguró Gent.

Figuras en el filme

Save Ralph es protagonizado por varias estrellas de Hollywood, que en reiteradas ocasiones han levantado su voz contra el maltrato animal. Por ejemplo, en la producción participan Taika Waititi, ganador del Óscar, así como Zac Efron y Olivia Munn.

“Ayudé en este hermoso y desgarrador cortometraje (...). Si no siente nada (al verlo), es posible que esté muerto. Sin embargo, no juzgo”, afirmó Waititi en sus redes sociales.

El cortometraje se encuentra en YouTube y en las redes sociales de la Sociedad Protectora de Animales Internacional (HSI).

Al final de la película, la producción cierra con la frase “ningún animal debería morir y sufrir en nombre de la belleza”.