Seis gitanos hipnotizaron el Teatro Nacional con música tradicional húngara

Ensamble Rakjo cautivó al público en el Teatro Nacional con sus sonidos importados de Hungría.

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La vigésima octava edición del Festival BAC Credomatic prosiguió con el alegre ritmo del ensamble húngaro Rakjó. Este sexteto compuesto por los músicos Sandor Bundai, Ronald Dezsö, Nandor Burai, Gustav Burai, Gyula Horváth y Dezsö Krajczär hizo vibrar las butacas del Teatro Nacional, durante la noche de este sábado 11 de agosto.

Este sexteto ofreció una serie de obras que rescatan la tradición gitana, cuyo raíces consisten en tomar composiciones ya inventadas y adaptarlas con sus instrumentos. Hungría presentó al conjunto Rajko, que reúne a músicos gitanos profesionales; esta agrupación fue establecida hace casi 70 años y es toda una sensación al Este de Europa.

“Errantes desde tiempos inmemoriales, los gitanos han llevado su música, y la de los lugares por donde pasaban, por todo el mundo. Aunque podemos distinguir como suyos algunos rasgos melódicos, armonías y ritmos, la creatividad apasionada y brillante de los violinistas gitanos del centro y el este de Europa, que despertaba tanto entusiasmo en los compositores europeos del siglo XIX e inicios del XX, se trata más bien de una manera de hacer música, que de la música misma”, explicó Jordi Antich, quien es el director del Festival.

Armados nada más con tres violines, una viola, un contrabajo y un espectacular címbalo, los húngaros deleitaron a los asistentes con piezas de Johannes Brahms, Ferenc Erkel y Johann Strauss. Eso sí, sin lugar a dudas lo más sobresaliente de la velada fue la improvisación del conjunto eslavo, que también ofreció un popurrí de su música tradicional, también conocida como Csardas.

También hubo espacio para realizar tributos. Los húngaros dieron su interpretación de la banda sonora de la película de Zorba el griego, una cinta de culto estrenada en 1964. Durante la canción, el director invitó al público a aplaudir para marcar el ritmo del címbalo.

Hay que detenerse para mencionar este peculiar instrumento de cuerdas que se toca con dos bolillos. Según Antic se requiere de mucha destreza para lograr masterizar este peculiar artefacto creado en el Este de Europa.

La presentación concluyó con la Marcha de Radetzky, una canción tradicional de Hungría, la cual se suele interpretar al final de cada fiesta popular.

El Festival continuará este lunes con la interpretación de Antiqua Música en el Hotel Bahúa del Sol, en playa Potrero.