Sáqueles el jugo a las vacaciones sin ir lejos

Aunque la playa y la montaña son las reinas absolutas de esta época, en el Valle Central también hay alternativas de entretenimiento que van desde el tranquilo, pero desafiante minigolf, hasta un emocionante combate láser

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

No hay duda, cuando se piensa en vacaciones, las primeras imágenes que vienen a la mente son las de un dorado atardecer en la playa o una caminata por un sendero de montaña; sin embargo, no siempre tenemos el tiempo y el dinero suficiente para internarnos en estos paradisíacos lugares, por lo cual hay que ponerse creativo.

Quienes se quedan en la urbe, además de los tradicionales parques capitalinos, cines y centros nocturnos, pueden encontrar alternativas de entretenimiento sin ir lejos de casa.

Una de las opciones es RIFT Laser Tag Games, laberinto donde los jugadores luchan por sumar puntos al dispararles a sus contrincantes con pistolas láser.

Este centro de juegos abrió sus puertas con la inauguración del centro comercial Lincoln Plaza, en Moravia, el 9 de noviembre.

Además del laberinto y las pistolas láser, quienes participen de este juego se sorprenderán con los efectos de la luz negra y la neblina.

“Este es un juego similar al paint-ball, porque el objetivo es dispararles a los jugadores del bando contrario; sin embargo, la diferencia es que, en vez de salir del juego cuando nos disparan, nos quedamos sumando más puntos”, explicó Javier Vargas, una de las personas que atienden en ese lugar.

Para participar en este juego, los competidores deben ser mayores de 6 años, llevar ropa y calzado cómodos (nada de tacones).

Las tarifas para defender el honor en este laberinto y soltar una que otra carcajada van desde los ¢3.000 (esto da derecho a 15 minutos de juego) en adelante.

Ahora, si lo que usted quiere es correr, ocultarse detrás de trincheras y disparar bolitas rellenas de pintura a sus adversarios, tiene que probar el paintball .

Cada vez, existe una mayor oferta de sitios para el paintball ; uno de ellos, cerca de la capital, sobre la radial de Lindora-Belén, es Adrenalina Paintball, centro de juegos donde pueden competir entre 7 y 80 personas simultáneamente.

Allí, los mayores de 6 años se visten con trajes especiales, cascos y chalecos protectores para tratar de impedir recibir una mancha de pintura; esto, en campos donde inflables y barricadas los defenderán de sus “enemigos”.

“El paintball es una actividad bastante bonita; se pasa muy bien en familia. Hay que atreverse a practicarla”, comentó Katherine Núñez, administradora del lugar.

Un detalle importante es que este sitio ofrece para sus visitantes parqueos, baños, una soda y una terraza donde pueden ingerir productos del lugar y de los restaurantes que se ubican en los alrededores del sitio.

¿Cuánto cuesta? Este lugar ofrece diferentes paquetes según la cantidad de disparos que se quieran adquirir. Los precios van desde los ¢7.500 en adelante.

Tranquilos pero desafiantes. Si lo suyo no es correr armado por un campo, muy cerca (de hecho a la par) de Adrenalina Paintball, en el centro comercial Vía Lindora, está el Jungle Safari Mini Golf.

Este es un campo de golf en miniatura donde, a lo largo de sus 18 hoyos, los jugadores deben enfrentar pendientes, laguitos y un tótem para llevar la bola hasta el final del juego.

Gustavo Marrero, gerente de Mercadeo de este lugar, comentó que este es un juego muy noble, pues pueden practicarlo niños desde los 3 años hasta adultos mayores.

“Mucha gente lo relaciona con el golf y piensa que es caro, aburrido; pero, todo lo contrario, es entretenido; es una muy buena opción para invertir las vacaciones”, explicó.

El precio de las entradas para el minigolf es de ¢4.000 adultos y ¢3.000 para niños, lo cual da derecho a los usuarios a un juego. Si usted le suma ¢1.000 más, tendrá derecho a jugar de forma ilimitada.

¿Quedó con ansias de adentrarse en el mundo del golf? Quienes den una respuesta afirmativa, deben tener en cuenta que el Jungle Safari cuenta con un simulador en el que expertos imparten clases de este deporte de precisión.

El precio del uso del simulador va desde los $15 (unos ¢7.700) en adelante e incluye el equipo.

¡Chuza! Entre las opciones de entretenimiento bajo techo, no puede faltar el boliche.

En nuestro país hay dos lugares donde se puede jugar: el emblemático Boliche Dent en San José y el joven Bol Cariari, en Belén.

Ambos lugares, además de ser centros de entretenimiento donde se puede jugar en grupos de hasta seis personas, también son sitios de aprendizaje, pues en los dos ofrecerán este verano clases de bolos a personas de todas las edades.

Si lo que a usted le da temor es ir y no lograr exhibir sus habilidades sobre la pista, no se preocupe.

“Nosotros le decimos a la gente que les pierda el miedo a los bolos, pues este es un deporte es muy beneficioso. No tiene límite de edad y no discrimina por género y puede ser practicado por personas desde los seis años en adelante”, explicó Mauricio Murillo, gerente del Bol Cariari.

Tampoco debe preocuparse por el equipo para practicar bolos, ya que el calzado y las bolas son proporcionados tanto en el boliche de barrio Dent como en el de Belén.

Si de precios se trata, tenga en cuenta que en San José una hora de juego tiene un valor de ¢13.000, mientras que en Heredia cuesta ¢16.000.

A este precio se le debe sumar el alquiler de los zapatos, que cuesta ¢1.100.

Ya sea corriendo “por su vida” por el campo o tratando de hacer anotaciones precisas, hay muchas formas de entretenerse en vacaciones, así que aproveche el tiempo y escoja la que más le convenga.