Son las 2 de la tarde en el gimnasio del Tenis Club en San José. Hay al menos 300 personas en el inmueble, hace calor y la gente suda. No es un partido de fútbol o de baloncesto, es un torneo de cartas intercambiables mejor conocido como Yu Gi Oh.
Este juego se popularizó a inicios del milenio gracias a la serie Yu Gi Oh, que se transmitía por medio del canal Nickelodeon. Posteriormente la compañía Konami empezó a distribuir estas cartas y a promover torneos alrededor del mundo.
Para participar en estas competencias se necesita de al menos un baraja con cartas bastante caras. Un deck o un mazo competitivo puede costar entre $500 a $800.
En una de las 15 mesas instaladas en el gimnasio, el tico Rodrigo Betrano se enfrenta con lo mejor de su baraja a su amigo de años Gerald South. Ambos llevan años en esto “somos tan viejos como la serie”, bromea Betrano, quien practica este pasatiempo desde hace 15 años.
A pesar de ser un juego que demanda de mucha explicación y tiempo para comprenderlo, este par maneja las leyes a diestra y siniestra. No se dirigieron la palabra durante el encuentro, que terminó decantándose a favor de South. Con una sonrisa cómplice, los dos terminan el encuentro con un apretón de manos. Aquí no hay corazón de las cartas (como el de la serie) que valga, pero sí mucha emoción y camaradería.
Así se vive el Yugi Oh Championship Series, certamen que convocó a 274 jugadores de distintos países. Esto, más allá de los premios, es una experiencia para disfrutar del hobby y, de paso, conocer gente nueva que comparte la misma pasión por las cartas de cartón.
“En realidad tenía que tomar una vacaciones del trabajo y decidí venir aquí para jugar y de paso conocer las bellezas de Costa Rica”, explica Gorret Beaumont, un gigante estadounidense que hacía alarde de sus sandalias nuevas mientras hacía nuevos amigos.
Un caso similar es el de Paulo Goncalves Da Silva, quien se vino desde Brasil para competir en el certamen. A diferencia de Gorret, Da Silva busca hacerse con los primeros lugares para clasificarse a otro torneo internacional. Como Da Silva hay muchos jugadores que ven en las cartas un verdadero negocio o al menos una entrada adicional a sus carreras: algunos hasta tienen patrocinadores.
“Mucha gente cree que esto es un juego de niños, pero realmente involucra mucha estrategia y concentración. Además, hay premios muy buenos”, explicó el tico Betrano. El costarricense juega para el equipo Pro Play Games, compañía que le regala cartas, dinero e incentivos a los jugadores más regulares en la escena competitiva.
La mayor parte de quienes practican este pasatiempo son hombres; a este torneo solo se inscribieron cuatro mujeres, entre las cuales destaca Verónica Salazar.
“Vine a jugar con mi novio. Yo siento que siempre es lo mismo, casi siempre nos inscribimos como cuatro mujeres, es una lástima porque en varias tiendas han intentado promover el pasatiempo con torneos exclusivos para mujeres pero estos casi nunca se llenan”, explicó Salazar.
Adicionalmente al torneo principal del Championship Series, habrá numerosas actividades, incluso un torneo específico para duelistas nacidos desde el 2005 en adelante.
Si usted no entiende en totalidad el juego Yu-Gi-Oh!, el Championship Series contará con actividades para personas que quieran participar y adentrarse más en este pasatiempo. Paralelo al certamen principal habrá torneos de formato sellado, donde no se necesita de un mazo para participar, pero, además, se realizarán demostraciones gratuitas del juego.
“Si quieren aprender a jugar Yu-Gi-Oh! el juego de cartas coleccionables te invitamos cordialmente a asistir a las demostraciones masivas. Participa y llévate contigo un mazo de demostración de regalo”, promocionó Jaime Herrera, organizador de la actividad.
Este certamen concluirá este domingo con una fase de eliminación directa entre los mejores 32 jugadores.