La polenta: una auténtica italiana

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La polenta es una comida tan italiana como la pizza o la pasta, pero en Costa Rica carece de esa fama y popularidad de esos otros platos.

A su favor tiene el ser muy versátil para quienes gustan de prepararla, y quienes no se complican y prefieren comer fuera la encuentran a veces como plato fuerte, también en forma de guarnición al igual que en platos dulces.

Su simpleza radica en que con solo tres ingredientes está lista: harina gruesa de maíz amarillo, sal y agua. Con estos se prepara un potaje y de ahí en adelante las posibilidades son muchas, según la creatividad.

Los orígenes de esta comida se ubican en el norte de Italia, donde a sus habitantes se les llamaba polentones (comedores de polenta), término que aún tiene vigencia.

Según www.gastronomiaycia.com , en un principio se preparó con hierbas, luego se empleó la con harina de trigo.

Gracias a los viajes de Cristóbal Colón, al nuevo mundo llegó hasta Italia el maíz, grano que se convirtió en definitiva en el ingrediente estrella. Por su simpleza y lo barato de su preparación llegó a ser conocida como “comida de pobres”, aunque su sabor conquistó el gusto de las personas, sin importar clase social, hasta la fecha.

En Costa Rica no es usual encontrarla en el menú de los restaurantes italianos. No obstante, algunos chefs como Marco De Nando, del Ristorante Da Nando , quieren que muchos ticos disfruten de estos sabores.

Para este italiano y amante de la polenta, se trata de un plato de la llamada cocina pobre italiana que encuentra cada vez más entusiastas en Italia y el resto del mundo. Hay países como Argentina que la hicieron parte de su dieta.

Para él es un “salvatandas” increíble, porque se pueden preparar muchas recetas, algunas en 15 minutos, sin quitarle el mérito de ser un platillo saludable.

“Pienso que no se conoce tanto por estar en el exterior (de Italia) y lo que más se conoce son las pastas y la pizza. Además, un restaurante va a proponer lo que más conoce la gente”, explicó De Nando.

En su experiencia profesional en el país, este chef del norte de Italia es testigo de comensales que la prueban y la apartan del plato, pero también otros que por el contrario piden más y luego regresan para que otros la prueben.

Gusto al paladar. Para mostrar la versatilidad de la polenta, el chef De Nando entró a su cocina y preparó cinco platos que, considera, complacen a los paladares exigentes.

Polenta con salsa de hongos porcini fue la primera recomendación. En esta receta la mezcla se prepara en forma de disco de poco más de 10 centímetros, sobre este se vierte una salsa que desde que llega al olfato lo induce a uno a probarla. Se puede complementar con salsas calientes, trozos de conejo o queso gorgonzola .

Para que nadie subestime a esta mezcla de harina de maíz amarillo (aunque también hay quienes lo preparan con harina de maíz blanco), De Nando preparó una lasaña a base de polenta.

En esta se reemplazan las láminas de pasta de harina de trigo por capas de polenta compacta y firme. Él se inclina por presentarla con una salsa ragú de carne y una mezcla de hongos mixtos. Otra opción para esta lasaña es emplear una tradicional salsa bechamel .

Para reconfirmar su simpleza y los excelentes resultados que ofrece, el chef presentó como tercer plato una polenta parrillada con salami casero.

La polenta inicialmente se moldea, luego se preparan trozos rectangulares gruesos y se llevan a la parrilla para darle un acabado grillado por ambas caras. Finalmente se coloca el salami y, sin ningún temor, se puede comer con las manos, incluso como un emparedado

Dulce sabor. Para deleitar a quienes aman lo dulce, la polenta también ofrece posibilidades como la sbrisolona . Esta tarta crocante es un plato de origen lombardo.

Lo más usual, según De Nando, es romperla con las manos y comerse los trozos. Algunos italianos recomiendan rociarla con grappa (aguardiente de orujo) para una experiencia aún más inolvidable.Un recuerdo de juventud en su natal Italia es tomar trozos de sbrisolona de polenta y remojarlos dentro de su café.

La otra forma de comerla con un gusto dulce es en zaletti, un producto que es parte de la pastelería italiana. Esta se prepara con piñones y pasas, además se rocía con azúcar en polvo. Se suele presentar en forma de bollitos de pan, ideales para acompañar un café. Su popularidad es tal que en supermercados italianos se pueden comprar empacados.