Jaguar Center protege la naturaleza de Puerto Viejo y educa a pobladores y turistas

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S on bellos, tiernos, algunos otros juguetones y unos poquísimos son realmente venenosos. Pero todos los animales por igual tienen en el Jaguar Center , en la zona de Puerto Viejo, un lugar donde reciben la atención médica necesaria cuando sufren heridas por accidentes, por la agresión de algún otro animal o el ataque del ser humano.

Este lugar es el sueño hecho realidad de la bióloga española Encar García y el herpetólogo italiano Sandro Alviani. Luego de conocer y enamorarse de la diversidad de animales de Costa Rica, ambos dejaron Europa y se establecieron en el Caribe.

Comenzaron su labor desde el 2004, pero fue en el 2008 cuando abrieron las puertas a los visitantes. Su objetivo no es transformarse en un pequeño zoológico; ellos lo que hacen es permitir a los visitantes adentrarse en su mundo, y con el costo de la entrada, cubrir gastos como la alimentación y medicamento para los pacientes que llegan.

El recorrido. Los visitantes son guiadas por voluntarios, muchos extranjeros, para mostrar algunas de las especies con las que trabajan los especialistas.

Encar pone énfasis en que su misión es tratar de reinsertar la mayor cantidad de animales al bosque. Por eso, los huéspedes son casi todos temporales.

Al recorrer el centro es fácil encontrar a bebés de mapache y oso perezoso , o bien encontrar en jaulas a un ocelote, serpientes matabuey, terciopelo o bocaracá, entre otros.

“Uno de los primeros animales fue Guarumita, una osita perezosa que estuvo cuatro años hasta que la liberamos. Luego llegó Papeta, un mono congo que aún sale todas las mañanas al bosque; regresa en las noches”, explicó Encar.

Al visitar los rincones del lugar, que una vez fue el jardín de la casa de los dos fundadores, más animales van sorprendiendo al visitante. Venados colablanca, tarántulas, ranas de ojos rojos, zariguellas y diversas variedades de monos.

Como profesional, la española siente satisfacción de ver cómo rompieron el mito de que colegas tenían acerca de reinsertar primates que estuvieron en contacto con el hombre.

Además, van enseñando a los pobladores algunos mitos sobre diversos animales, con el objetivo de que disminuyan los ataques sin sentido.

Toda esa información es la que se lleva el turista, sin contar las muchas fotos de recuerdo al ver muy de cerca a estos indefensos animales.

Lastimosamente no todos los casos son iguales; en el lugar hay animales que no están en condiciones de regresar a su vida normal. Ese es el caso de algunas aves rapaces, que sufrieron heridas en sus alas que les impiden volver a volar y cazar.

La entrada es de $15, se puede visitar a las 9:30 a. m. y 11:30 a. m., menos domingos. El lugar se encuentra a cuatro kilómetros de Puerto Viejo. Información al teléfono 2750-0710.