FIA 2018: El circo canadiense de Flip Fabrique dejó boquiabierto al público en la Plaza de la Cultura

Con el espectáculo 'Attrape Moi', seis artistas encantaron a grandes y pequeños con su talento.

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Una decena de chiquitines se sentaron en el suelo frente al escenario seguro sin saber qué iba a pasar frente a sus ojos. Sin embargo, pasados unos cinco minutos de espectáculo, sus boquitas abiertas y sus ojos con miradas atónitas vieron cómo seis artistas hacían malabares y acrobacias impresionantes.

La presentación circense de los canadienses de Flip Fabrique no permitía parpadear. Cerrar los ojos era perderse tal vez un movimento extraño, una voltereta por los aires o, incluso, un buen chiste que se entendió sin necesidad de saber inglés.

Con el espectáculo Attrape Moi definitivamente capturaron el interés de un público variopinto y ansioso en el show que ofrecieron la tarde de este sábado en el marco del Festival Internacional de las Artes y que se llevó a cabo en la Plaza de la Cultura, en pleno corazón de la capital.

Tratar de describir la magia del circo callejero que montaron cinco muchachos y una joven va a ser muy difícil. Había que estar ahí para admirar el talento y la calidad artística de cada uno de los canadienses.

Con números de malabares que al principio podían parecer sencillos a punta de bolas, aros de hula-hula, clavas o diábolos, lograron captar de principio a fin la atención y la admiración de grandes y chicos. Es que no solo era malabarismo básico, la dificultad de los actos y la alegría con la que los muchachos hacían su trabajo dejaba perplejo a cualquiera.

Como si fuera poco, la presentación estuvo cargada también de riesgo. Hubo incluso un acto sumamente difícil con una cama elástica. Literalmente volaban por los aires, pero caían sobre el suelo o sobre el techo de una improvisada casa con la agilidad y la delicadeza de una bailarina de ballet.

Flip Fabrique supo armar toda una historia de seis amigos que se encontraron en la plaza para disfrutar, reírse y ser felices. No solo ellos la gozaron, también lo hizo una audiencia que hasta ovacionó de pie aquella muestra de magia y de alegría.

Una llamada de atención

Por la tarde, en el mismo escenario pero con una disposición distinta de las sillas que ocupaba el público, el costarricense Tribusure ofreció una puesta en escena que llamó la atención sobre la población de los ciudadanos callejizados en nuestro país.

Jonás es el título de esta obra que también cautivó la atención, primero sobre el personaje que interpretó el bailarín y, segundo, por la intensidad que le puso a la representación.

La metáfora corporal que utilizó el artista caló tanto en el público que los vítores tras su presentación mostraron el gusto que tuvo la audiencia sobre su espectáculo.