Ensalada de pasta: ¡Una rica sorpresa fría!

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Cuando hace hambre y no hay mucho tiempo ni energías para complicarse en la cocina, las pastas aparecen como uno de esos clásicos superhéroes para salvarnos el día.

Rápidas, saludables y deliciosas, este tradicional platillo italiano resulta siempre una opción irrechazable, no importa el momento del día.

Aunque estamos acostumbrados a comerlas bien calientes, dentro de una humeante sopa, o coronadas con salsa y queso derretido, las pastas también pueden saborearse frías, como el ingrediente principal de una gran variedad de ensaladas.

“En la cocina italiana, las más utilizadas para preparar ensaladas son las pastas cortas. Este tipo de pasta se cocina al dente, luego se enfría, se condimenta y se mezcla con diferentes ingredientes, como vegetales cortados en cubitos, mayonesa, aceite de oliva o ajo”, afirma el chef Pino Galuppo, del restaurante D’Amalfi.

La pasta larga, como el espagueti, linguine o fetuccini –explica el chef de origen italiano–, no se utiliza en ensaladas porque, por su tamaño, resulta muy difícil de manipular para el comensal.

“Esto no significa que no se pueda utilizar un espagueti o un linguine en una ensalada, pero por su contextura resultan más indicadas para platos calientes”, añade Galuppo.

Para la preparación de ensaladas, se acostumbra a cocinar previamente la pasta, enfriarla y condimentarla al gusto, antes de mezclarla con diferentes vegetales (también previamente cocinados) y algún aderezo.

“La ensalada clásica italiana es la ‘jardinera’, en la que la pasta fría se mezcla con zanahoria, apio, papas y tomate fresco cortados en cuadritos, tiras finas de cebolla, aceite de oliva, sal y mayonesa al gusto”, detalle el chef.

Además, pueden ir acompañadas de pescado, ya sea entero o en filete; una buena opción es el atún.

El gran atractivo de estos platillos radica en la facilidad de su preparación, la versatilidad a la hora de las comidas y su conservación.

“Son recetas sencillas, que se hacen muy rápido y, en refrigeración, puede durar hasta dos días. Pero lo principal es la comodidad que ofrecen estos platillos, ya que pueden ser una ensalada, una guarnición o un plato fuerte, independientemente de que sea almuerzo y cena”, resalta Galuppo.

“Si seguimos la tradición italiana, puede acompañarse de una copa de vino tinto o blanco, o hasta con gaseosa. No es un plato gurmé que pide algo particular para tomar”, concluye el cocinero.