En Cahuita, un pueblo lo espera para festejar

El II Festival de la Cultura y el Ambiente Wálter Ferguson en Cahuita, provincia de Limón, regresó con diversidad de ofertas que lo quieren tentar para que se enamore de un pueblo tranquilo y con bellezas naturales paradisíacas

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Si alguna vez le contaron de las maravillas de Cahuita, en el Caribe costarricense; si le hablaron de las bellezas naturales que encierra su parque nacional en tierra firme y bajo el agua; si le dijeron que hay variedad de delicias gastronómicas y le pareció que exageraron, porque no es posible que todo se encierre en un pueblito a 40 kilómetros del Limón; entonces, esta semana, usted tiene la oportunidad perfecta para que se dé cuenta de que todo eso y más es cierto.

Pareciera no necesitarse nada más para convencerlo de ir a descubrir este rincón sin igual del Caribe sur de Costa Rica, pero, solo para otra poderosa razón más; le contamos que también podrá disfrutar del II Festival de la Cultura y el Ambiente Wálter Ferguson, una celebración que nació en el 2010, y planea ser un gran atractivo para los locales y los visitantes en estos días.

Esta fiesta cultural tiene preparadas actividades gratuitas para espectadores de todas las edades y gustos: desde obras de teatro, bailes folclóricos, música de banda sinfónica, bailes de cuadrilla, hasta noches de calipso al aire libre, entre una amplia gama de opciones.

El parque de la localidad y el salón comunal concentrarán las actividades; además, se realizarán espectáculos y actividades deportivas en playa Negra y actividades culturales en Talamanca.

Variedad. Siendo Cahuita un pueblo con una figura tan importante como Wálter Ferguson , creador de calipso muy reconocido, y con discos como Babylon en su currículo, no es de extrañar que la primera actividad del festival sea un concierto con el calipso como gran protagonista.

La responsable de llevar el sabor al Caribe es la Banda de Conciertos de Limón , dirigida por Juan Carlos Meza. Durante una hora, los 14 músicos de la agrupación darán vida a temas a ritmo del contagioso calipso o la soca, varios de ellos con arreglos del compositor Víctor Hugo Berrocal, mejor conocido como Periquín.

Desde luego, también se interpretará música de otros géneros, pero el fuerte serán las obras con ritmos de influencia caribeña.

Dos conocidas artistas costarricenses estarán, por separado, compartiendo su talento el martes.

A las 10 a. m., será el turno para que Roxana Campos, actriz, profesora y dramaturga, quien ofrecerá un taller de teatro, aunque comentó que, posiblemente, ella terminará recibiendo una gran lección de un pueblo donde hay tantas personas con deseos de superación y necesidad de apoyo para su desarrollo artístico.

La otra artista invitada es Isabel Saborío, quien impartirá un taller de danza contemporánea para aquellos que quieran dar sus primeros pasos.

La música de raíces afroamericanas, como el gospel, vivirá una noche en la que varios coros tendrán oportunidad de demostrar de qué son capaces. Su participación será a las 6 p. m., al aire libre, en el parque de la localidad.

En el mismo escenario, pero el jueves por la tarde, a las 4 p. m., será ocasión para que el grupo de bailes tradicionales del Black Star Line, de Limón, le muestre al público el tradicional baile de cuadrilla.

La tradición folclórica de Guanacaste también tendrá un espacio en el festival en homenaje al calipsonian Wálter Ferguson, para ello invitaron al Grupo de Proyección Folclórica Nacaome.

Los invitados llevarán sus enormes faldas, pañuelos rojos al cuello y calzado de cuero, para compartir manifestaciones culturales que se ven poco en la costa limonense.

Que mejor manera de ir poniendo punto final al II Festival de la Cultura y el Ambiente que con un concierto de la música que el señor Wálter Ferguson, también conocido como Mr. Gavitt, lleva años componiendo: el calipso.

A las 4 de la tarde, cuando el Sol ya tuvo su momento de mayor intensidad, músicos como Danny Williams, Alfonso Goulbourne y otros calipsonians, darán rienda suelta al quijongo, el banyo, la tumbadora y la guitarra, con el fin de compartir ese sabor que se respira y siente en todo aquel pueblo.

Las calles quedarán a disposición de lugareños y visitantes para dejar que la música los seduzca y mover el cuerpo; que nadie sienta pena de dejarse llevar por las notas.

Estas son solo algunas de las diversas actividades planeadas, la idea de los organizadores es que todos los días la oferta cultural sea atractiva.

Impulso. Detrás de la organización del festival está la Asociación de Desarrollo Integral de Cahuita. Este grupo buscó una fecha simbólica para realizar una actividad que refuerce la identidad del pueblo y atraiga turistas, principalmente nacionales.

Decidieron hacerlo en julio para que coincida con la fecha de creación de Cahuita como ciudad, que fue el 9 de julio de 1915.

Enrique Joseph, de la Asociación, añadió que para la organización también es muy importante resaltar la figura de Ferguson, a quien todo el pueblo reconoce y respeta por su labor en la música.

“Nuestro primer objetivo es que nuestra gente disfrute del festival; queremos cambiar ese modelo de celebración de carnaval a algo más cultural. Con este festival, queremos satisfacer la necesidad de ver obras o artistas que solo vemos en otros lugares”, aseguró Joseph.

En la primera edición del festejo, se reunieron, en promedio, 200 personas por actividad. Con una oferta suficientemente atractiva, los organizadores tienen como meta que, este año, esa cifra se incremente y, en algunos casos, puedan llegar hasta las 1.000 personas por evento.

Lograr una actividad de este tipo no es sencillo, la Asociación aportó ¢500.000.

Sin embargo, no están solos, porque, gracias al aporte de empresarios locales, lograron comprar boletos de autobús, para que los artistas se desplacen a la zona, y también adquirir alimentos. Asimismo, pudieron conseguir manos que quisieran preparar la comida para un pequeño ejército de artistas y voluntarios, así como encontrar habitaciones en hoteles y cabinas de la zona.

La oferta está servida: un festival en una comunidad que, según Joseph, le permitirá descubrir la calidez del habitante de Cahuita, encontrar un lugar que aún conserva elementos de la arquitectura caribeña e ideal para ir y querer quedarse de por vida en ese lugar.