Es cierto que en Costa Rica la comida hogareña se podría definir entre un casado y una olla de carne. Sin embargo, fuera del país, el término “comida de confort” se refiere a los platillos que reconfortan el alma desde el paladar.
Con este objetivo en mente, el chef canadiense Don Prasad abrió en el 2011 un pequeño restaurante de comida vietnamita en Pozos de Santa Ana: PHO.
Recién salido del frío de su natal Vancouver, Prasad no podía imaginar un plato más cálido y amigable que la sopa pho ,
En Vietnam, se considera comida callejera. El sabor que tiene en el norte es distinto al que se prepara en las ciudades del sur, aunque su procedimiento es prácticamente igual.
Como en cualquier otro plato tradicional, cada quien tiene su opinión: “Depende de la técnica, a cada quien le gusta de cierta forma. Yo he cambiado la técnica al menos 20 veces porque siempre quiero mejorar”, cuenta Prasad.
En PHO, la sopa empieza desde los huesos. El corazón de su receta es un sustancioso caldo de pollo o de res que se hierve lentamente con cebollas y jengibre.
En su punto, el consomé se condimenta con especias seleccionadas: anís estrella, clavo de olor, cardamomo, semillas de hinojo y otras más, a gusto del cocinero a cargo.
El concentrado debe ser suculento para recibir los vegetales: los brotes de frijol nacido, la albahaca, el culantro, el limón, la salsa de pescado y la menta (que en ausencia de no conseguir la auténtica vietnamita se puede reemplazar con hierbabuena).
Los fideos de arroz son el ingrediente más ligero. Complementan a los tiernos cortes de carne de lomito que emergen entre el delicado sabor del caldo.
A los vietnamitas les gusta el balance, asegura Prasad. A parte del pho , el resto de sus platillos incluyen diversas texturas: rollos crujientes y fideos suaves; carne cocida y frescos vegetales.