Crítica de Televisión: 'Sense8', lástima un final tan flojo

Quienes disfrutamos de esta serie de ciencia ficción, nos quedamos con un final que cierra, pero que queda corto.

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Sense8, sin duda, va a ser muy recordada por dos elementos: una narrativa que necesita un montaje que nunca llegó a ser sencillo de leer, y en segundo lugar y más importante aún, por su discurso manifiesto de diversidad.

Luego de dos temporadas, un capítulo especial de Año Nuevo y un final de dos horas y media, la serie, finalmente, termina teniendo como principal atenuante la barrera que los dos elementos anteriores pudieran causarle con audiencias generalistas.

El fin de un mundo. Ha sido una pena el término de la serie pues en el fondo subyace una historia de ciencia ficción capaz de diferenciarse del resto de la oferta. Es decir, la realidad metafísica manifiesta en Sense8 de la mano de los homosensorium no existe en ninguna otra obra.

No es una trama de zombis, hombres lobos o vampiros. La propuesta fantástica de Sense8 solo existe en sí misma, es su capacidad diferenciadora y maravillosa. La pena es que no exista continuidad sobre este mundo de ficción con posibilidades no conocidas por la audiencia y los mismos realizadores.

La realización ha sido incapaz de llegar a una audiencia más abierta con su texto. En la recepción, Sense8 nunca fue un producto de consumo generalista. Esto se debe a los dos factores mencionados anteriormente.

Primero sus directoras, las hermanas Wachowski mostraron con esa historia de ciencia ficción una especie de enunciado político (de agrado o no, dependiendo de donde usted se ubique) que por fuerza debía contener imágenes no necesariamente placenteras a la población general.

En segundo lugar, el montaje, que padecía constantemente de figuras más adecuadas para un espacio onírico que para mostrar la conexión sensate, y que nunca lograron consolidar un estilo, por lo que era difícil mantener la noción del espacio donde se llevaba a cabo la acción.

Aunque a esto se le ha restado importancia en algunos espacios, es difícil pensar que una audiencia se pueda comprometer con un producto que es ya de por sí, difícil de seguir por la densa trama.

Sobre el texto. Parece una narrativa que viene no ordenada para ser la pieza final, sino más bien para quemar el último cartucho. La línea argumental se mueve tan rápido que uno comienza a recordar el inicio lento de la primera temporada donde los personajes por poco lograban pasar el llamado del héroe al final de la serie.

Lo que sucede es que quienes llegan hasta este final son audiencia que realmente no necesita explicaciones o demoras en la trama para no quedar rezagadas, es decir: la serie puede avanzar sin necesidad de explicar cada detalle.

Sin embargo, esto acarrea problemas. Por ejemplo, obligando a revelar LACUNA o la oposición interna de la OBP de manera casi traslapada, algo que en otro momento hubiesen sido arcos argumentales de una sola temporada.

Tanto es así, que tales revelaciones no tienen un impacto real en la trama del capítulo final y son casi anecdóticas Es algo que lamentar profundamente, sobre todo por la trama de LACUNA que sin duda hubiese aportado muchísimo a esta mitología detrás de Sense 8, haciendo crecer la cantidad de sensates interesantes y densificando la posibilidad de arcos narrativos independientes.

En ese sentido, es donde se reciente un final tan flojo, que se compone de una nueva vida muy extensa y un clímax corto y poco relevante. Esta vista de los eventos posteriores es excesivamente larga y justamente, como estipula el cierre: “para sus fans”. Sin duda, la quinta parte de esta nueva vida, pudiese haberse agradecido muchísimo más en parte de la trama sustancial y no tanto discursiva desde un punto de vista meramente narrativo. La historia se hubiese enriquecido con más minutos sobre LACUNA y no sobre los eventos posteriores de la nueva vida. Ese es el pecado del final de serie.

Sense8 es una serie que, estando completa, puede ser vista con mayor concentración e interés de la audiencia (beneficios del binge watching), que se puede disfrutar y cuya propuesta de ciencia ficción es increíblemente interesante.

Quienes disfrutamos Sense8, nos quedamos con un final que cierra, pero que queda corto. Es tanto lo que revela el capítulo final de modo condensado, que la posibilidad de haber llevado esto por temporadas era amplia. Es una pena que las historias no pertenezcan a las audiencias.

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