Walter Ferguson y Marcelle Taylor son declarados Ciudadanos de Honor de Costa Rica

En sesión de plenario de la Asamblea Legislativa, este miércoles 22 de febrero se hizo la declaratoria. Ellos son las primeras personas afrodescendientes en recibir este reconocimiento

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El músico Walter Ferguson y la educadora Marcelle Taylor fueron declarados este miércoles 22 de febrero como Ciudadanos de Honor de Costa Rica.

El artista y la lideresa cultural son las primeras personas afrodescendientes en recibir este reconocimiento que otorga la Asamblea Legislativa a personas por servicios notables prestados a la República.

Con un voto unánime de 46 diputados a favor, Ferguson recibió el reconocimiento. Mientras tanto, Taylor recibió 45 votos a favor.

La propuesta para que Ferguron recibiera esta distinción la hizo el diputado Ariel Robles, del Frente Amplio,

“El músico Ferguson Byfield se ha destacado reivindicando la cultura afrocostarricense a través de su composición, interpretación y transmisión musical caracterizada por su creatividad y sensibilidad social, misma con la que no solo comparte las historias de su amado pueblo, multiétnico y pluricultural, sino también, el inglés criollo limonense que caracteriza la cultura caribeña de Costa Rica”, detalla el expediente.

En el caso de Taylor, la diputada María Marta Carballo Arce, del Partido Unidad Social Cristiana, presentó la solicitud.

“La amplia experiencia de Marcelle Taylor Brown en temas educativos, como sus amplios aportes a la educación limonense, sus esfuerzos para resolver problemas comunales y su trayectoria política la hacen merecedora una Ciudadanía de honor”, explicó la legisladora en el documento.

Ferguson, el gran calipsonian

Ferguson nació el 7 de mayo de 1919 en Guabito, último pueblo del Atlántico antes de que el terreno de Panamá se cruce con el de Costa Rica.

Nació en Panamá, pero a los dos años ya estaba viviendo en Limón y, poco después, Cahuita fue el pueblo que lo cobijó al lado de sus papás.

Sus padres fueron el jamaiquino Melsha Lorenzo Ferguson y la tica-jamaiquina Sarah Byfield Dykin. Junto a ellos y sus ocho hermanos desarrolló su vida en Cahuita. Se sabe que desde que era pequeño su madre lo instó a dedicarse a la música y le decía que él nunca tendría que ir a trabajar a la finca. Y así fue.

Aprendió a tocar instrumentos musicales de manera autodidacta. Se enamoró del calipso luego de ver a muchos músicos tocar en las fiestas de Cahuita y otros pueblos limonenses. Su primera canción la escribió a los 20 años, después de eso, la relación de Ferguson con el calipso nunca acabó.

No toda su música fue grabada de manera profesional. Muchas de las canciones de Ferguson fueron copiadas de casete en casete y pasaron entre manos. El primer álbum que grabó fue Mr. Gavitt: Calypso of Costa Rica (1982), después llegaron Walter Gavitt Ferguson (1986), Babylon (2002), y luego, Dr. Bombodee (2004). Gracias a los últimos álbumes, piezas como Going to Bocas, Cabin in the Wata, Carnaval Day, Callaloo y Carolyne, se han convertido en grandes íconos del calipso costarricense.

En los últimos años, el trabajo y el legado de Ferguson en la cultura tica han sido reconocidos públicamente. En 1992 recibió el Premio Nacional de Cultura Popular, en el 2009 el Premio Reca Mora a la Trayectoria Artística por la Asociación de Compositores y Autores Musicales de Costa Rica y, en el 2018, el Premio Cultural Inmaterial Emilia Prieto que se dedica a las trayectorias artísticas y los aportes culturales de una persona.

En los últimos años, don Walter se ha retirado de la vida pública y también de la música debido a su avanzada edad. Él sigue viviendo en su pequeña casa en la Cahuita de sus amores.

Taylor, la maestra aferrada a la cultura

Marcelle Taylor Brown nació en Limón el 3 de enero de 1933. Además de ser educadora, se ha destacado como una lideresa cultural en su provincia natal, pero más allá de eso también por su gran lucha y la defensa del legado afrocostarricense en todo el país.

En el 2017 ingresó a la Galería de las Mujeres por su contribución a la defensa, rescate y fortalecimiento de la cultura afrocaribeña del país y por sus luchas a favor de la inclusión de las mujeres y las niñas limonenses en la educación, la cultura, el deporte y la política, informó el Instituto Nacional de las Mujeres en su sitio web.

Taylor trabajó como docente durante 33 años, además hizo carrera política y fue la primera mujer negra que encabezó una papeleta del Partido Unidad Social Cristiana, que la llevó a ser electa como diputada entre 1986 y 1990.

Después de pensionarse como maestra, doña Marcelle se dedicó de lleno al rescate de la cultura afrodescendiente.

Ella fue la fundadora del Comité Cívico Cultural Étnico de Limón, hace más de 25 años. Este comité, entre otras actividades, es el encargado de montar el Grand Parade que se realiza cada 31 de agosto en la celebración del Día de la persona negra.

El trabajo de Taylor ha destacado en la defensa de la cultura, la gastronomía, la herencia y la música afro para recordarles a los costarricenses que nuestras raíces negras son parte de nuestra Idiosincrasia.