Vasijas precolombinas ‘reencarnan’ en obras de arte

 Pinturas, grabados e instalaciones están inspirados en estos artefactos

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A través de sus obras de arte contemporáneo, el creador costarricense Otto Apuy se aventuró a desentrañar los ancestrales misterios que encierran las vasijas de cerámica policromada de la Gran Nicoya.

La exposición Vasijas comunicantes –que se exhibe en el Museo Nacional– presenta 20 obras entre pinturas de gran formato, serigrafías, monotipias, collage e instalaciones inspiradas en estos artefactos que fueron de uso extendido entre los pueblos precolombinos.

Según explicó el artista, las vasijas guardan en su interior un profundo significado relacionado con el ciclo de la vida, la muerte y, de nuevo, la vida.

“Estos objetos se colocaban como ofrendas funerarias para acompañar al difunto en su tránsito hacia el otro mundo. Cuando los arqueólogos desentierran las vasijas para estudiarlas, es como si los trajeran de regreso a la vida”, explicó el artista, de 59 años y oriundo de Guanacaste.

Sin embargo, Apuy aclara que la muestra no pretende ser un estudio de las vasijas como piezas arqueológicas, sino más bien indagar sobre su legado espiritual y filosófico.

Mensaje universal. Las cinco pinturas –acrílicos sobre lienzo en gran formato– plasman representaciones abstractas de las vasijas ricas en color, textura y movimiento. Algunos de los trazos y formas en obras como Tránsito de ida y vuelta sugieren el proceso de modelado en barro. “Nosotros también debemos debemos modelar la memoria de nuestros antepasados”, reflexionó Apuy.

La obra gráfica –tres serigrafías y nueve monotipias– se acerca más a la figuración siempre en torno a la silueta de la vasija. La organización en cuadrículas y la riqueza de color en estas piezas se asemeja al diseño de algún textil. Algunas de las piezas intercalan textos poéticos, inspirados en la riqueza simbólica de estos objetos.

La pieza Vasijas es un collage de papel, pintura acrílica y piedras ubicado dentro de un nicho en una de las paredes. Esta obra es una versión muy creativa de lo que podría ser un panel informativo o un sistema de documentación sobre el proceso de elaboración de una vasija.

Libro de pochote es una instalación de arcilla, granos de arroz, piedras volcánicas y sedimento de ladrillo. “ Al estar hecha de barro, la cerámica está anclada a la tierra, igual que el ser humano”, dijo Apuy. El árbol de pochote es también protagonista de la serigrafía Bosque tropical seco , que forma un conjunto con la instalación.

Otro conjunto lo integran la pintura Sitio arqueológico y la instalación Sitio arqueológico piedrecillas . Estas dos piezas plantean la relación entre el ser humano, el cielo y la tierra. “Me parece muy interesante expresar un mismo mensaje con una obra en dos dimensiones como una pintura y otra tridimensional”, afirmó el artista.

De acuerdo con Apuy, la obra que mejor sintetiza el concepto de la exposición es V3D o Vasija en tercera dimensión .

Es una instalación hecha con fibras textiles que entrelazan varios fragmentos de cerámica.

Al ser vista desde cierta distancia, la estructura tridimensional parece envolver una enorme silueta de una vasija.

“La figura se levanta desde la tierra, desde el origen para desplazarse hacia el cielo. Las vasijas son objetos capaces de comunicar, pues su diseño parte de la expresión espiritual de lo armónico y del uso doméstico o ceremonial que le dieron nuestros antepasados indígenas”, detalló Apuy.

La muestra se presenta hasta el 9 de agosto en la sala de exhibiciones temporales.