Unos piratas más buenos que el pan hacen reír en el FIA

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La Sabana. Los niños alzaban la voz para conversar con los piratas. Abucheaban a una reina con reglas estrictamente absurdas y aplaudían a rabiar tras cualquier chiste o acto gracioso que se veía en la tarima. Los adultos también reían con estos filibusteros del mar.

Así transcurrió el desarrollo de “El dulce encanto de la isla de Acracia”, obra del grupo La Libélula Dorada, de Colombia, que con un montaje muy ameno, gracioso a mares, colorido y hasta cantarína se tomó la llamada Carpa del Agua en La Sabana, todo dentro del Festival Internacional de las Artes (FIA) 2012.

Es que tres temerarios piratas decidieron dejar las pillerías y convertirse en titiriteros. Y entonces, a bordo de su barco Cascabel, se van a buscar un tesoro muy escondido en la isla de Acracia.

Pero vaya isla a la que iban. En Acracia su reina tenía extrañas reglas: construiría una fábrica de dulces de sal, en Navidad le daría a los niños patines con ruedas cuadradas y decretó que solo los mudos tendrían derecho de hablar.

Sorteando tormentas, librando batallas a espada alzada, estos tiernos piratas sacaron muchas risas y La Libélula Dorada se llevó aplausos por su espectáculo desarrollado de 1 p.m. y hasta casi las 2 p.m. en la que, incluso, pusieron a bailar a los títeres.

Mientras los piratas entretenían al gentío, en la tarima de Música del Mundo o Banco Nacional, se hacían los ajustes de sonido para el concierto que Fuerza Dread dará a las 2 p. m. dentro del FIA 2012.