“¡La ruta C está afuera!”, gritaban desde la entrada del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) los encargados de coordinar el servicio de busetas que transportó ayer, viernes, a cientos de amantes del arte por los museos capitalinos. De fondo, resonaba la música de marimbas que le ponía ritmo al último Art City Tour del 2013.
Aunque en un inició la lluvia amenazaba con obstaculizar el recorrido, esta cedió para dar paso a un desfile de artes y cultura en diversas manifestaciones. Las salas del MADC lucían llenas de personas de todas las edades, interesadas en la muestra Escala de valores , de Walter Irraheta.
“La iniciativa de venir fue de una compañera que estudia arte para pasar una noche diferente, y no siempre estudiando”, señaló Michael Arley, vecino de Heredia, quien esperaba tomar una de las busetas en medio de una larga fila.
“Vamos a tomar la ruta C, pero siempre iniciamos aquí porque nos parece una ruta interesante”, manifestó Ariel Ramírez.
Su acompañante, Jonathan Corrales, había realizado previamente el tour en dos ocasiones: “Es una actividad muy bonita para compartir, porque es interesante como uno interactúa con las propuestas artísticas. Aquí (en el MADC), se exponen cosas bastante interesantes pero muy sencillas: lo bonito es encontrar su significado”, explicó.
En el Museo Nacional, el público era menor pero miraba detenidamente la muestra Vivamos la democracia , que relata la historia de los procesos electorales en el país.
“San José de noche no es tan movido porque no hay tanta gente, por lo tanto, uno se siente más seguro y se recuperan los espacios públicos”, opinó Josué Arguedas.
A medianoche. La Alianza Francesa también atrajo a una gran cantidad de público que se ubicó en las aceras del costado oeste de las instalaciones del centro cultural para disfrutar de La noche en blanco , una actividad que se extendería hasta la medianoche.
“La idea de la Noche en blanco es tanto de la Alianza Francesa como del GAM Cultural a partir de una idea que nació en Francia en el 2002”, indicó Matilde Vanmansart, directora de la Alianza Francesa.
A tan solo 200 metros de esta actividad se desarrollaba una peculiar fiesta literaria. La librería Duluoz ofreció un recital de poesía “avergonzante”, en el cual los asistentes podían leer sus peores poemas: “Ya leí mi poema y fue la peor experiencia de mi vida”, aseguró Andrea Mickus, de la librería.
“La idea era crear un espacio cómodo para burlarse de ellos mismos y leer una cosa que hubieran escrito hace una o dos décadas. Alguna gente se ofreció a leer sus diarios de adolescencia”.
Ayer, San José reveló una cara diferente de la habitual, en la cual el público y la cultura abarrotaron las calles.