Un total de 24 piezas precolombinas ticas se subastará en París

Objetos forman parte de la famosa colección privada Barbier-Muller

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Un total de 24 piezas de piedra y cerámica fabricadas por culturas precolombinas costarricenses, para usarlas en sus labores cotidianas y en ceremonias, estará a la venta al mejor postor durante una subasta en París este fin de semana.

La casa subastadora Sotheby’s programó una puja en la que ofrece 313 objetos fabricados por civilizaciones precolombinas americanas de países como México, Guatemala, Perú, Ecuador, Colombia, Honduras, Nicaragua, Panamá y Costa Rica. Estas piezas pertenecen a la colección Barbier-Muller, el acervo de arte prehispánico en manos privadas más importante del mundo, que hasta setiembre del 2012 se exhibía en el museo del mismo nombre ubicado en Barcelona, España.

Metates (piedras para moler granos), asientos, colgantes, esculturas de guerreros, cabezas, mazas, jarrones, incensarios y lápidas fabricadas por las culturas que habitaron lo que hoy es Guanacaste y la zona del Caribe de Costa Rica, podrían quedar en manos de coleccionistas privados dispuestos a pagar precios que oscilan entre 3.000 y 200.000 euros (¢2 millones y ¢126 millones, aproximadamente)

Tesoro en fuga. La subasta en Sotheby’s – que se llevará a cabo hoy y mañana– sacudió a las autoridades e instituciones responsables de velar por el patrimonio en cada uno de los países involucrados, y algunos de ellos realizaron gestiones para recuperar las piezas. Sin embargo, el panorama es desalentador. “Prácticamente lo único que tenemos es derecho a protestar. Contamos con pocos instrumentos jurídicos internacionales para reclamar las piezas, especialmente si tomamos en cuenta que ya están fuera de Costa Rica. En Francia es legal el comercio de bienes arqueológicos, no está prohibido”, declaró Marlin Calvo, jefa del Departamento de Protección del Patrimonio Cultural del Museo Nacional.

Calvo explicó que todos los trámites de reclamo de las piezas deben realizarse por vía diplomática, primero ante el Ministerio de Relaciones Exteriores y luego ante la Embajada de Costa Rica en Francia. Según consta en un documento en poder de La Nación, el Museo Nacional elaboró un informe detallado de las piezas en venta y planteó todos los argumentos legales relacionados con el resguardo de bienes patrimoniales en Costa Rica. Este documento se adjuntó a una carta firmada por el director de la institución, Christian Kandler, en la cual solicita a la Cancillería y la sede diplomática tica en París su gestión ante las autoridades francesas. Hasta el día de ayer, no se había recibido respuesta alguna. “Lo que sí está muy claro es que estas piezas son producto de excavaciones ilegales y, además, salieron del país de modo ilícito pues luego de revisar los archivos del Museo Nacional no existen registros de su existencia y mucho menos autorización para su exportación”, aseveró Calvo.

Uno de los principales obstáculos sigue siendo la carencia de documentación que compruebe información fundamental sobre las piezas arqueológicas como propiedad, la procedencia, las condiciones bajo las cuales salieron de sus países de origen así como las transacciones comerciales.

“Algunos países como México y Guatemala han movido todas sus fichas, pero sin éxito”, dijo.

La funcionaria subrayó que tanto Costa Rica como Francia ratificaron la Convención de la Unesco de 1970 la cual exige a los países el compromiso de establecer controles y mecanismos para devolver los objetos patrimoniales extraídos ilícitamente.

El director de comunicaciones de Sotheby’s, Andrew Gully, dijo a La Nación: “Durante los últimos 6 meses Sotheby’s ha investigado rigurosamente la procedencia de esta colección y garantizamos total confianza a la hora de ofrecer estas piezas en subasta. Sin embargo, se podría tomar en consideración cualquier información concerniente a un asunto específico”.