Un irreverente bufón llena un clásicocon mucho humor

Juan Madrigal soñaba con llevarles a los alajuelenses clásicos del teatro, como las obras de William Shakespeare, pero quería mostrarlos de forma sencilla y divertida

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Con el pretexto de que a los bufones se les permitía decir cualquier cosa en las cortes de los reyes, Juan Madrigal –mejor conocido como Juan Cuentacuentos– se pone en los zapatos de uno de estos personajes para contar La cómica historia del mercader de Venecia, divertida adaptación de un clásico del dramaturgo William Shakespeare .

La producción, interpretada en su totalidad por Madrigal, se estrenó ayer, en el auditorio del Museo Juan Santamaría , en Alajuela. Con este montaje, el histrión y narrador cumple su anhelo de llevarle al pueblo una obra de teatro del gran escritor inglés, pero en un formato muy entretenido y con un mensaje actual.

En un escenario sin escenografía, Graciano, un bufón de la época en que se escribió la obra (siglo XVII), introduce al espectador a la historia de los amigos Antonio –un mercader de Venecia, Italia– y Basanio, las enamoradas Porcia y Nerissa; y el comerciante Shylock; en total, son 12 personajes.

Con una picardía desbordante, el bufón le cuenta al espectador del préstamo que Basanio le pide a su amigo Antonio; con el dinero, quiere impresionar a una adinerada joven. Sin embargo, su amigo y mercader invirtió todos sus dineros en un negocio, por lo que buscan otra solución.

Es cuando Antonio decide acudir al prestamista Shylock, con el fin de que le facilite el dinero para su amigo de siempre. Sin mayor problema, Antonio recibe el dinero, con la única condición de tener que pagar con un kilo de su propia carne, en caso de no regresar el dinero a tiempo.

Como uno de los protagonistas de los hechos, Graciano desarrolla la narración y le agrega algunos detalles que están al margen de la historia original, como cómicas anécdotas.

Tarea dura.Arturo Meoño , director de la obra, explicó que uno de los objetivos era crear un espectáculo que mezclara la actuación pura con elementos de la cuentería, dos áreas de trabajo que Madrigal conoce bien.

Por eso, decidieron que fuera el bufón quien llevara la voz cantante. Para diferenciar a cada personaje que Graciano va presentando e imitando, actor y director decidieron ubicarlos siempre en un lugar específico del escenario.

De esa manera, por ejemplo, Shylock siempre estará en un punto de las tablas, con su particular forma de hablar y los gestos, los cuales le dejarán claro al espectador de cuál personaje se trata.

La cómica historia del mercader de Venecia permitirá al público ver un gran trabajo físico de Madrigal, porque él baila, canta y brinca a lo largo de casi 75 minutos.

Además, su personaje no se preocupa por las convenciones del teatro tradicional y, en más de una ocasión, se dirige directamente a los asistentes.

Actual. Lo de Madrigal y el deseo de montar un Shakespeare, no era puro antojo o el simple deseo de que los alajuelenses lo vieran interpretar este clásico. Para él, se trataba de la oportunidad perfecta para llevarle al público un mensaje muy actual.

“Al tomarla, vemos que es una obra que habla del aparentar, del pedir préstamos sin medir las consecuencias, de cómo involucramos a amigos como fiadores; con los años, hay más tecnología como celulares, pero el ser humano sigue actuando igual”, agregó Madrigal.

En el montaje, hay algunos cambios o adaptaciones del texto original. Por eso, deja de ser importante la religión de Shylock, pero enfatizan en su trabajo como prestamista.

Además, hacen una analogía entre este comerciante y las tiendas de electrodomésticos, que con tal de venderle lo que sea a la gente, financian préstamos a larguísimos plazos y a intereses muy altos.

También, la obra critica tanto a los que no les importa estar endeudados con cuanta tarjeta de crédito les aparece, con tal de darle una mordidita a la tecnología y tener el celular de moda.

“Queremos que la gente se ría, pero también que reflexione. Creo que el mensaje es directo, aunque la gente se ríe. La gente me decía al ver la obra (en una función privada) que metimos el dedo en la llaga con el tema de las finanzas, deudas y tarjetas”, aseguró.

A este artista no le preocupa criticar directamente cómo algunas cadenas de almacenes exprimen a sus clientes con los créditos, ya que, para él, el teatro debe ser contestatario. Además, insiste en que son muchos los reportajes e investigaciones que demuestran que los ticos están sumamente endeudados en la actualidad.

La obra puede gustarle o no al público; no obstante, Madrigal espera que los jóvenes y adultos que lleguen con la tranquilidad de ir a ver una obra de Shakespeare sin la sensación de que es un montaje solo para iniciados en el arte teatral.

Luego de la temporada en Alajuela, la obra se presentará en San José y, luego, en comunidades.