Tres fuentes nos deleitan con belleza victoriana

Tres bellezas. Hay esculturas victorianas en paredes de Gran Bretaña y Costa Rica

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Las fuentes de beber (drinking fountains), tuvieron un alto impacto en la calidad de vida de los ciudadanos británicos a partir del año 1859. En ese entonces se formó la Metropolitan Free Drinking Fountain Association, una organización preocupada por la enorme suciedad existente en la cuenca del río Támesis, rebosante de basura y de aguas negras y residuales, caldo de cultivo para muchas enfermedades.

Ya durante la Gran Exhibición de Londres, en 1851, un artículo de la Punch Magazine lanzaba un reto supremo: “Quien pueda producir, en Londres, un vaso de agua apto para beber, contribuirá con el mejor y más universal artículo en toda la exposición”.

Fue así como la primera fuente de beber se instaló el 21 de abril de 1859 en el muro de la iglesia del Santo Sepulcro, en Snow Hill, ante una muchedumbre eufórica y agradecida. Dicha fuente servía a más de 7.000 personas por día.

Luego aparecieron filántropos con fondos suficientes para construir más fuentes, y al cabo de 11 años había 140 fuentes de pared y 153 abrevaderos para animales. Pese a dichos esfuerzos, aún estaban lejos los británicos de superar totalmente el reto lanzado por la Punch Magazine en 1851.

Actualmente, la Asociación sigue funcionando y dotando de fuentes de agua en el Reino Unido y en países en vías de desarrollo. Asimismo, junto con otras entidades, la Asociación promueve el uso seguro de fuentes gratuitas de agua para combatir el empleo de botellas plásticas en el mundo, calculado en más de 150.000 millones de unidades al año.

Al mirar las tres fuentes que ilustran este artículo es fácil imaginar que son obra de un mismo artista. En efecto, estas tres maravillosas obras en hierro colado son esculturas de los hermanos William y Thomas Wills, de Suffolk, Inglaterra, realizadas entre 1859 y 1868. Las tres fueron fundidas por Coalbrookdale & Co, en Shropshire, y modeladas bajo la supervisión artística de John Bell y William Theed.

Podemos encontrar las fuentes 1 y 2 en Gran Bretaña: la 1 en Bristol y la 2 en Cardiff. Si usted desea visitar la número 3, solo deberá cruzar el parque Nacional, en nuestra abigarrada San José, y caminar unos doscientos metros al norte, hacia el Hospital Calderón Guardia. Nuestra joya está justo donde se inicia la fila de taxis, en medio de la alta muralla de los antiguos tanques de agua.

Fuente número 1. Se la llama “fuente de la reina Victoria” (monumento clasificado con el grado II en el Reino Unido). La pidió y la pagó Isaac Budgett, un prominente comerciante de Bristol, para festejar el cuadragésimo aniversario del natalicio de la reina Victoria, en 1859.

Esta fuente corresponde al modelo número 106 del catálogo de Coalbrookdale y se destaca por la figura coronada de la reina Victoria, sostenida por dos vigorosos querubines que parecen ofrendar ramos de lirio a la joven soberana. El centro de la fuente es el surtidor de agua, en cuyo marco aparecen los nombres de los escultores.

En la parte superior del surtidor se distingue una gruesa concha, de la cual brota el agua. Estos elementos fueron dañados, pero luego reconstruidos en 1982. Para visitarla hay que llegar a la calle Jacobs Wells, en el condado de Bristol (región South West). También encontramos una réplica en los jardines del palacio Hampton Court, en Londres.

Fuente número 2. En Cardiff se la conoce por la “Samaritana”. Esta bellísima obra se fundió en 1860 por encargo de William Alexander, alcalde de la ciudad de Cardiff, capital de Gales. Corresponde al modelo número 107 del catálogo de Coalbrookdale y se instaló originalmente en un muro antiguo de la ciudad, en la calle de Santa María. Se trasladó a Mill Lane en 1908, y finalmente a su sitio actual, en 1952.

Para llegar a ella hay que alcanzar un puentecito de sillares de piedra, entre el bulevar de Nantes y la calle Greyfriars. La fuente presenta bordes curvilíneos y mide 163 cm de alto por 137 cm de ancho. La obra ilustra el pasaje bíblico de Jesús y la samaritana, descrito en el capítulo IV del Evangelio de San Juan.

Sobresale la figura de Jesucristo, quien señala, con la mano izquierda, este verso bíblico: “Jesús dijo a la mujer: el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed” (San Juan, cap. IV, v. 13 y 14, traducción de la Biblia latinoamericana ). La samaritana escucha a Jesús en un bello espacio decorado con hojas y zarcillos de vid. Desde el cielo, un querubín es testigo del encuentro.

En el marco del surtidor vemos también el nombre de los escultores; sin embargo, a diferencia de las otras, esta fuente no contiene la gruesa concha en el surtidor. Hay una fuente idéntica a la entrada de la iglesia San David, en Merthyr Tydfil, Gales del Sur. Esta fue erigida para conmemorar el matrimonio del príncipe de Gales (después Eduardo VII) con la princesa Alejandra de Dinamarca, en el año 1863.

Fuente número 3. Es la “Fuente de Moisés” y correspondiente al modelo 110 del catálogo de Coalbrookdale. En el proceso de instalación de la primera cañería de San José, en 1868, se instaló la fuente “Cupido y el Cisne” (obra de John Bell, fundida por Coalbrookdale & Co.) en el centro de la plaza Principal, hoy parque Central.

Adicionalmente, fue colocada esta fuente de pared en los tanques de agua en el barrio Aranjuez, donde se la ve en la actualidad.

La fuente de la “Reina Victoria” y la “Fuente de Moisés” tienen varios elementos en común, como la concha central en el surtidor de agua, así como el nombre de los escultores en el marco del surtidor.

Al igual que la fuente de la “Samaritana”, la de “Moisés” ilustra una historia bíblica. A la izquierda se muestra a Moisés cuando golpea una roca, y arriba de su vara se ve un verso bíblico: “Abrió la roca y las aguas brotaron, y por la tierra seca corrían como ríos” (Salmo CV, v. 41, traducción de la Biblia latinoamericana ).

A la derecha, entre juncos, vemos una mujer que da de beber el agua a un niño desnudo y sediento. El milagro adquiere sentido cuando el niño sacia la sed bajo la mirada tutelar de unos ángeles.

En la calle Ellison, en Hebburn (nordeste de Inglaterra) había una fuente centenaria en magnífico estado (apenas jaspeada por una pátina verde) e idéntica a nuestra “Fuente de Moisés”. Tristemente, en el año 2006, los ladrones fueron capaces de desprenderla de la pared, y hasta hoy no se sabe nada de ella, para desconsuelo de los habitantes de Hebburn, quienes han visto perdido uno de sus tesoros. Se sospecha que fue fundida o vendida a un coleccionista, en el mercado negro.

¿Goza de salud y protección nuestra fuente en San José? Afortunadamente, la autoridad responsable de la obra (CCSS) ha intervenido para restaurar los tanques de agua, incluida la fuente, y evitar así que esta sea objeto de vandalismo o desaparezca para siempre, como sucedió con la fuente en Hebburn. A la luz de estos hechos, sería oportuno considerar su traslado a un sitio más seguro, acorde con el espíritu histórico que ella encarna, y adonde todos podamos seguir disfrutando de su vista.

El autor es filólogo y estudioso de temas históricos. La investigación sobre las fuentes victorianas en Costa Rica aparece en www.fuentedelosdelfines.blogspot.com