Detrás de la ópera Wu hay una conocimiento centenario que es invisible al ojo del público, lo único perceptible es la belleza de su arte. El Teatro Nacional ofreció dos funciones del espectáculo a cargo del conjunto de Ópera Wu de la provincia china de Zhejiang.
Fotografías: Diana Méndez.
En las coreografías grupales cada uno de lo actores interpreta papeles particulares. Los payasos deben ser maquillados con marcas blancas en sus narices y, aunque actúan con torpeza en escenario, cada uno de sus movimientos debe ser ejecutado con precisión. Solamente el proceso de maquillaje puede durar dos horas para cada actor.
La riqueza de los tocados, el maquillaje y los trajes son parte de la experiencia sensorial que ofrece la ópera Wu. La belleza de los textiles y adornos debe ser balanceada por la gracia de sus movimientos de baile y la agilidad de sus acrobacias.
La flexibilidad corporal es uno de los elementos más importantes del entrenamiento de los actores de la ópera Wu. En la Danza de Dragón de Nueve partes la coordinación entre los actores es indispensable para conseguir el éxito de las acrobacias y el dinamismo visual.
La Ópera Wu fue presentada en el Teatro Nacional el sábado 23 de enero. La fotógrafa Diana Méndez compartió la experiencia tras escenas con los 23 intérpretes chinos de la tropa de Zhejiang.