El concurso de portales que se organiza en San Ramón hace 13 años ya tiene sus ganadores del 2011.
De entre los 20 portales participantes de todos los distritos del cantón alajuelense, esta navidad el Centro Cultural Histórico José Figueres Ferrer premió tres categorías: tradicional, artístico y bíblico (con personajes de La Biblia).
El reconocimiento para el portal tradicional lo ganó la familia Alpízar González, que es vecina de barrio Belén, en la ciudad de San Ramón.
Por su parte, el primer lugar de la categoría del pesebre artístico fue para Fernando Montero Arce. Además, el pasito de Francisco Elizondo fue el ganador en bíblico.
Los protagonistas. Elieth Alpízar, reconocida por su portal tradicional, dijo que la costumbre de hacerlo en su casa se da desde que tiene memoria.
“Cuando pequeños la verdad pasamos necesidades, pero el portal en esta época no podía faltar. Nunca esperamos regalos”, explicó.
“Se hacía con lo que nos encontrábamos en los potreros y así lo hacemos hasta el día de hoy”, añadió.
El cariño por esta costumbre también inspiró a Fernando Montero, quien tardó cuatro meses elaborando una réplica a escala de la fachada de la iglesia parroquial.
Él ganó un reconocimiento por su pasito artístico. “Decidí hacer la fachada de la iglesia por que este año se cumplen 13 años desde que yo reparé las torres, entonces: ¡qué mejor recuerdo!”, explicó Montero, de 81 años de edad.
A pesar de disfrutar de su jubilación, Montero no deja el martillo, la madera y los clavos de lado. Su portal, hecho con plywood, tiene un tamaño de 2,60 metros de alto y 1,85 metros de ancho. “Disfruté mucho haciéndolo. Me pasaba varias tardes en el parque frente a la iglesia para agarrar bolados. Mi familia siempre me decía que invertía muchas horas y nada que avanzaba, pero es que lo que no saben es que no es nada fácil”, aseguró Montero.
Finalmente, el ganador del portal bíblico fue Francisco Elizondo. Este fue confeccionado con tusas, cascarones de madera y lana.
Los ganadores coincidieron en la importancia de mantener esta tradición y no caer en la tendencia de elaborar nacimientos pequeños y “que caben en un cuadro de cerámica en la sala de la casa.