Pimporruta cautivó a niños y adultos

DiversiónLa obra infantil de títeres El mundo de Pimporruta, entretuvo ayer a costarricenses de todas las edades

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Un pequeño títere del nombre Pimporruta sacó carcajadas y aplausos de las familias que asistieron, ayer, a la inauguración del proyecto CNT Infantil, en el Teatro 1887 del Centro Cultural Nacional (Cenac).

La primera presentación de una jornada de espectáculos para niños que durará todo el mes de setiembre, El mundo de Pimporruta llegó en manos de los chilenos Sergio Liberona –padre e hijo del mismo nombre– que pertenecen a la Compañía de Comediantes Liberarte de Chile.

El espectáculo inició a las 11:20 a. m. con la presencia de un público predominantemente infantil, pero también conformado por adultos de todas las edades, quien acudieron al evento para disfrutar de los muñecos marionetas, muppets y guiñol.

Tras una humorística presentación, Sergio padre e hijo, ambos vestidos con una suéter roja y pantalones negros, se desaparecieron detrás de un escenario morado con cortina roja, y sin más retraso, presentaron al protagonista del espectáculo: Pimporruta, un pequeño y simpatico títere de nariz roja y cabellera morada.

El muñeco, que medía si acaso unos 30 centímetros, invitó a los niños a cantar con él la canción La pata peluda, la cual se utilizaría lo largo de la obra.

Pimporruta le presentó a los espectadores a Juan Pablito, un niño tan inteligente como travieso, que bailaba y movía la boca al son de las manos diestras de Sergio padre, quien manipulaba más de 12 hilos para llenar de vida al personaje.

El muñeco de overoles rojos habló con el titiritero sobre el kínder y sus deseos de tener un hermano mayor, para jugar con él. Tras una interacción de unos minutos, el muñeco y su amo se retiraron del escenario, escoltados por el aplauso del público, que palmeaba al ritmo de la música.

Pimporruta salió nuevamente al escenario, cantando La pata peluda con el público, y luego presentó la segunda rutina de la obra: una sátira musical en manos de unos simpáticos muñecos muppet que intentaban –sin frutos– bailar una coreografía.

La segunda parte del espectáculo también contó con la participación de figuras como el cantante Juan Luís Combate, un títere que cantaba canciones como Bachata rosa y La bilirubina, acompañado de su agrupación, Un cuarto para las once.

El protagonista de la obra provocó más carcajadas de los espectadores, antes de iniciar el tercer segmento de El mundo de Pimporruta, que era estelarizado por Pepito, un chico travieso.

Fanático de la canción A mi me gusta la parafina, Pepito aprendió sobre el respeto a su abuelo, tras vacilar con los adultos y niños en el público, por unos minutos.

Los Sergio Liberona se despidieron del público entusiasta con una presentación de Pipipo el trapecista, una marioneta que deleitó al público con sus piruetas.

El Teatro 1887 no se llenó físicamente, pero sí de risas, diversión y aplausos de un público que le dio una calurosa despedida al dúo, al concluir la hora que tardó la obra.

“Es muy importante acostumbrar a los niños al teatro desde pequeños, y aprovechar la oportunidad de ver un artista de otra localidad”, expresó el Viceministro de Cultura, Iván Rodríguez, quien asistió a la actividad.

El proyecto CNT Infantil continuará los fines de semana a lo largo del mes con las obras La ventana mágica,Cuenta que te cuento un cuento y un títere, Historias Cabécares y El ogrito, cuyas entradas se venderán a ¢1.000.

La iniciativa concluirá con el espectáculo Todos sueñan lo que son (del grupo Pies en el Aire), el 23, 24 y 25 de setiembre a las 8 p. m. y el domingo 26 a las 7 p. m. Las entradas para este espectáculo tendrán un costo de ¢3.000.