Pavel Vangeli: “Deberíamos crecer con el niño en nuestra alma”

Títeres que ríen El checo Pavel Vangeli ofrece Las marionetas cantantes , un espectáculo que viaja por seis escenas divertidas y musicales

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Como siempre ha sido, a lo largo de la historia, llega el hombre de las marionetas y todo el pueblo se reúne. El checo Pavel Vangeli empezó a descargar y preparar a sus muñecos este domingo, en la Antigua Aduana, ante una expectante rueda de niños y sus padres, siempre curiosos por las marionetas.

Vangeli tiene el encanto de la sencillez y la calidez de los viejos maestros de marionetas. En el escenario, muchas veces en la calle, solo están él y sus muñecos, dispuestos a convertir cada pequeño gesto en magia.

Su espectáculo Las marionetas cantantes incluye a varios personajes en sus seis escenas: ángeles, demonios, músicos, náufragos, payasos y esqueletos bailarines.

“No creo que las marionetas sean solo para niños. No era así en la historia. Los marioneteros venían con sus carros y sus marionetas en alambre, empezaban a interpretar, y todos llegaban: adultos, niños, ancianos”, explica.

Su espectáculo atrae por el colorido. Cuenta con un fondo pequeño en el cual va desenrollando los paisajes que recorren sus personajes, como islas y la vieja ciudad de Praga. Estos esqueletos saben tocar el piano y sus diablos bailar tétricamente. Ante ellos, todos gozan.

Según Vangeli, su arte es resistencia ante una sociedad que “no le gusta”: la de la división entre niños y grandes. “La nueva sociedad divide, porque hay un sistema para manipular a la gente; es muy peligroso y lo aceptamos. Luego gritamos por libertad, pero tenemos que pensar en estos primeros pasos”, dice.

Cercanía. Según Vangeli, muchas cosas en su vida ocurren de maneras extrañas, y llegar a trabajar con marionetas fue así: algo que, para nada, fue planeado.

Cuando el artista entró a la escuela de artes podía elegir entre ser actor o dedicarse a las marionetas, y fue la gente que estaba en cada escuela la que lo hizo decidirse. “Hay que entender que era en el tiempo del totalitarismo (en la antigua Checoslovaquia), así que alguna gente – profesores y actores – eran criaturas terribles para mí. No podía colaborar con ellos”, afirma.

Por otro lado, quienes vivían entre títeres, simplemente se divertían y se reían. Vangeli encontró que, en la calle, entre marionetas y niños, se aprende mucho de la improvisación. “Hallé algo que no encontré en la escuela de teatro: un proceso permanente de aprendizaje con la gente, los niños, los perros...”, dice el marionetero.

Fantasía. Los niños se quedan viendo fijamente al ángel que juega con una esfera dorada y vuela sobre Praga. Sus papás también, fascinados con las ricas vestimentas y las canciones que Vangeli mismo va interpretando durante sus historias.

“Si estoy creyendo en todas las cosas en mi obra, todo lo que incluimos en la obra, todos pueden llevarse algo de ella. Por supuesto, no puedo decir qué te llevarás... ¡Depende de ti!”, dice.

A Vangeli no le gustan los títeres demasiado caricaturescos. Según el artista, infantilizan, en cierto modo, cuando deberían hablarle a todos. “Esa es nuestra responsabilidad como marioneteros. Deberíamos salvar nuestro niño interno; deberíamos crecer con el niño en nuestra alma”, señala, y agrega: “Deberíamos entender a los niños y a la vida, y tratar de poner esto contra el mal, la violencia y estas cosas horribles demasiado extendidas por todas partes”.

Las marionetas cantantes se presentará hoy en el Teatro 1887, a las 4 p. m. y a las 7 p. m. El miércoles 9 estará en la Plaza de la Cultura desde las 10 a. m. En La Sabana estará en la Tarima Circo el jueves 10 a las 2 p. m., y en la Tarima “Había una vez” los días 11, 12 y 13, a las 3 p. m.