Durante su vida, Jean Moulaert fue un gran apasionado de las artes y se esforzó para que Costa Rica, su país adoptivo, también pudiera disfrutar del buen teatro.
Ayer, a sus 82 años, y con la satisfacción de haber cumplido su objetivo, falleció este director de teatro y uno de los fundadores del Teatro Arlequín.
Su muerte fue confirmada por su esposa, Pilar Quirós, quien es una reconocida escenógrafa de nuestro país. Según explicó, el deceso se debió a un cáncer terminal.
Moulaert falleció ayer a las 8:20 a. m., en el hospital de Alajuela, provincia en la que vivía junto a su compañera de casi cinco décadas.
Nacido en 1930 en París, su contribución al teatro costarricense fue innegable desde que llegó por primera vez en los años 50.
Además, de ser fundador del Teatro Arlequín junto a figuras como Guido Sáenz, Ana Poltronieri y Daniel Gallegos, entre otros.
Según recordó Quirós, a su esposo le gustaba participar en todo el proceso del montaje de las obras en las que involucraba, desde la música, la fotografía e incluso actuar.
Su aporte le valió varios reconocimiento incluido el Áncora, al cual se hizo acreedor en 1973 y fue el primer director de la Escuela de Teatro de la Universidad Nacional.
Su cónyuge lo recordó como un hombre muy crítico de la política y de la sociedad nacional con sus obras que también tenían elementos divertidos e intelectuales.
De hecho, Moulaert lamentaba la situación de un segmento del teatro actual en Costa Rica por las temáticas que aborda.
“La mejor herencia que Moulaert dejó fue el hecho de confiar que en Costa Rica sí se puede hacer teatro de calidad”, dijo William Venegas, crítico de cine y teatro.
Era un apasionado de las artes, según lo recordó su esposa, ya que también pintaba y tocaba piano, entre otros.
Según Quirós, su cuerpo será cremado en una ceremonia privada y sus cenizas serán esparcidas en un lugar en Tambor donde solían ir a pescar y en el que, según sus palabras, fueron muy felices.
De igual forma, su esposa adelantó que tiene planeado realizar esta semana un festejo al que planea invitar a otras personalidades del teatro para celebrar el legado de su esposo.