Mariposas de tela ‘revolotean’ en las salas del Museo Nacional

‘Metamorfosis’ simboliza las distintas etapas en la vida de las personas

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Las mariposas hechas en tela (quilts) se posaron en las paredes de los calabozos y salas de prisioneros del antiguo Cuartel Bellavista para remozarlas con vivos colores y suaves texturas.

Esta experiencia sensorial es parte de la exposición Metamorfosis, un nuevo ciclo, que presenta la artista textil Silvia Piza en el Museo Nacional.

Su propuesta artística se inspira en el asombroso proceso mediante el cual una grotesca criatura que sale de un huevecillo se transforma en una bella mariposa.

Piza asocia la metamorfosis con las diferentes etapas por las que atraviesa el ser humano durante su existencia; por ello, la muestra también está impregnada de un tinte autobiográfico.

Los capullos simbolizan los distintos episodios de su vida. Uno de ellos, en particular, atrapa historias, palabras, recuerdos personales y familiares.

Arte entre telas. Piza interviene artísticamente un espacio originalmente frío y lúgubre con obras realizadas totalmente a mano como cadenas textiles, cuadros, mensajes tejidos y bordados.

La obra Plataforma se compone de varias piezas elaboradas con técnicas textiles como trapunto, applicqué y bordado combinadas con elementos pictóricos como sellos, tintes y grafitis.

Esta fue una creación colectiva entre la artista y un grupo de jóvenes entre los 10 y los 18 años. “A través de todos los trabajos puedo ver las personalidades de los niños pues cada uno imprime su toque personal”, explicó Piza.

Otra de las obras más llamativas es Cubierta para puerta, un quilt conformado por 47 mariposas acolchadas.

Un elemento recurrente en la exposición son las cadenas textiles a las que la artista llama “tripas”. “Todo empieza y termina con un nudo. Las tripas llaman la atención y, además, son piezas que conectan. Fueron hechas con sábanas rasgadas unidas con croché y luego decoradas. Utilicé más de 100 sábanas que suman cerca de de 6 kilómetros de cadenas”, agregó.

Fototropismo es una obra que alude el fenómeno natural homólogo mediante el cual las plantas crecen en dirección a la fuente de luz, en este caso el Sol.

A lo largo de las salas sobresalen unos 300 huevecillos acolchados hechos con los desechos de las demás obras. “El huevo tiene un carácter simbólico pues de él emerge la forma orgánica; es el anclaje del ser vivo”, manifestó la artista.

Además de los trabajos textiles, la exposición integra la obra Metaformosis opus 226 a marimba y arpa, una composición original del músico Mario Alfagüell.

La muestra estará abierta al público hasta el 26 de setiembre.