Desde que se conocieron en La Habana, los maestros del Ballet Juvenil Costarricense y los de la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso de Cuba trabajan juntos para crear una producción latinoamericana de El lago de los cisnes.
Finalmente, en octubre, el proyecto germinará en el escenario del Teatro Nacional. Entre el 13 y 15 de octubre, tendrán cuatro funciones del proyecto conjunto.
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"El lago de los cisnes es una de las obras más importantes del ballet clásico", aseguró en una entrevista telefónica la vicedirectora de la Escuela Nacional de Ballet de Cuba, Martha Iris Fernández. "Tuvimos una experiencia muy bonita al montar el segundo acto en la Escuela. Hicimos una suite y nos llevó a proponer la idea (al Ballet Juvenil Costarricense) por la cantidad de bailables que tiene y lo sugestivo del tema. Es una obra maravillosa para el público y para que los jóvenes puedan aprender".
La producción de El lago de los cisnes es mixta y conjuga una parte de formación y otra de montaje del ballet.
A partir del 3 de octubre, el proyecto del Ballet Juvenil Costarricense plantea un taller intensivo para estudiantes ticos junto a Fernández y el maestro cubano Daniel Alejandro Sené.
En el montaje del ballet en el Teatro Nacional, el cuerpo de baile de la puesta fue escogido por los dos cubanos. Antes del taller, ha sido entrenado en el país por los maestros de la academia tica, Pedro Martín Boza y Annia Rosales (ambos ex integrantes del Ballet Nacional de Cuba).
En total, El lago de los cisnes contará con 80 bailarines ticos y 18 cubanos. Estos últimos intérpretes estarán a cargo de los roles principales.
Un buen cuerpo de baile
El entrenamiento y ensayos de El lago de los cisnes tiene el propósito de formar un cuerpo de baile con las exigencias del ballet cubano.
"El cuerpo de baile es lo que marca realmente el nivel de la compañía. Las figuras, los solistas y los primeros bailarines, es más sencillo de cubrir porque son personas muy específicas y elegidas", explicó Sené en entrevista por teléfono.
"A una compañía la define su cuerpo de baile", coincidió Fernández. "Me fascina montar cuerpos de baile. Es un trabajo muy especial y muy bello. Lograr que todos bailen bien es muy difícil. Esa es una característica de la escuela cubana, el logro del cuerpo de baile".
Tanto Fernández como Sené fueron bailarines del Ballet Nacional de Cuba. Sené bailó por cinco años, se retiró por una lesión y, desde hace nueve, imparte clases en la Escuela Nacional de Ballet.
Entre las fortalezas del método cubano ambos describen la fortaleza que imparten en los cuerpos de sus estudiantes con ejercicios de equilibrio, el balance de los passés (movimiento de la pierna hacia atrás o adelante), la elegancia y pasión de la interpretación masculina y masculina, además del virtuosismo.
"El ballet tiene una complejidad... Es una cosa parecida a la música. La música tiene una serie limitada de notas pero sus combinaciones producen melodías hasta el infinito. El ballet es un lenguaje con interconexiones que son muy amplias", describió Sene.
Para los dos maestros cubanos, la relación entre los profesores y alumnos es muy importante para conseguir resultados en su formación.
Fernández, por ejemplo, tuvo en sus aulas a estudiantes como Liván Verdecia del Ballet Hispánico de Nueva York y a las primeras bailarinas del Ballet Nacional de Cuba, Anette Delgado, Sadaise Arencibia y Grettel Morejón.
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"Tenemos un pasión tremenda. Tenemos los deseos de que nuestros estudiantes aprendan. Como amamos mucho nuestra profesión, tenemos valores. Tenemos valores muy grandes formados desde la tradición en Cuba, formados por los fundadores y legados por nuestros maestros", dijo Fernández.
"Su propio surgimiento es una ventaja", dijo Sené sobre la metodología cubana. "La escuela cubana es parte del proyecto original de los famosos Alicia, Fernando y Alberto Alonso. Ellos descubrieron con Alicia y sus críticas en Estados Unidos, que decían que ella tenía una forma de bailar como latina, una forma distinta de bailar", describió.
Para los maestros, el enlace con Costa Rica es una nueva experiencia de la cual sacar provecho. Ambos se preocupan sobre todo por una cosa: conseguir que los bailarines costarricenses que estén a su cargo, en siguientes semanas, nutran su proceso artístico.
"El maestro es el rector del proceso docente educativo", afirmó Fernández. "Que un alumno pueda, a través de nuestras enseñanzas, obtener un resultado en su vida artística y técnica, eso es la alegría más grande. Es la satisfacción y realización personal del maestro".
Funciones del ballet El lago de los cisnes
La producción cubano costarricense de El lago de los cisnes tendrá cuatro funciones en el Teatro Nacional. El viernes 13 y sábado 14 de octubre serán a las 8 p. m. El domingo 15 de octubre las presentaciones serán a las 11 a. m. y 5 p. m. Las entradas cuestan entre ¢15.000 y ¢47.000 y se pueden conseguir en el sitio www.eticket.cr.