P elículas populares hay docenas, pero no cualquiera ha generado un universo. Desde que Star Wars se lanzó, en 1977, dejó de ser un filme y se convirtió en una parte más del “Universo Expandido”.
A la primera cinta, dirigida por George Lucas, le tocó un buen año. Desde que Tiburón (Steven Spielberg, 1975) transformó la industria de Hollywood, inaugurando la era de los blockbusters de verano, cada superproducción se esforzó por lograr más y mejor, y la audiencia era cada vez más receptiva para fantasías hiperbólicas.
Este western samurái del espacio abrió un parque temático en la imaginación de la cultura pop: era su momento. Desde entonces, se han generado libros, videojuegos, juguetes, cómics y series televisivas y web que componen el llamado Universo Expandido.
Saga de papel. La primera novela que añadió historias paralelas a las películas de Lucas fue Splinter of the Mind's Eye (1978), del amigo del realizador Alan Dean Foster. De 1977 a 1983, florecieron publicaciones que exploraban a los personajes más fascinantes de la trilogía original, como Lando Calrissian (el explotador de gas del planeta Bespin en El imperio contraataca ) y el mismo Han Solo.
Durante años, la empresa de Lucas, Lucasfilm, se aseguró de que las ideas de distintos autores calzaran entre sí. Todas estas historias, a diferencia de la fan fiction tradicional, son autorizadas y cotejadas por quienes poseen los derechos de la marca (hoy, Disney).
En 1991, Timothy Zahn publicó la trilogía Thrawn , ubicada temporalmente cinco años después de El regreso del Jedi y enfocado en el Almirante Thrawn, único no humano que alcanza las altas esferas del Imperio Galáctico. Esta serie vendió más de 15 millones de copias en el mundo, y reavivó el interés de autores en continuar el legado de Lucas.
Series como Shadows of the Empire y Death Star ampliaron la gran historia de la Alianza Rebelde enfrentada al Imperio. X-wing de Michael A. Stackpole y Aaron Allston fue una de las que amplió las experiencias de personajes marginales, como los guerreros de ambas facciones.
Cuando Lucasfilm y Disney negociaron el traspaso de los derechos de autor que permitirán la realización de la nueva trilogía, desestimaron gran parte de la historia posterior a El regreso del Jedi que ya se había contado en los libros.
Para los más fanáticos y lectores, la gran duda es de qué manera casará las expectativas de lo que ocurre a Luke, Han y Leia después de la Batalla de Endor, cierre de la trilogía original, con lo que los lectores ya vieron ocurrir en los libros, como el fallecimiento de algunos personajes y la destrucción de planetas.
En movimiento. Desde temprano, también los cómics ampliaron las historias que Lucas había esbozado en su universo. En el 2014, Marvel anunció que continuaría la saga en este medio, que se presta bien para una historia que, precisamente, se inspiró en un cómic: Flash Gordon , de 1936.
Lucas se ha desmarcado de decisiones creativas de los autores como la “resurrección” del Emperador Palpatine y la invasión Yuuzhan Vong, que aniquila a buena parte de los personajes queridos y planetas conocidos.
Es complejo definir qué pertenece al canon de Star Wars y qué no. El Universo Expandido incluye, además, más de 120 videojuegos diseñados desde 1983; el infame especial de Navidad de 1978, dos filmes enfocados en los adorables Ewoks de El regreso del Jedi y muchos productos más, como audiodramas, atracciones y las series de artículos de Lego.
¿Es parte del canon una serie protagonizada por muñecos de Lego animados (las tres temporadas de Lego Star Wars )? Quizá los más puristas encuentren puntos de disenso, pero para el fanático enamorado que alguien más le brinde la oportunidad de explorar los rincones de la galaxia, en el formato que sea, es como revivir la primera vez que lo fascinó la saga galáctica.