La percusión agita la danza

Un nuevo proyecto coreográfico debuta hoy. Se trata de Imagodanza, compañía independiente creada por dos grandes de la danza tica: Rogelio López y Luis Piedra. Nacerá en cuna de oro: el Teatro Nacional será su escenario y el Ensamble de Percusión Costa Rica UNED será su cómplice

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La vibración de los instrumentos de percusión se conjugará perfectamente con el movimiento en el espectáculo Danzamble, producción del Ensamble de Percusión Costa Rica UNED y la compañía Imagodanza. De hecho, este trabajo marca el debut de la agrupación de danza, nuevo proyecto de los coreógrafos Luis Piedra y Rogelio López.

Danzamble, que tendrá funciones hoy y mañana en el Teatro Nacional, es un concierto de música clásica y contemporánea de percusión que se acompañara con cuatro coreografías hechas por Piedra y López, dos de los coreógrafos de mayor trayectoria en el movimiento de danza costarricense.

Las obras coreográficas fueron inspiradas en las obras musicales Toccata para percusiones, de Carlos Chávez; Uneven souls de Nebojsa Jovan Zivkovic; Ku-ka Illimoku y Ogun Badagris, de Christopher Rouse.

También el Ensamble de Percusión Costa Rica UNED tendrá la oportunidad de lucirse en solitario con la interpretación del Trío por uno, también de Jovan Zivkovic.

Esta última composición será interpretada por Alejandro Molina, Ricardo Alvarado y Bismarck Fernández, director del ensamble.

Lo que se verá. Para este espectáculo, cada coreógrafo realizó dos piezas que serán interpretadas por los 13 bailarines de Imagodanza, proyecto coreográfico que sus directores realizan de forma paralela a sus otros compromisos profesionales dentro y fuera del país.

En el caso de Rogelio López, él creó las coreografías de la Toccata para percusiones y Ogun Badagris, mientras que Luis Piedra hizo las de Ku-ka Illimoku y Uneven souls.

Según López, no quiso contar una historia o analizar un tema en específico en su caso, sino que su objetivo fue desarrollar obras donde pudiera explotar el placer de bailar, pues la música está llena de momentos dramáticos y de gran fuerza.

De esta manera, en la Toccata para percusiones , el público podrá ver un trabajo compuesto por solos, dúos y algunas partes grupales.

Sus intérpretes realizan cada movimiento como si fuera una evolución: al inicio de la coreografía, cada giro, cada extensión de brazos y piernas se realiza lentamente, hasta desembocar en pasos cargados de energía, que llenan de fuerza el final de la coreografía.

Para López, este trabajo viene acompañado con un mar de recuerdos, pues, en los inicios de su carrera, cuando fue maestro en el Conservatorio Castella, hizo un montaje con esta misma obra musical. Sin embargo, se apresuró a aclarar que entre aquella obra coreográfica y la actual no hay ningún parecido.

A diferencia de la Toccata para percusiones, en Ogun Badagris, López desarrolló una coreografía muy similar a las danzas de los ritos africanos, en la que hay muchos saltos y movimientos que agitan completamente el cuerpo de los intérpretes, quienes se dejan llevar por la música.

Además del baile, esta pieza se ve enriquecida por un vestuario compuesto por vaporosas faldas blancas, que embellecen cada uno de los pasos de la obra.

“Esta danza es como una limpia; es como entrar en trance para poder sacudir nuestro mundo interno en relación con el externo. Esta es una obra inspirada en los rituales de los principios de la humanidad, a los que la cultura debe acercarse actualmente”, comentó López.

Al igual que López, Luis Piedra aprovechó la oportunidad de poder presentar su trabajo al lado de un ensamble de percusión.

El gran objetivo en su caso fue desarrollar coreografías “muy sensoriales”; es decir, en las que los cuerpos pudieran moverse de acuerdo a lo que les dictará la música.

En Ku-ka Illimoku y en Ogun Badagris, Piedra aprovechó el ritmo para crear obras grupales, llenas de momentos sumamente dinámicos, en los que el golpe de los pasos de los intérpretes se une a la música e, incluso, parecen un mismo son.

“La primera pieza (...) es como un juego de hilos y puntos donde los bailarines se meten por un lado y aparecen por otro. En el caso de la segunda obra, que en español se llama Almas dispares, quise crear diferentes atmósferas mediante el uso del espacio; en ella quise reflejar el pulso de la vida, donde hay momentos de contemplación y explosión”, aseveró Piedra.

Cómplices. La idea de crear un espectáculo que fusionara música para percusión y danza es original del director del Ensamble de Percusión Costa Rica UNED, Bismarck Fernández.

Esta iniciativa terminó por desencadenar una serie de coincidencias, pues, cuando le contó , Piedra tenía en mente crear un grupo independiente al lado de López.

Ante la propuesta, ambos coreógrafos aceptaron de inmediato, ya que la iniciativa les permitiría hacer su debut acompañados de música en vivo, algo que le da mayor belleza a las obras, y en un escenario como el Teatro Nacional.

“Esta conjunción ha sido maravillosa; esta es una manera increíble de comenzar, porque la danza se multiplica con música en vivo, sobre todo con un ensamble de percusión, que es capaz de meter la música en la sangre y en cada poro”, aseguró Luis Piedra.

Al igual que los creadores, los músicos también se sienten satisfechos con el resultado obtenido y auguran un éxito en escena.

“Hemos hecho una muy buena combinación los músicos del ensamble nos sentimos muy bien, creo que el espectáculo será fluido y las coreografías serán fantásticas”, manifestó Fernández.