En escena, un grupo de intérpretes trabaja como los engranajes de una máquina: se mueven, se tocan, se muerden, se besan. El escenario, colmado de materiales de desecho, es otro personaje del texto que interpretan.
"La chatarrera sola, en sí misma, es un espectáculo", afirmó el director Janko Navarro sobre el Centro de Acopio La Sylvia (en Barva de Heredia), lugar donde estrenarán, este 9 de abril, una primera encarnación del proyecto Máquina. La función única será a las 5 p. m.
Según explicó Navarro, Máquina opera tanto como un laboratorio corporal para los 14 intérpretes de la obra como un laboratorio espacial que ha permitido explorar a profundidad los rincones del Centro de Acopio.
"El espacio se vuelve muy genereso cuando uno tiene claridad de qué quiere hacer en él", dijo el director.
El equipo utilizó como base para su investigación a Máquinahamlet (Hamletmachine), un texto teatral que escribió el alemán Heiner Müller en 1977 como una forma de abreviar la trama de Hamlet de Shakespeare y, además, imprimirle la angustia social y política de su época.
"Un trabajo sobre Hamletmachine me parece fundamental. La obra tiene una gran actualidad, es muy contemporánea, y estamos frente a un clásico político, estético, poético, muy particular", describió Navarro sobre el texto dramático."Está cumpliendo 40 años y, de alguna forma, se actualiza cada vez más en el presente. El poder y su corrupción, lo podemos ver diariamente. Una burguesía muy acentuada en su erotismo, su sexualidad. Todo lo que tiene que ver con el patriarcado, la conversión del cuerpo de la mujer en un objeto".
Navarro precisó que, aunque utilizaron el texto de Müller, su interés no es entregarlo fiel a los espectadores. Su interpretación tiene un "espíritu de laboratorio": de formación para su equipo de trabajo y de exploración para su objeto de investigación.
Trabajo en proceso
La presentación de Máquina será la apertura pública del laboratorio que, Navarro espera, se extenderá a dos años. El director explicó que, en setiembre próximo, presentarán una segunda encarnación de sus hallazgos en el Teatro Vargas Calvo.
"En ese espíritu de laboratorio hemos contenido la presión de realizar un producto. Nos resistimos al producto, apostamos por una obra como proceso. Se realizarán varios procesos sobre este material de estudio", aseguró Navarro. "Es un proceso que tiene que ver con los lazos de colaboración".
En esa colaboración, Navarro explica que involucraron a artistas profesionales y, también, a otros en formación. 14 intérpretes están en el escenario creado dentro del Centro de Acopio; no obstante, agradece a otros participantes del proceso: Erick Jiménez (del festival SóloDos en Danza) como coreógrafo; José Álvarez Sanóu y Andrea Catania como visores del proceso; y los productores de Tiempo Líquido, como creadores de una única escena del montaje.
"Un espacio de laboratorio es un espacio difícil de mantener, conceptualmente y materialmente. Pero es parte de la resistencia que nos propone el proyecto y la obra", reflexionó Navarro.