La exquisitez de la porcelana de Miguel Casafont

Chinoiserie. Miguel Casafont expone pinturas en acrílico y acuarelas inspiradas en el arte tradicional chino en el Museo Calderón Guardia

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En cierta forma, Miguel Casafont no fue un buen alumno: nunca aprendió a pintar mal, y he aquí las pruebas. Bajo el título Chinoiserie , el arte de su arte vuelve al Museo Calderón Guardia para rendir homenaje esta vez a los tradicionales objetos decorativos y prácticos de la China, que ejercieron gran influencia en la cultura europea del siglo XVIII.

Su exhibición comprende 44 pinturas de grande y mediano formatos hechas con acrílico, 16 acuarelas (litografías giclée en papel Arches), siete pergaminos de papel de arroz sobre seda, tres platos pintados en azul cobalto con la técnica de la mayólica, y un abanico de seda dorada pintado a mano. Las obras carecen de nombres propios.

La primera sala alberga las pinturas de gran formato, incluida una, apaisada, integrada por cuatro piezas. El salón intermedio presenta acrílicos de trazo algo expresionista, dice Casafont. La sala más amplia reúne técnicas variadas. El último recinto hospeda siete rollos de papel de arroz sobre seda china, trabajados por Casafont con pintura acrílica y tinta china diluida. Los rollos se fabricaron en China.

Don Miguel Antonio Casafont Broutin es uno de los dibujantes y pintores más consolidados de Costa Rica; pero, además, es un admirador de las culturas orientales, de la India hasta el Japón. Su alma de connaisseur lo ha inducido a formar hermosas colecciones de objetos orientales. “La mayoría de estos objetos son míos; otros me los prestaron para que yo los ‘retratase’ porque sigo siendo retratista”, bromea Casafont.

La mayor parte de las piezas representadas son pequeños objetos hechos en porcelana y pintados con el tradicional color azul cobalto. Empero, Casafont también empleó otros colores tradicionales, como el rosado y el verde. El artista recuerda que la porcelana se obtiene luego de hornear la blanca arcilla de caolín a temperaturas muy altas.

Modelos ideales

Chinoiserie (chinería) es un término francés que resume la fascinación europea por una China que solo se conocía mediante sus objetos de arte. En boga durante el siglo XVIII, su influencia llega hasta hoy mediante colecciones de vajillas, muebles de laca, biombos, tejidos y ropa, objetos que invadieron las cortes y las mansiones de gente adinerada. Hasta la arquitectura sintió los vientos orientales pues algunos palacios edificaron imitaciones de pagodas. En general, el trabajado arte rococó recibió la influencia de la estética china.

Como una prueba de la variedad de aquella influencia, la primera sala de la exhibición acoge música barroca: la ópera Le cinesi ( Las chinas , de 1754), del alemán Christoph Willibald Gluck.

En junio del 2013, Miguel Casafont expuso paisajes marinos al acrílico en la Rectoría de la Universidad de Costa Rica. ¿Cómo definió el tema de la presente exhibición? “Estaba en dudas, pero, una tarde, vi que en mi casa había muchos objetos que podrían servirme de modelos; además, no cobran, no se mueven, no comen ni van al baño”, ríe el artista.

“Yo pedí todas las salas del museo y trabajé durante el año 2016 y hasta enero último. Pinté compulsivamente, muchas veces hasta las tres de la madrugada. Cuando terminaba una obra, le tomaba una foto y la mandaba a Luis (Núñez, director del museo), y así avanzamos como en una ‘telecuraduría’”, narra Miguel.

“Para esta serie, primero tracé las figuras con tiza; luego apliqué el color obscuro, del fondo, y fui saliendo hacia el más claro. Un reto especial fue captar el brillo de la porcelana, que es único”, relata el artista.

El fondo de ciertas pinturas es muy uniforme, realizado con pinceles de pelo de marta cibelina; no obstante, otros fondos exhiben tonalidades de un mismo color, que solo se perciben de cerca. Una pieza ofrece el fulgor del polvo de oro. Algunos objetos reposan sobre una mesa imaginaria, mas otros se suspenden en el aire, cristalizado en lienzo.

‘Alla prima’

Los fondos de unas pinturas incluyen figuras sutiles: pagodas, jardines o ideogramas, como tapices que el artista ha tejido con su imaginación. Se ve un extraño tazón negro, realmente porcelana esmaltada con aquel color. Para hacerlo, un artista chino empleó el esmalte alveolado ( cloisonné ), técnica aplicada en la decoración de objetos metálicos con esmaltes vidriados.

“En las pinturas utilizo una técnica clásica conocida en italiano como alla prima (al primer intento), mediante la que no se rellena un dibujo con color; al contrario, la pincelada es suelta y de un solo trazo. La pintura se coloca directamente sobre el lienzo para modelar las formas. Alla prima exige un gran domino técnico pues los errores no pueden corregirse”, precisa Casafont.

Unos taburetes de porcelana se pintaron del tamaño natural, pero casi todos los demás objetos son muy pequeños, y el artista los ha ampliado muchas veces. En una pintura nos aguarda un monje budista; en otra, un fu , mítico perro-dragón del horóscopo chino. Un pasillo brinda hermosas acuarelas en pequeño formato.

Dentro de una vitrina se perciben tres platos blancos y pintados en azul cobalto. “Los mandé a hacer en mayólica porque aquí no hay el caolín, la arcilla blanca con la que se forma la porcelana”, explica Miguel. “Pinté los motivos con un polvo rosado disuelto en agua, muy tenue, pero el dibujo es un albur pues solamente se ve después de hornear el plato”, detalla.

Detrás de esos platos aparece un abanico de seda dorada que el artista también decoró. La influencia del arte chino se nota en una pintura que representa unas tazas realmente hechas en Inglaterra. Los dibujos evocan la leyenda del sauce azul ( blue willow ).

En la salita final, una puerta de vidrio ostenta un poema de Miguel: “En la casa del oro blanco / hay siete pergaminos, / papel de arroz sobre seda china. / Con el matiz de la luna, / un pincel azul dibuja / la exquisitez de la porcelana”.

Arte en renacimiento

El director del Museo Calderón Guardia, Luis Rafael Núñez Bohórquez, explica que la presencia temprana del arte oriental en Europa fue una consecuencia de los viajes de europeos por Asia. “Ellos ‘descubrieron’ el arte de la India, China, el Japón y otros países lejanos. Los viajeros retornaron con objetos de porcelana, laca, tejidos y otros materiales, y todo ello impresionó a los artistas del periodo romántico”, manifiesta el director.

Añade que, fuera de su lugar de origen, ciertos objetos dejaron de ser de uso (taza que se usa) a ser de lujo (una taza que se expone). Muchas casas terminaron siendo pequeños museos domésticos, y los pintores las trasladaron a los lienzos.

El arte chino siempre renace. Así, en el 2000, el Museo Calderón expuso la colección del Palacio de Taiwán, compuesta de porcelana, jade y caligrafía. “La caligrafía china es también un arte que trasciende el significado de las palabras”, opina Núñez. A su vez, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York ofreció una enorme exposición de arte chino tradicional en el 2016.

“A partir de una concepción personal de la pintura figurativa y realista, Miguel Casafont captura la belleza de la porcelana con sus brillos y colores”, opina Luis Núñez y añade: “En sus cuadros hay una seria investigación de la teoría del color para combinar los fondos y las figuras: aquí hay maestría”.

Entre sus cuadros, espejos de la imaginación para la realidad, Casafont afirma: “Pinto por el placer de crear objetos estéticamente bellos que son el escenario de mi vida. Me interesa rescatar el oficio de la pintura: optar por la figuración, definir la perspectiva...” y finaliza:

–Mi obra habla por sí misma, sin la ayuda de textos rebuscados ni de los engreídos discursos que hoy están en boga. La pintura es su propio idioma. El espectador decide y hace su análisis. Solo soy un pintor; profeso el quehacer de la pintura e intento enaltecer el oficio del arte.

Traje de la China

Chinoiserie se ofrece hasta el sábado 11 de marzo de lunes a sábado de 9 a. m. a 5 p. m. en el Museo Rafael Ángel Calderón Guardia, que está ubicado 100 m este y 100 m norte de la iglesia Santa Teresita (avenida 11, entre calles 25 y 27), en barrio Escalante. La entrada gratuita. Teléfono 2255-1218.