La esquina de la salud en el Paso de la Vaca

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El edificio de la botica Solera no puede pasar inadvertido tanto por su ubicación estratégica como por su diseño en cuña.

“Este edificio encierra un gran valor arquitectónico, urbanístico histórico y simbólico para San José y para Costa Rica”, opinó el arquitecto e investigador Andrés Fernández. El inmueble fue declarado patrimonio histórico arquitectónico en 1999, pero tuvieron que pasar 14 años para su restauración y rehabilitación.

Según explicó Fernández, no existe suficiente información como para corroborar quién fue el arquitecto que diseñó el edificio, pero se sabe que fue construido por la compañía de Antonio Doninelli a inicios de la década de los 30 del siglo XX. “Su estilo corresponde a las tendencias arquitectónicas de la época, tiene elementos del neoclásico, pero simplificados con líneas del art deco . Se aprovechó un lote en cuña sobre una diagonal para construirlo y posiblemente está inspirado en el edificio Flatiron de Nueva York y otros en ciudades como Madrid y Buenos Aires”, dijo.

Su valor histórico, destacó Fernández, radica en que además de ser una farmacia, también era droguería, es decir, los medicamentos se preparaban ahí mismo con base en recetas.

“En es época todavía no existía la seguridad social, de modo que el farmacéutico del barrio prestaba un invaluable servicio a la comunidad”, opinó el experto.