‘La ciudad sitiada’: bajo escombros, una cruda mirada hacia el dolor y la miseria

La ciudad sitiada del Teatro del Público presenta una cruda cara de la injusticia, el hambre y la violencia que se sufre después de la devastación de la guerra

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“¿La pasó bien?”, me preguntó la actriz Ana Ulate, al finalizar uno de los últimos ensayos previos al estreno teatral de La ciudad sitiada . Contestarle no fue necesario para intuir mi respuesta. No. No la pasé bien.

Y es que eso busca este segundo montaje a cargo del grupo Teatro del Público : que el espectador sufra, sienta y sea parte de una sincera obra que presenta una cruda, pero real mirada hacia la injusticia, el hambre, la miseria y la violencia que viven los habitantes de una ciudad devastada por la guerra.

Al apagarse las luces, el público deja de ser público y los actores se encargan de dejar eso en claro. Lo que están a punto de hacer ya no se trata de una interpretación dirigida a espectadores inertes y ajenos; ahí, en la angustiante oscuridad, se sufre con ellos la más profunda miseria humana.

Lamentos y quejidos de personas rogando por un pedazo de pan, una taza de café o cualquier cosa que alimente es solo el comienzo.

Mientras tanto, ahí estaba yo, en las gradas, reducida a no más que un putrefacto perro muerto. Conmigo, cumplieron completamente su objetivo.

De vuelta. Tras recibir el reconocimiento del jurado en los Premios Nacionales de Cultura 2015 por su primer montaje, Ñaque o de piojos (mejor actor para Melvin Jiménez y mención honorífica al actor Carlitos Miranda), el Teatro del Público en coproducción con el Teatro Universitario vuelve a escena con una obra de la dramaturga y directora española Laila Ripoll.

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Leonardo Sandoval está a cargo de la dirección de las 16 funciones que se presentarán del 25 de febrero al 20 de marzo en el Teatro Universitario de la Universidad de Costa Rica, en un horario de jueves a sábado a las 8 p. m. y domingos a las 6 p. m.

Una serie de monólogos y escenas divididas en 16 episodios transcurren entre escombros, ruinas y polvo. “Es una obra muy humana”, comenta Sandoval.

“A pesar de que históricamente nos han dicho que somos un país de paz que no tiene ejército, nosotros sentimos que necesitábamos hacerla, porque habla del ser humano más que de la guerra en sí”, expresa el director.

Pablo González, integrante del elenco, agrega que aunque se toquen temas que los costarricenses pueden sentir muy ajenos, también aborda contenidos específicos que nos conciernen a todos: el hambre, la pérdida de un ser querido, la violencia.

“Todo eso es peor para nosotros que sí lo vivimos y no porque haya una guerra, sino porque siempre hay gente asesinada, mujeres que son violadas, inseguridad ciudadana, la pobreza y eso nos ayuda mucho de pretexto”, afirmó González.

Para Ana Ulate, quien fue la directora de Ñaque o de piojos , Laila Ripoll lo que hace en su texto es universalizar el conflicto. “Son las guerras de todo el mundo. Son esos seres humanos que no deciden ir a la guerra, sino que la guerra les cae encima”.

Teatro que enfrente. Fue en el 2011 cuando cuatro estudiantes de Artes Dramáticas compartieron una escena juntos. Ahí, se dieron cuenta que la química funcionó y deseaban seguir trabajando como grupo.

Carlitos Miranda, Pablo González, Leonardo Sandoval y Melvin Jiménez decidieron presentar para el concurso Puesta en Escena en el 2013 La ciudad sitiada , pero nunca salió a salas.

Allí, Ana Ulate y Fanny Vargas se unieron al colectivo al formar parte del elenco. Tiempo después, Madelaine Garita terminó de conformar el grupo de actores que surgió por esa necesidad de crear algo fresco y diferente.

Su nombre como colectivo se inspiró en la primera escena que interpretaron los primeros cuatro integrantes, un extracto de El Público , de García Lorca. Una vez conformado el grupo, tenían claro lo que querían hacer. “Lorca decía que el teatro que complace a la gente no es el teatro que uno debería estar haciendo, sino que uno debería estar haciendo el teatro que está debajo, que está oculto”, dijo Sandoval.

“Es ese teatro que la gente que tiene poder no quiere que se haga”, agrega Fanny Ulate. Para ellos, el grupo ha desarrollado una sensibilidad hacia temas que enfrenten y las obras los han elegido a ellos, más que ellos a las obras.

¿Con qué criterio eligen lo que el público debe ver?

Carlos : El teatro, en general, tiene la cualidad de que es presencial. Estamos tan expuestos a este tipo de imágenes (violentas y de injusticia) que nos resbalan un poco. Con el teatro se enfrentan situaciones así, vestidas con mucha poesía, palpables y humanas. Eso no lo hacen otros medios, no pueden.

Pablo : Todo esto con un carácter que no es moralista ni anecdótico. No queremos decir: ‘la solución es esta’. No sabemos cuál es la solución, pero hablemos, a ver si entre todos encontramos la respuesta.

Leonardo : La idea es envolver al público en la magia del teatro, sacarle algo más que una mirada o que una sonrisa.

Independencia. No tenían dinero para producir el que terminó siendo su primer montaje, Ñaque , y aún así, recibieron el mayor galardón de teatro del Ministerio de Cultura.

“De manera orgánica vincula el espectro político macro con vivencias personales, íntimas y familiares y finalmente por la realización de un documental de contenido social y político con lenguaje cinematográfico y rendir con él un tributo a actores sociales, que han sido ignorados durante mucho tiempo”, justificó el jurado.

Para ellos, el hecho de que se reconozca al teatro independiente es una señal de que la lógica está cambiando y la institucionalidad cultural está volviendo sus ojos hacia un trabajo con pocos recursos, pero honesto, necesario y comprometido.

Por ahora, lo que tienen asegurado es que el 7 de abril, en el Teatro 1887, harán una única función de Ñaque o de piojos y que 16 funciones les esperan con esta nueva propuesta a partir del 25.

Hacer teatro que transforme es lo que buscan. Poder dejar de trabajar en algo más durante el día para poder hacer teatro durante la noche, es con lo que sueñan.

Funciones:

Día: del 25 de febrero al 20 de marzo. Lugar: Teatro Universitario de la Universidad de Costa Rica. Horarios: 8 p. m. (de jueves a sábado) y 6 p. m. (domingos). Precios:¢5.000 (general), ¢4.000 (estudiante) y ¢3.000 en preventa. Capacidad por función: máximo 50 personas. Más información: 2511-6733 o 8319- 9140.