La caricatura, humor contra lo insalubre

Hace más de cien años. Graves problemas, como el dengue, ya se denunciaban en la prensa

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“Caminante, son tus huellas / el camino, y nada más; / caminante, no hay camino, / se hace camino al andar”, escribió el poeta Antonio Machado en sus Proverbios y cantares. En el campo de la salud, algunas de aquellas huellas de nuestras abuelas y abuelos quedaron resguardadas en los documentos artísticos que llamamos “caricaturas”.

Más allá de los sucesos electorales, el dibujo de humor captura momentos de la cotidianidad y los registra: son huellas (sociales, más que individuales) que exhiben fragmentos de la realidad; problemas, desafíos y logros de aquellas colectividades que los vivieron y a menudo los sufrieron.

Así, caricaturas de principios del siglo XX nos hablan hoy de una Costa Rica aquejada por graves dificultades en el ámbito de la salud pública. En marzo de 1900, la revista El Látigo exhibió los problemas del “servicio higiénico de la capital” con la imagen de varios zopilotes sobre la carga de un carretón, en la que viajan también algunas ratas.

Ciudad insalubre. Cuatro años después, la revista De Todos Colores muestra una insalubre población josefina. En una sala de infestados por miasmas, los enfermos de tifoidea desvarían hablando de “cosas raras: de cloacas, tuberías, niveles y planos”.

En la viñeta contigua, ante las corrientes de agua limpia, un zancudo, un zopilote, un cerdo y un ratón se reúnen para protestar “enérgicamente sobre el injustificable, gratuito y directo ataque que se nos piensa hacer a nuestros medios de vida y desarrollo”.

En otros de sus dibujos, Juan Cumplido reitera sus denuncias sobre enfermedades infecciosas y la urgencia de aprobar leyes sanitarias. En 1904 se refiere al proyecto del Sanatorio de Tuberculosis, aprobado por el Congreso en 1915 e inaugurado en Tierra Blanca de Cartago en 1918.

En sus “Apuntes de higiene pública, 1800-1900” para el libro Revista de Costa Rica en el siglo XIX (1902), el médico Vicente Lachner asevera:

“El relativo adelanto material que Costa Rica ha alcanzado durante el siglo XIX, por desgracia no se ha extendido hasta la Higiene, pública o privada. En lo que se refiere a lo más importante de la vida de una nación, la salud pública, la conservación de la vida del ciudadano, no tenemos grandes adelantos que referir, y, lo que es peor, en varios sentidos habrá que anotar algún retroceso […]. Las ciudades, principalmente la capital, han aumentado en habitantes y con ello han crecido los peligros del hacinamiento de personas; los ferrocarriles y la navegación nos han traído la mayor facilidad en la importación y propagación interior de gérmenes perniciosos y también más fácil y grande introducción de alimentos extranjeros en mal estado. La industria cafetalera y otras de menor importancia han venido a aumentar los focos de infección del agua y del aire […]; las cañerías, que debieran significar un progreso, no han hecho, por su pésima ejecución, otra cosa que conducir a las ciudades sustancias descompuestas de los campos”.

Buenos índices. En 1904, frente a la suciedad de San José, el médico Carlos Durán (1852-1924), pionero de la salubridad pública nacional, indicó la urgencia de construir tanques sépticos y un sistema de tratamiento de aguas contaminadas. Los inodoros sustituyeron a las letrinas ya los pozos negros.

Siendo presidente municipal, Durán creó el sistema de cloacas de San José. Como afirmó el médico Juan Jaramillo cien años después, la salud no es un simple fenómeno biológico: también es un proceso social y político; es un derecho fundamental del ser humano.

En diciembre de aquel año, una caricatura de Cumplido ilustró la portada de la revista: bajo las alas protectoras del ángel de la vida, la alegoría de la Higiene le agradece la aprobación de leyes a la gran mano de la Justicia: “¡Gracias, señor, a nombre de la salud pública!”. En un segundo plano, los causantes de los males (zancudos, ratones, cerdos y zopilotes) velan el ataúd de la Oposición, junto a sus propios cadáveres. “Tu vida está más garantizada, la población de San José se duplicará!!!”, enfatiza el titular

En efecto, 80 años después, Costa Rica se ubicó entre los 34 países con mejor salud del mundo (todos, países desarrollados, excepto Costa Rica y Cuba) pues mostraba una baja mortalidad infantil y una elevada esperanza de vida al nacer. Estas características se debieron a las políticas públicas, como asevera Jaramillo en el capítulo “La salud y la medicina” del libro Costa Rica en el siglo XX (EUNED, 2004).

Dengue. Otras caricaturas se refieren a la mortandad causada por el dengue. En 1920, en La Semana , Paco Hernández dibuja el gol de la influenza que la muerte le mete a la Facultad de Medicina, Cirugía y Farmacia (a partir de la fundación de la Universidad de Costa Rica [1940] se llama Colegio de Médicos y Cirujanos). El triunfo del virus también se evidencia en la apuesta registrada en el titular: “Voy al dengue ¢5.00”

En 1924, Enrique Hine publica una historieta en el semanario Bohemia relacionada con la tifoidea, la tosferina, el dengue, la escarlatina y otras emergencias, que “a la histérica Asamblea / ponen las más de las veces / a despilfarrar con creces / el Tesoro Nacional”.

Aunque Durán ya había propuesto la creación de un Consejo Superior de Salubridad, solamente en 1923 se dicta la ley sobre Protección de la Salud Pública, considerada el primer código sanitario del país. En 1927 se establece la Secretaría de Salubridad a cargo del médico Solón Núñez.

Hoy. Muchos de aquellos viejos asuntos sanitarios trazados en las caricaturas se resolvieron, pero otros siguen agobiándonos. “Desde hace varios años, hemos alcanzado todas las metas propuestas por la Organización Mundial de la Salud a los países del mundo para el año 2000, y nuestros índices son muy similares a los países desarrollados”, afirma Juan Jaramillo en su artículo.

A lo largo del siglo XX, Costa Rica intentó resolver los problemas sanitarios en dos ámbitos: educar para la salud (promoción y prevención) y curar a los enfermos. Existen sistemas y servicios de salud que atienden ambas esferas, pero las crisis económicas causadas por factores externos e internos, los altos costos para afrontar las enfermedades y la corrupción amenazan al sector. No obstante, Costa Rica debe recuperar los altos índices de salud que ya había alcanzado.

El mosquito transmisor del dengue reingresó al país en 1993. Actualmente es una epidemia situada en todo el territorio. Respaldado por la Organización Panamericana de la Salud y el Ministerio de Salud, el videojuego Pueblo pitanga: enemigos silenciosos intenta educar sobre la relación que hay entre higiene y salud comunitaria. Fue desarrollado por tres jóvenes costarricenses: Eduardo Ramírez, José Mora y Diego Vásquez.

Las caricaturas son documentos: son huellas de una época. “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. /Al andar se hace camino, / y al volver la vista atrás / se ve la senda que nunca / se ha de volver a pisar”. Acaso el poeta Machado también se equivoque.

La autora ha publicado los libros 'Historia del humor gráfico en Costa Rica' (Editorial Milenio, 2008) y 'Caricatura y prensa nacional' (EUNA, 2002).