La apuesta joven del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo

Una generación. El Museo de Arte y Diseño Contemporáneo le dedica su sala más destacada a 16 artistas jóvenes en la exposición 9/11-11/9

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

En su primera sala (la 1), históricamente la más importante, el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) abre una vitrina a una joven generación de las artes visuales en Costa Rica. En esta ocasión les apuesta a los trabajos de 16 creadores menores de 35 años.

En la exposición 9/11-11/9 participan Diana Barquero, Andrés Gudiño, Pamela Hernández, Wilson Ilama C, Sara Mata, Anna Matteucci Wo Ching, Róger Muñoz Rivas, Adolfo Ramírez, Alejandra Ramírez, Andy Retana, Mariela Richmond, Marton Robinson, Sergio Rojas Chaves, Christian Salablanca Díaz, Albertine Stahl y Emmanuel Zúñiga Salas.

Con esto, el museo pretende ofrecerles una plataforma relevante para exhibir su obra. A la vez, llenar un vacío en el quehacer de la institución: seguirles la pista y respaldar por medio de una invitación a interesantes artistas visuales jóvenes, quienes solo tenían espacios de apoyo, a los que optaban en las convocatorias abiertas, en la Sala 1.1 (experimental), el concurso Inquieta Imagen y, recientemente, en El Tanque.

En junio del 2016, el curador Daniel Soto Morúa comenzó a revisar espacios propios y en centros culturales, otros museos, galerías, cafés y restaurantes con el fin de elegir quiénes integrarían la muestra.

Se reunió con los seleccionados para conocer sus intereses, forma de trabajo e ideas y, luego, los invitó a participar con la obra que quisieran, en constante diálogo con él y dentro de las posibilidades del museo.

Todos los escogidos son artistas costarricenses o residentes en Costa Rica que recientemente iniciaron su producción artística o están por graduarse de sus estudios formales.

Algunos procuraron atreverse un poco más que de costumbre, otros optaron por continuar con sus procesos para mostrárselos a los visitantes de este espacio ubicado dentro del Cenac (Centro Nacional de Cultura, antigua Fanal).

Tras conocer los trabajos que le ofrecían, Soto Morúa armó su propuesta curatorial.

Cuatro caminos

En la Sala 1 se observan pinturas, instalaciones, fotografías, videos, piezas de porcelana y yeso, dibujos, objetos encontrados y videoinstalaciones.

Entre las preocupaciones e intereses tratados por los artistas en sus piezas, el curador encontró cuatro ejes temáticos: política y relaciones de poder, representación y propiedades matéricas de la imagen, relación ser humano y naturaleza, y diversidad e igualdad social.

El espectador es recibido por el discurso más político, que habla de la hegemonía, del poder, de cómo nos afectan los discursos oficiales.

Se ingresa por un pasillo con las más de 1.300 cámaras web de yeso de Albertine Stahl, en la obra El año de la cámara digital para retratos personales .

Se trata de un diálogo acerca de “la incapacidad que tenemos como sociedad para poseer conciencia sobre la burbuja en la que podemos vivir”, nos sugiere el texto de la pieza. Con ironía, la artista reflexiona sobre consumismo, obsolescencia, basura y una sacralización inexistente.

“Esta es una oportunidad emocionante. Tradicionalmente esta es la sala que ha sido vedada para los jóvenes nacionales, pues, generalmente exponen artistas internacionales. Es una exposición amplia y equitativa”, asegura Stahl.

Los espacios para este tipo de muestrarios no sobran y ellos lo sufren. “Sí creo que la falta de espacios como este genera un clima de competitividad entre artistas”, asegura.

A unos metros de allí, Anna Matteucci Wo Ching ofrece pinturas con imágenes desenfocadas o distorsionadas salidas de la televisión, en que se problematizan los discursos hegemónicos reproducidos por los medios de comunicación masiva.

Una silla/trono color amarillo llama la atención. Salió del montaje teatral La noche árabe , pero este trabajo de Mariela Richmond borra las fronteras entre artes y adquiere una nueva lectura.

Las posibilidades de las propias artes visuales son material de artistas como Adolfo Ramírez, Emmanuel Zúñiga y Alejandra Ramírez.

Por ejemplo, podemos acercarnos a la exploración casi obsesiva de la acuarela –y sus posibilidades– que realiza Zúñiga. Sorprende con acuarelas en blanco y negro con sus juegos de transparencias.

Más allá, las distintas aproximaciones al paisaje o la naturaleza invitan a dar una segunda mirada.

Los bellos paisajes de Sara Mata nos atraen y, al leer y ver con cuidado, muestran el truco y el artificio.

Bajo la mirada y microscopio de Diana Barquero, las más variadas muestras se convierten en caleidoscópicos paisajes miniatura. Cambie de microorganismo, de enfoque y de vista.

Por su parte, Sergio Rojas usa la historia del león Kivú como una metáfora de la modernidad, detalla el curador.

Un grupo de participantes desarrolla tópicos como inclusión social, diversidad y las posibilidades de una sociedad mejor. En esta temática, Marton Robinson trabaja el tema de la negritud en Costa Rica y exhibe en el museo el rótulo del Black Star Line, consumido por un incendio el 29 de abril del 2016.

“ El artista es descendiente de segunda generación de jamaicanos emigrantes a Costa Rica, por lo que carga con un peso histórico familiar en donde la discriminación, experiencia y falso exotismo son variables constantes. Por ello, concibe su trabajo como parte de su vivencia diaria, se nutre de todo aquello que le sucede y a partir de ello crea nuevos significados que cuestionan sobre la identidad y la experiencia de la diáspora. Mediante su obra intenta crear plataformas que permitan el diálogo y la inclusión, con la intención de fragmentar modelos de exclusión institucionalizados”, agrega el texto adjunto.

Con una estética kitsch , Andy Retana reflexiona acerca de la masculinidad en tres orinales. Estampa las imágenes de dos hombres que son arquetipos: Superman en Estados Unidos, donde vivió muchos años, y Keylor Navas, en Costa Rica. En medio, su propia imagen.

La exposición 9/11-11/9 está repleta de posibilidades y lecturas para acercarse a una producción visual joven y fresca. ¡Adelante!

Hasta julio

La exposición 9/11-11/9 está abierta de martes a sábado, de 9:30 a. m. a 5 p. m., en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (Cenac, Centro Nacional de Cultura). Estará disponible hasta julio.