Jorge Jiménez Deredia realiza amplia exposición en Ciudad de México

Jorge Jiménez Deredia regresa a su continente para entretejer los símbolos ancestrales de Una génesis para la paz con el paisaje urbano de la Ciudad de México durante cuatro meses

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Bien lo decía el filósofo español George Santayana: “Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”.

En palabras del escultor costarricense Jorge Jiménez Deredia, renovar el pasado es una forma de rescatar el presente. Según afirma, las equivalencias culturales impuestas por la globalización son síntomas del olvido.

Para contrarrestarlos, el artista ha encontrado en la esfera un símbolo contenedor de la espiritualidad histórica de su país y su continente: en su geometría visualiza la armonía, espiritualidad y paz que caracterizaban a los ancestros americanos.

VEA GALERÍA: Montaje de la exposición en México

Ahora, su filosofía encontrará un extenso albergue dentro de la capital de México. El montaje de su exhibición Jorge Jiménez Deredia. Una génesis para la paz estará completo este viernes 27 de noviembre. El ambicioso proyecto recorrerá la Ciudad de México con 15 conjuntos escultóricos. En distancia, eso significará poco más de un kilómetro, entre la avenida Paseo de la Reforma, la Plaza de la República, la Alameda Central y el Palacio de Bellas Artes.

Es la primera vez que la ciudad le concede de esta forma su espacio público a un artista costarricense. Jiménez Deredia recibió el privilegio para dialogar en un espacio público con una ciudad marcada por recuerdos de violencia (incluido el caso de los asesinatos de Ayotzinapa) y tensiones sociopolíticas.

Por ello, el escultor describe el resultado como un gran proceso, no solamente artístico sino también político y diplomático.

Para poder colocar sus pesadas obras sobre los mármoles de la explanada del Palacio de Bellas Artes o sobre los pisos huecos de la Plaza de la República (debajo hay un parqueo), el escultor tico invirtió seis años de logística y negociaciones con el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Gobierno del Distrito Federal.

La labor forma parte de su proyecto La ruta de la paz, que también se alojó en sitios históricos de Roma en el 2009.

“Sentimos que México era la puerta de proyección justa. Necesitamos tener la ventana más fuerte de América Latina y, después de que mostramos el proyecto en Roma, sentíamos que México era el lugar adecuado”, aseguró el artista en entrevista, antes de partir al montaje.

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Desde el D. F., Jiménez Deredia contó el exhaustivo proceso que ha significado su proyecto.

La noche del lunes finalizó el montaje de los 15 conjuntos. El trabajo se realizó durante tres noches, de 7 p. m. a 7 a. m. Este miércoles, terminarán de colocar el material informativo: paneles explicativos de la exhibición con textos y aforismos escritos por el propio Jiménez Deredia para ubicar al lector en el universo de sus piezas.

“Es profundamente inclusiva. No hay que ir a un museo, no hay que pagar un boleto, no hay que pagar un guía”, afirmó, antes de explicar que la exhibición incluye una aplicación gratuita para móviles para que no sea imperativo trasladarse hasta México para ser cautivado por la experiencia.

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Génesis. Las sociedades aborígenes que usaron la esfera como símbolo cultural y espiritual no fueron conquistadas por los españoles ni vapuleadas por el colonialismo para ser capítulos inertes de los libros de historia.

Sin embargo, el tiempo y el cambio nos han expuesto a un sinfín de manifestaciones culturales que, en el presente, tienen la misma validez cultural.

Es así como Jiménez Deredia ve en el proceso de globalización tanto riesgo como oportunidad.

“Los valores espirituales no cambian; las necesidades ontológicas que tenemos sí”, asegura. “Es muy peligroso hacer un arte global que no tome en cuenta los símbolos que se crearon durante milenios. Hay que hacer una renovación de esos símbolos, traerlos a la sociedad actual”.

El escultor asume, en su obra, la artesanía de un traductor, algo que él llama “simbolismo transmutativo”.

Por medio de la esfera, profundiza en valores contemporáneos; por ejemplo, de su serie escultórica Génesis, la transformación de la vida en Del huevo ; la permanencia del pasado en Recuerdo profundo, y el sentido de la pertenencia identitaria en Evolución , pieza que creó exclusivamente para dar unidad a este montaje.

El escultor prevé que su exhibición también genere polémica, como la recibió en Roma. En aquel entonces, encontró cierta resistencia a la intrusión de sus gigantes de hierro, bronce y mármol en un paisaje colmado de arquitectura histórica, con escasa sintonía con su escultura.

Al igual que entonces, el costarricense espera que las discusiones se encaucen a conversar con su obra, en un contexto muy distinto al de hace seis años.

En Jorge Jiménez Deredia. Una génesis para la paz , espera una oportunidad para incidir en el clima social y político de México con la espiritualidad de su arte, el medio que utiliza para combatir los enfermizos síntomas de la amnesia histórica.