Jeffrey Weeks: la sexualidad es un tema candente

Mundo cambiante. Las nuevas formas de la identidad sexual demandan respeto por sus derechos

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Como parte del II Congreso Internacional Universitario: Géneros, Feminismos y Diversidades, organizado por el Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad Nacional, el influyente académico inglés Jeffrey Weeks dio una serie de conferencias en nuestro país. La sexualidad, el poder, la vida íntima y los cambios sociales que intersecan estos elementos son puntos clave en la obra de Weeks, sociólogo e historiador.

Jeffrey Weeks es autor de más de veinte libros; además, ha sido galardonado con la Orden del Imperio Británico por sus servicios a las ciencias sociales en Gran Bretaña. Conversamos con el visitante.

–¿Qué es la sexualidad para usted?

–La sexualidad es un concepto muy elástico. Se relaciona con el cuerpo y sus placeres, y se refiere a relaciones entre hombres y mujeres, homosexuales y heterosexuales. La sexualidad significa todas estas cosas, pero también es una estructura de poder que tiene una historia.

”Es muy complicada la relación que hay entre aquella estructura de poder y la forma en la que vivimos nuestros sentidos corporales. Esto es lo que me interesa”.

–¿Damos demasiada importancia a la sexualidad?

–En las sociedades modernas se ha dado una mayor importancia a la sexualidad. De manera creciente, somos definidos por nuestra sexualidad: es un proceso que lleva cientos de años y sigue en aumento.

”Países, redes globales y organizaciones no gubernamentales se preocupan mucho por la sexualidad. Por ejemplo, los Estados regulan el matrimonio y el divorcio, y las tasas de nacimiento son importantes para los Estados-nación como fuerza de trabajo industrial. Todo esto demuestra el poder de la sexualidad en la sociedad.

”La sexualidad también se ha convertido en un elemento muy importante en las batallas ideológicas globales entre tradicionalistas y progresistas; entre quienes desean retroceder socialmente y quienes buscan promover los derechos individuales en el terreno de la sexualidad. La sexualidad se ha convertido en un tema candente en todo el mundo".

–Usted dice que vivimos en un mundo de incertidumbre, y esto es muy cierto en el ámbito de la sexualidad y la vida íntima. ¿Cómo afrontar esta incertidumbre?

–Debemos acostumbrarnos al hecho de que vivimos en un mundo de incertidumbres. Han cambiado muchos de los valores y de las estructuras tradicionales que sostienen junta a la sociedad alrededor de la religión, de la familia, la vida industrial y agrícola. Vivimos en un mundo más fragmentado. El ritmo de los cambios es muy rápido en todo el globo.

”Como resultado, se socavan muchas de las cosas que dábamos por sentadas, muchos de los valores tradicionales. Esto es algo positivo pues significa que los individuos aceptan la responsabilidad por sus propias vidas. Todo esto crea la posibilidad de desestabilizar el orden tradicional, lo cual suscita una reacción: el resurgimiento de fuerzas conservadoras.

”Sin embargo, nada podemos hacer al respecto. El mundo cambia; es un mundo globalizado, de incertidumbre, y debemos aprender a vivir con eso”.

–Al igual que en el ámbito internacional, en Costa Rica tiene mucha fuerza la idea de la sexualidad como algo natural y biológico. ¿Qué consecuencias políticas puede tener el plantear lo contrario: la idea de que la sexualidad es una construcción social e histórica?

–La sexualidad está definitivamente vinculada con los patrones del cuerpo y los desarrollos biológicos. Mi argumento no es que el cuerpo y sus impulsos no existan, pero esta no es la única explicación. Lo importante es reconocer que la sexualidad siempre está envuelta en necesidades y patrones culturales y sociales. Estos cambian; las sociedades les dan diferentes prioridades a distintos tipos de sexualidad.

”El cuerpo es vitalmente importante, pero este no determina todo por sí mismo: debe ser visto como parte de una matriz social y cultural”.

–Uno de sus argumentos gira en torno a la idea de que las identidades sexuales nunca son un producto terminado, sino un constante proceso de construcción. ¿De qué forma se puede vincular esta idea de identidades en construcción con un proyecto político basado en identidades fijas?

–Nos gusta pensar que nuestras identidades son fijas, que somos así desde el momento que nacemos. El problema es que la evidencia empírica invalida esa idea. Muchas personas cambian su identidad; cuando se mudan a otros países, cuando migran del campo a la ciudad, las personas cambian de clase social. Es posible ir a lugares donde la raza y la etnia significan cosas diferentes. Un cambio en la identidad es el correlato de todos esos cambios.

”La identidad sexual solo puede ser algo provisional. Treinta años atrás, ¿quién hubiera pensado que el concepto de “gay” sería uno utilizado por un Papa? Un reconocimiento de un Papa latinoamericano, quien, independientemente de su aprobación o no, demuestra que el mundo ha cambiado y que nuevas identidades están surgiendo.

”Otro ejemplo tiene que ver con las personas que experimentan su género de maneras variadas. Travestis, transexuales, transgénero; todas ellas han permitido el surgimiento de nuevas identidades: identidades trans.

”Lo que hace treinta años eran asuntos privados, hoy son parte del discurso público, y gobiernos de varias partes del mundo les han dado derechos a las personas trans. Estas son nuevas identidades, que se fusionan y cambian, y esto ocurre durante todo el tiempo. Como parte de un mundo de incertidumbre, debemos reconocer que las identidades son también inciertas, pueden cambiar”.

–En Costa Rica, desde inicios del siglo XXI, ha existido un debate sobre la necesidad de que el Estado reconozca legalmente a las parejas del mismo sexo. ¿Qué papel desempeña el matrimonio gay en las políticas sobre sexualidad? ¿Es el matrimonio gay parte de una agenda conservadora o progresista?

–Pienso que es parte de una agenda progresista porque se reconoce un cambio en las políticas de la sexualidad, pasando de simplemente hacer valer ciertas sexualidades y sus necesidades, hasta lograr un reconocimiento de relaciones.

”Hay muchas personas dentro del mundo lésbico, gay, bisexual y trans que tienen una postura hostil hacia el matrimonio entre personas del mismo sexo porque dicen que sería aceptar una institución tradicional, a la cual simplemente se estarían asimilando.

”Yo no estoy de acuerdo con eso pues la misma idea de que el matrimonio, una institución tradicional, acepte a las parejas del mismo sexo, cambia la naturaleza de esa institución.

”Los líderes conservadores y religiosos tienen razón cuando dicen que cambia el significado del matrimonio. No sigue siendo un sacramento pensado para la procreación; más bien, el matrimonio es una entidad legal, y las personas tienen la potestad de elegir si la adoptan o no.

”Con el matrimonio gay no se crea una nueva jerarquía; es una ampliación de la libertad de escogencia; pero, en el largo plazo, se cambia fundamentalmente el significado del matrimonio: lejos de ser un sacramento religioso o estatal, pasa a ser una forma de relación entre muchas otras".

–¿Cree que la igualdad es la última frontera de la revolución de la diversidad sexual?

–En una escala global, la libertad humana necesita de la igualdad, pero la igualdad tiene muchos significados ambiguos. El asunto no termina si nos referimos simplemente a la igualdad legal. Como sabemos, en los Estados Unidos, después de la Emancipación y sus términos de igualdad legal, las personas negras siguieron siendo subordinadas por muchos años a causa del racismo.

”Entonces, la igualdad legal y formal no es suficiente; es el punto de partida, es necesario tenerla; pero, una vez que se tiene igualdad legal, cambia la naturaleza del debate porque pueden identificarse cuáles son las fuerzas que previenen la plena igualdad.

”El objetivo último es un respeto por igual hacia todos los seres humanos; y no solamente humanos, sino también en nuestra relación con el mundo no humano. Todo eso es crucialmente importante, pero la necesidad práctica en toda sociedad es obtener igualdad legal y formal, y trabajar desde allí para ver cómo puede profundizarse y promoverse una igualdad plena”.