Gerardo Arce, reconocido actor de teatro costarricense, falleció a los 67 años

Artista sufrió un infarto durante la madrugada de este martes

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Redacción

El actor Gerardo Arce, uno de los protagonistas de La isla de los hombres solos y Galileo Galilei, falleció la madrugada de este martes, víctima de un paro cardíaco. Era uno de los artistas escénicos más reconocidos del país, con más de cuatro décadas de experiencia sobre las tablas.

El artista tenía 67 años y tenía buenas condiciones de salud, confirmó su cuñada, Patricia Mora. "Fue algo sorpresivo. Aún la semana pasada estaba en exámenes en el Ebáis y estaba bien", dijo.

Arce experimentó malestar cerca de las 4 a. m., por lo que fue llevado a la Cruz Roja de Ciudad Colón. Según Mora, no había ambulancias y fue redirigido al hospital San Juan de Dios en taxi, pero falleció en el vehículo.

El sepelio se realizará este miércoles, a las 10 a. m., en la funeraria comunal de Santa Ana.

Referente nacional

Gerardo Arce formó parte del primer elenco de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), en 1971, impulsado por sus profesores Guido Sáenz y Sergio Román.

Sáenz, quien era profesor de Estudios Generales, recuerda que Arce se distinguía del resto del grupo por su talento y su sensibilidad.

"Era un hombre bondadoso, de buen carácter, positivo, con un espíritu de compañerismo muy desarrollado. Tengo el mejor recuerdo de él como exalumno. Me afecta, claro, enterarme de que murió", comentó Sáenz, quien luego fue ministro de Cultura. "Mantuve siempre una relación cordial con él, de afecto, de admiración. Era muy bueno, un muy buen actor".

En un artículo publicado por el artista en el suplemento Áncora en el 2013, Arce relató que fue su hermano, Wilburg, quien alguna vez apareció con un recorte de periódico en el que se anunciaba que habría un casting para integrar la CNT. Él participó y fue seleccionado para formar parte del primer grupo de actores.

ARCHIVO: El actor Gerardo Arce rememora sus inicios en las artes dramáticas

"A los pocos días recibí un telegrama que me comunicaba la aceptación en el elenco de aspirantes. Recibimos un entrenamiento básico: canto, expresión corporal y dicción. Después de algunos meses ya estaba yo debutando en el Teatro Nacional", rememoró.

Debutó con la compañía en Juego de Pícaros, Damas y Carnudos, de Miguel de Cervantes, dirigida por el español Esteban Polls. Además, participó en importantes montajes como Puerto Limón (1975) en esa época y, con los años, incursionó en docenas de roles demandantes y bien recibidos por el público y la crítica.

"Como actor de la Compañía Nacional de Teatro, fue pieza fundamental en la historia de lo que la compañía es y ha sido. Toda esa gente del primer elenco fue muy importante porque marcó una ruta para otras generaciones", asegura Tatiana Chaves, actual directora de la CNT.

"Es difícil pensar en Gerardo y no pensar en la compañía, y es difícil pensar en la compañía y no pensar en Gerardo. Era como de la casa", añadió.

Ambos se conocieron en el montaje Todos eran mis hijos (2007), del director Fabián Sales, en el que Arce tenía el rol principal y Chaves fungía como asistente de dirección.

"Siempre quedó la espinita de actuar juntos, lo cual no se dio, pero siempre era parte de las bromas cuando nos encontrábamos", admite Chaves, quien se mostró muy conmocionada por la noticia del fallecimiento.

"Su intensidad y la pasión con la que asumía todo en la vida es algo que lo marca a uno, cuando se cruza en la vida con personas que tienen esa energía. Era un hombre que irradiaba energía, que quería comerse la vida", asegura. "Una virtud que tenía Gerardo es que nunca fue egoísta con su oficio; él siempre estaba ansioso por compartir su saber".

Otra de las actrices que se manifestó muy afectada por su partida fue Roxana Campos, quien compartió con él los primeros montajes de la CNT. "Más que un compañero de teatro, fue un hermano teatral. Fuimos de los primeros actores y actrices que giramos por el interior del país con las primeras girads de la Compañía Nacional de Teatro. Siempre fue un placer compartir con él", rememoró.

"Él enfrentaba personajes con una gran hidalguía. Era un gran estudioso, un gran lector y amaba estar en el escenario", afirma.

Arte en las venas

Aunque el gremio del teatro cataloga a Arce como un hombre con talento innato, su interés por la actuación se lo debía, en primera instancia, a su padre, un sastre de oficio que le narraba películas de Charles Chaplin Tiempos modernos y El chico con una maestría tal que logró encender en él la pasión por las artes.

"Vinieron luego los años de escuela y sus veladas en el salón de actos con telón, piano y luces, y tiempos de ver a Fulvio, el maestro, interpretando, junto a otros lugareños, El brindis del bohemio. Desde ese momento se me fue metiendo el gusanillo del teatro en la mente", confesó Arce en su artículo.

De acuerdo con el director y actor de teatro Óscar Castillo, la formación de Arce fue en las tablas de la CNT, al lado de grandes directores de esa generación, como Daniel Gallegos. "Tenía un temperamento artístico y, definitivamente, algo extra que se llama talento, que es un don que solo algunos tienen", dijo este último.

"No recuerdo las obras en las que yo lo dirigí, pero sí recuerdo una obra mía, que fue La colina, con la que viajamos junto a Ana Poltronieri y Lenín Garrido a un festival en Guanajuato. Él fue siempre muy profesional y me di cuenta de lo buen actor que era", afirma Gallegos.

Eugenia Chaverri, quien compartió elenco con Arce en las obras El rey se muere y Todos eran mis hijos, y quien luego lo dirigió en Madre Coraje, lo recuerda como un actor de gran talento y de espíritu autodidacta.

"Todos lo queríamos, pero él era muy peculiar: se quería autoridigir, era difícil dirigirlo. Tenía mucho conocimiento, tenía grandes habilidades y sabía lo que podía dar, entonces costaba que le hiciera caso a uno. Sin embargo, debido a su pasión por el teatro, su gran entrega, su trabajo y su aura tan especial, todos lo aceptábamos y lo volvíamos a llamar, porque sabíamos el nivel que íbamos a alcanzar con él", confiesa Chaverri.

Pese a que Arce no asistió a la Escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica, como muchos de sus contemporáneos, realizó estudios de actuación en la Unión Soviética junto a Remberto Chaves, dijo su hermano, Wilburg Arce.

El intérprete se hizo acreedor del Premio Nacional de Teatro a mejor actor protagónico en dos ocasiones: en 1995 por El cuidador, dirigido por Alfredo Catania; y en el 2007, por Todos eran mis hijos, bajo la dirección de Fabián Sales. Asimismo, recibió el galardón a mejor actor de reparto en 1982 por El rey se muere, en 1988 por Una bruja en el río, en 1989 por El serenísimo príncipe don Carlos y en el 2001 por su participación en La terminal del sueño.