Ganadores del Festival de Coreógrafos celebran oportunidad de pasantía en México

Diseñadores advierten riesgos de descuidar reconocimiento al vestuario de las coreografías del festival

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Redacción

El Festival de Coreógrafos Graciela Moreno, uno de los principales certámenes de danza del país, ofreció una nueva modalidad de premio para los coreógrafos de su concurso en su edición, que concluyó este domingo.

En la gala de premiación en el Teatro Nacional, el jurado internacional anunció que dos de los coreógrafos de las presentaciones inéditas recibirán una "residencia" con objetivos educativos en el Centro de Investigación Coreográfica (CICO), en Ciudad de México.

Los artistas que recibirán la residencia son Camilo Regueyra por la coreografía Benjamín y Josué Mora por No. Nunca pasó.

"Para mí fue una sorpresa que se compartiera la premiación. Fue muy lindo porque admiro mucho a Camilo, me parece una persona talentosa. Es una oportunidad para aprender y crecer juntos", afirmó Mora en una entrevista telefónica con La Nación.

Las características del nuevo premio fueron anunciadas apenas el sábado 2, antes del estreno de las obras, por el director del Teatro Nacional, Fred Herrera. Entre otros detalles, Herrera anunció que se redirigiría un aporte económico de la Alianza Francesa concebido para premiar diseño de vestuario. El reconocimiento fue suprimido el mismo sábado, aunque seguía siendo mencionado por la Alianza Francesa hasta el día de apertura del festival, el jueves 31 de agosto.

El premio es gestionado con aportes del director del CICO y juez del Festival de Coreógrafos Javier Contreras, Copa Airlines –que ofrecerá los tiquetes de viaje–, y un aporte monetario de $1.000 de la Alianza Francesa que, desde el 2012, lo había entregado en una categoría de mejor vestuario.

"Estoy conforme con que hayan cambiado el premio del vestuario al apoyo", dijo Josué Mora.

"Me parece pertinente que se redirija el premio de vestuario, a partir de que es el Festival de Coreógrafos. Me parece pertinente que se estimule la coreografía y el quehacer coreográfico", opinó Regueyra. "Me parece muy bien que, en vez de una retribución económica, el estímulo sea seguir bailando. Habla de una posición ante el mundo en la que no solo importa el dinero sino que la vida y la continuidad de la danza son importantes".

Las fechas para las respectivas residencias de los artistas no han sido aún definidas. Cada uno tendrá la oportunidad de diseñar su programa formativo según sus intereses. Ambos artistas expresaron deseos de profundizar sus conocimientos en composición coreográfica.

Según detalló Contreras antes de la premiación, la extensión de la residencia puede ser entre uno y seis meses; el tiempo será coordinado con los ganadores.

Con respecto al financiamiento de viáticos durante su estadía en México, los artistas describieron que serán alojados en residencias de otros artistas. Los $1.000 serán invertidos en otros gastos que requieran durante ese tiempo.

Además de la pasantía, los coreógrafos tendrán la oportunidad de volver a presentar sus obras durante el Festival de la Imaginación. Herrera anunció que se realizará en febrero del 2018.

LEA: Festival de Coreógrafos dividió premio de pasantía en México entre dos de sus artistas

Reconocer el vestuario

Por otro lado, la coordinadora del Laboratorio Memoria de las Artes Escénicas, Mariela Richmond, expresó en un correo electrónico a La Nación su desacuerdo con la suspensión de la entrega del premio al mejor vestuario. Richmond explicó que desde su organización de artistas propondrán una reunión con el director del Teatro Nacional, Fred Herrera.

"Premios como el incentivo que ofrece el Teatro Nacional en conjunto con la Alianza Francesa para el vestuario, al igual que los Premios Nacionales en el áreas de diseño escénico, fortalecen e incentivan la investigación y desarrollo de la creación (...). La posibilidad de perder, intercambiarlos o simplemente olvidar la premiación, no es opción. Como diseñadores escénicos, no debemos dejemos pasar la posibilidad de que nuestra labor sea demeritada, en lugar de inconsistencia y eliminación de premiaciones, deberíamos exigir otras posibilidades de desarrollo e investigación, el área necesita apoyos puntuales y enfocados a las necesidades del mismo", escribió Richmond en una comunicación firmada.

La diseñadora de vestuario Michelle Canales –quien también forma parte del proyecto de Memoria de las Artes Escénicas–, describió el cambio como una " situación extraordinaria".

"Entiendo que, por una situación coyuntural del mismo festival y sus fondos, tuvieron que ahorrar recursos y el dinero que tiene la Alianza Francesa destinado para galardonar a la persona con mejor diseño de vestuario lo metieron en un paquete. Es una decisión difícil de defender, porque la gente está muy interesada en la formación", explicó Canales.

Para la artista de vestuario escénico, el reconocimiento del Festival de Coreógrafos es el único premio del país que reconoce exclusivamente al diseño de vestuario (los Premios Nacionales ofrecen una categoría de "diseño" en danza, pero se premian luces, vestuario o escenografía).

"Lo más importante es defender un premio que no existe en el país", afirmó Canales. "Esta es una cosa que se tiene que conversar, pasado el Festival de Coreógrafos". Para la diseñadora, también debe consultarse con la Alianza Francesa la naturaleza de este cambio.

Cambios de siempre

En general, la crítica de danza de La Nación e investigadora Marta Ávila valoró que cambios en las condiciones del Festival de Coreógrafos son periódicos y, aunque son controversiales en su momento, llegan a asimilarse.

"Han predominado, después de que muere Graciela Moreno en el 2003 (la directora del Teatro Nacional y fundadora del festival), una sucesión de cambios con cada director del teatro (...). Cada cambio genera una reacción y, después, como que lo vamos asumiendo. (Antes) l a presencia de los críticos era un poco cuestionada. La gente estaba acostumbrada a bailar toda y no quería que hubiera curaduría, ahora estamos de acuerdo que hay que pasar un filtro", explicó Ávila sobre esos cambios.

LEA: Festival de Coreógrafos dará 'residencia' en México para ganadores y elimina premio de vestuario

" Yo creo que, a veces, los directores se toman ciertas atribuciones porque no tienen resuelto lo económico con mucha antelación. Yo siento que el Festival Nacional de Danza va más ceñido en una línea y no se ha salido de ahí", describió Ávila.

Entre otras transformaciones del Festival de Coreógrafos, la crítica considera que desde que la Alianza Francesa ofreció el estímulo económico en el 2012 ha habido un replanteamiento del vestuario en los espectáculos de danza. Ahora, afirmó, se considera que el vestuarista "es un especialista más de la danza".

" Creo que, por primera vez, la mayoría de las obras de los coreógrafos se preocupan por el vestuario. Ese llamado de atención de la Alianza Francesa sirvió y ojalá que nos quede dentro de la cultura de la coreografía", dijo Ávila.

Por otro lado, Ávila opina que la programación del festival puede mejorarse en próximas ediciones. Este año, se organizó una única noche con estrenos de coreografías. Se presentaron cinco obras inéditas; cuatro de ellas formaron parte de un concurso de creación temática dedicada a la "memoria".

" Los estrenos me gustaron. Me molestó meter obras de relleno", aseguró. "El Festival no puede perder lo que costó casi 30 años definir, que son los estrenos".