Fotos capturan los contrastes del budismo en Japón y Bután

En 27 fotografías el artista Guiseppe Tarnero revela las prácticas budistas

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Veintisiete imágenes, miles de años de sabiduría y un viaje a los recintos más recónditos de nuestro interior.

Las fotografías del artista Guiseppe Tarnero invitan a experimentar un encuentro con lo sagrado, tal como lo viven los fieles del budismo en Japón y Bután.

La exposición fotográfica Zen y tantrismo: fortalezas del budismo se exhibe en el Centro Cultural Costarricense Norteamericano, ubicado en Los Yoses, San Pedro de Montes de Oca, y acerca al público a prácticas budistas en esos dos países asiáticos.

Según Tarnero, el recorrido lleva al espectador por ceremonias, procesiones, bailes meditativos, templos y monasterios, elementos que retratan el contraste abismal entre el budismo tántrico (Bután) y el budismo zen (Japón). “Mi propósito es reflejar la serenidad y paz interior que caracteriza el mundo tántrico, y la rigidez y austeridad propias de la corriente zen del budismo”, dijo.

El budismo es una filosofía fundada por Siddhartha Gautama hacia el siglo V antes de Cristo.

Actualmente, tiene diferentes ramas, pero en principio es una filosofía no teísta; es decir, no está centrada en la veneración a un dios absoluto y, más bien, propone la transformación del espíritu a partir de varias prácticas.

Así, el budismo zen no se basa en las escrituras, sino en la transmisión de maestro a discípulo, y su único propósito es ayudar al individuo a encontrar la esencia de la existencia.

Por su parte, el budismo tántrico aspira a la unión con la divinidad mediante ritos y a alcanzar estados de éxtasis. El tantrismo promueve la paz interior y valores como la moderación, la compasión y la tolerancia hacia todo ser viviente.

“A pesar de las diferencias, el aspecto sagrado, devocional y místico se revela con la misma intensidad en ambas vertientes”, declaró el fotógrafo de origen italiano.

La muestra se exhibirá hasta el próximo 13 de diciembre.

Ver más