Fotógrafos hurgan entre basura de famosos y ahora exponen sus hallazgos

Paparazzi ahora muestran lo que encontraron en galerías de arte

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

París

Dos reporteros gráficos franceses especializados en los famosos, que desde hace 25 años hurgan sus basuras para exponer el contenido en galerías de arte, decidieron extender su actividad al resto de la humanidad y presentan el resultado en una muestra y un libro.

"Es el trabajo de un cuarto de siglo", comentó este martes a la AFP el reportero gráfico Pascal Rostain, que junto a su colega Bruno Mouron acaba de publicar el libro Autopsie (Autopsia) con una retrospectiva de su obra.

Todo comenzó hace más de dos décadas, relata Rostain, cuando frente a la casa del cantante francés Serge Gainsbourg deciden llevarse la basura del artista, antes de vaciar el contenido sobre terciopelo negro y sacarle una foto.

Allí estaba resumida la vida cotidiana del artista, con todo lo previsible: alcohol, paquetes de cigarrillos Gitanes... Los paparazzi deciden repetir la idea con otros famosos, y terminaron haciéndolo en el mundo entero.

Además del libro, publicado por la editorial La Martiniere, el resultado es objeto de una exposición presentada hasta el 5 de noviembre en la Opera Gallery de París.

Una visita a esa retrospectiva confirma muchos clichés sobre la personalidad de los famosos que fueron víctimas involuntarias de estos hurgadores, aunque también hay algunas sorpresas.

Una de las más notables es la gran cantidad de agua mineral que consumen, en botellas de todas las marcas y tamaños: más de 50 en la basura de Mick Jagger, además de alguna gaseosa. Con todo, una botella de vino blanco francés Chassagne Montrachet se coló entre los desechos del más famoso de los Stones.

Los actores John Travolta, Tom Hanks o Antonio Banderas son igualmente adictos al agua mineral, el jugo de frutas o la leche, según la muestra, mientras que la basura de Arnold Schwarzenegger revela un previsible consumo de puros cubanos.

Aunque no avisan de antemano a sus víctimas, los autores niegan que su actividad de hurgadores de basura VIP sea intrusiva más allá de la cuenta.

"Lo hacemos con elegancia, y eliminamos todo lo que tenga connotación médica o sexual, porque la idea no es crearles un escándalo", dijo Rostain, que cita entre sus favoritas la basura de Jack Nicholson, prolífica en cartas de admiradoras y botellas chicas de champagne Veuve Clicquot.

Tal vez la más ecléctica sea la de la modelo Kate Moss, recogida en 2013: 1 botella de vodka, 2 de vino tinto, 1 de blanco, 2 de San Pellegrino, revistas varias y un recorte sobre un spa que ofrece "retiro de lujo para desintoxicarse" con anotación manuscrita de la tarifa: 595 libras (950 dólares) por día. Y tres ramos de flores.

"Hay un lado voyeurista, la gente se acerca y mira todos los detalles", admite Rostain.

Los autores toman la precaución de no autodefinirse como "artistas", aunque no les falte un galerista de arte internacional para exponer y vender la basura fotografiada. El Centro Pompidou los incluirá incluso en una muestra temática dedicada a los paparazzi que se inaugura en Metz (este de Francia) en febrero próximo.

Alentados por la curiosidad que despiertan, los autores decidieron hace unos años ampliar su actividad a las personas anónimas, país por país, para construir una suerte de retrato de la humanidad globalizada vista desde sus residuos.

"De 4.000 millones de toneladas de desechos que el hombre produce por año, solo se recicla la cuarta parte", dijo Rostain. Ya recorrieron una veintena de países y se disponen a fotografiar la basura de otros 25.

Hay más de 50 mazorcas de maíz roídas en la basura de Malaui, lencería fina en la de Moscú, y Coca Cola en casi todas. Los autores se aventuraron incluso a hacer un retrato social cruzado en Francia, fotografiando los desechos de una mansión de un barrio exclusivo de París y los de una familia modesta del suburbio de Ivry sur Seine.

"Las dos tienen algo en común --señala Rostain-- y es que en ambas hay abundantes envases de comida para perros y gatos".