FIA 2018: La lluvia no detuvo la fiesta que montó Incubaxión Teatro

Los colombianos ofrecieron un 'show' circense en la Plaza de la Cultura

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Hubo un ligero ambiente de preocupación antes del espectáculo que dio Incubaxión Teatro en el Festival Internacional de las Artes (FIA) 2018.

En cuestión de quince minutos, el tiempo atmosférico de la Plaza de la Cultura pasó del sosiego a la lluvia incontrolable. Los miembros de Incubaxión asomaban sus pintorescas caras desde los vestidores para tantear el terreno en que se iban a presentar.

Una vez que miraron la plaza, se unieron para lanzar un grito de furia; uno que acostumbran antes de cada una de sus presentaciones. El acuerdo era colectivo: la lluvia no podía detener la presentación que tanto esperaban.

Una tarde de sorpresas

Cuando los miembros de Incubaxión entraron a escena, se toparon con menos público del esperado. Buena parte del público (en especial los adultos mayores que se habían sentado antes de la llegada de la lluvia) decidió esperar en los costados techados de la Plaza de la Cultura, mientras la lluvia bajaba.

Para suerte de todos, el impacto de las gotas disminuyó y no habían pasado más de cinco minutos cuando los tambores y pitos de los colombianos magnetizaron a los transeúntes.

Incubaxión Teatro está celebrando el veinte aniversario de su fundación y se dispusieron a entregarse a Costa Rica. Durante estas décadas, han llevado un espectáculo de artes escénicas que promueve la paz (incluso algunos de sus miembros han salido de circunstancias de violencia para revertir su experiencia con el baile y la música).

En medio de un círculo marcado por sombrillas y ponchos contra la lluvia, Incubaxión dio vía libre a sus locuras.

Con una especie de cimarrona inicial, los colombianos cosecharon constantes aplausos. Tres bailarinas salieron a la Plaza con zancos y demostraron sus habilidades en terreno mojado, a pesar de un pequeño traspié que casi complica la presentación.

Después de la danza desde las alturas, los actos circenses sucedieron como una retahíla.

Primero fueron bolas, después bolos; los de Incubaxión demostraron sus habilidades con el malabarismo. Estos actos atrajeron a muchos niños a las cercanías del show, mientras el público pedía el aumento de conos y bolas para los malabares.

"¡Cuatro, cuatro!", gritaba el público. "¡Cinco, cinco!", decían, refiriéndose a la cantidad de objetos que formaban círculos en las manos de los artistas, quienes salieron con traje de payaso.

La emoción fue tan alta que dos de los payasos trajeron del público a una mujer que sirviera como obstáculo entre los malabaristas. Los bolos alzaban vuelo en medio del cuerpo de la mujer, quien intentaba sostener su respiración para no interrumpir el viaje de los malabares.

El circo continuó. Un monociclo arrancó los gritos de la audiencia. Mientras uno de los payasos quedaba estirado en el piso de la plaza, el monociclista saltaba sobre su cuerpo incontables veces.

Apenas y los cuerpos se salvaban de rozarse, lo cual llenó de angustia a todos los presentes que evitaban los helados vientos que golpeaban San José.

Por momentos, los payasos lanzaban gestos que el público no parecía entender, pero las respuestas, cargadas de sonrisas, crearon un ambiente armónico entre artistas y audiencia.

Con un cancionero popular interpretado con tan solo trompetas y tambores, Incubaxión puso a mover a todos. Un adulto mayor no se intimidó ante los ojos de decenas de personas y salió a escena para bailar con la agrupación.

Al cierre del evento, regresó la lluvia pero el público ya estaba sembrado en el hipnotismo de Incubaxión. Nadie se movió más que para asegurar sus paraguas y disfrutar el cierre del espectáculo.

Weymar Quintero, fundador del grupo, se despidió con una frase que sentó muy bien en el público: "cuando llueve, hay abundancia".

Un aplauso arrollador los despidió entre sonrisas, como si la lluvia les hubiera dado más impulso para entregarse durante poco más de una hora.

Incubaxión Teatro se volverá a presentar el sábado 14 de abril a las 12 p. m. en la Plaza de la Cultura.

El día de la clausura del festival, el domingo 15 de abril, los colombianos acabarán sus espectáculos en terreno nacional cuando se presenten en la Feria del Gustico Costarricense, en La Sabana, a las 3 p. m.