La alegría de volver a gozar del Festival Transitarte en San José se ha opacado para muchos artistas y emprendedores costarricenses, quienes soñaban con colocar sus productos en este evento.
Transitarte, un evento cultural que ya lleva 15 ediciones, despliega una serie de conciertos, obras de teatro, apertura de museos y ferias gastronómicas y de productos como pocos otros festivales lo hacen en el país.
Desde el 2019, Transitarte no se realiza. La pandemia había pausado la realización de este apetecido evento y fue en el último trimestre del año pasado que la Municipalidad de San José anunció su retorno, con una convocatoria abierta para toda clase de artistas que desearan participar.
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Este 16 de febrero la Municipalidad de San José dio a conocer que, de 449 participantes, ya se anunciaron los 220 seleccionados, pero que estos escogidos tienen 48 horas para inscribirse y, por tanto, pagar una cuota, la cual asciende a ¢325.000 para quienes deseen tener su puesto en el Parque Nacional (los cupos ya se agotaron a este viernes) y otros precios ¢100.000 hasta ¢250.000 para otros sitios como el Parque Morazán, Parque España, Parque Jardín de la Paz y el Centro Cultural Keylargo.
“Somos muchos los que estamos indignados”, dice Antonieta Gómez, propietaria del emprendimiento Mantudos. Ella pertenece a un grupo de Whatsapp de artesanos y productores que suelen asistir a ferias de este carácter y asegura que el consenso de la mayoría es que se sienten decepcionados por el alto costo de inscripción.
Gómez señala que pagar un monto de ¢325.000 es como el alquiler de un apartamento, una cifra desconsiderada. “Los artistas venimos saliendo de la pandemia, muy afectados. Algunos vienen desde lejos de San José. Es injusto. En el formulario ni siquiera se especificaba el costo. Esta es la primera vez que concursé para ser parte y quedé muy desilusionada”, señala Gómez.
Contraparte
Tatiana Chaves Saray, jefa del departamento de Servicios Culturales a cargo del festival Transitarte, conversó con Viva sobre la situación.
Ella asegura que las cifras solicitadas para el mercado de productos se debe a que en este espacio, al igual que el mercado gastronómico, es autofinanciado. O sea, no tiene presupuesto de la Municipalidad para efectuarse, por lo que se paga con la inversión de los propios emprendedores. Según detalla, desde la tercera edición del Transitarte, estos espacios han sido autofinanciados.
Chaves asegura que ese monto se invierte en el pago de la patente comercial, el uso del espacio público, seguridad privada, alquiler de espacio modular (lo que vendría siendo el toldo, que para este año será elaborado con materiales reciclables y está dentro del costo). Se sumarían los costos que cubren operarios para la apertura y cierre de las paredes de los toldos, seguridad municipal, cabañas sanitarias, publicidad, logística del evento, gestión de permisos y toda la programación artística y de entretenimiento durante el evento.
Según justificó Chaves, “ellos (los emprendedores) venden, entonces van a tener una retribución y un ingreso de su servicio. Hay gente que se le acaba el producto en el segundo día. En el 2019 la feria tuvo 300 mil personas asistiendo durante tres días. Es un evento verdaderamente masivo”.
Otra de las críticas realizadas a la organización es que los preseleccionados fueron anunciados a un mes de realizarse el festival, el cual está pactado para el 17, 18 y 19 de marzo.
“Esto es complicado”, reclama Gómez, propietaria de Mantudos, “porque no todos los emprendedores tienen un stock de productos. Muchos deben preparar su producción. No es sencillo”.
Chaves responde que el atraso en el anuncio de los seleccionados se debió al gran volumen de solicitudes que hubo para participar en el evento, ya que aunque la convocatoria se lanzó para cerrarse el 11 de diciembre se postergó el término para dar cabida a más propuestas. “Hubo un alto volumen de aplicaciones que han de responder a la dinámica de un evento pospandémico”, finalizó Chaves.