‘Felo’ García brinda una hermosa exposición gráfica

Un maestro. El gran artista nacional retorna con una variedad de técnicas

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“El arte va por delante”, dice don Rafael sin ironía, y deja que el cronista vaya primero. Una puerta se abre hacia un abismo privado: una galería de arte que baja entre paisajes y pinturas abstractas. “En realidad, toda pintura es una abstracción porque abstrae, toma una parte de la realidad, la rehace y la pone sobre un lienzo”, dice el artista frente una pintura suya sin nombre y a la que ahora nombra Tsunami .

Por dentro, la casa de Rafael Ángel García Picado (1928) es una cascada de arte: Niágara gentil que se derrama en azules, verdes, blancos, negros. Los cuadros son olas quietas sobre los cielos planos de las telas.

Don Felo diseñó esta casa sobre una ladera que baja a un río. En cada uno de los siete niveles de la vivienda, nos sitian esculturas, recuerdos y muebles. Los ventanales miran a la casa desde unos jardines donde la lluvia cae, vertical, trazando pentagramas de vidrio.

Felo –arquitecto, futbolista y pintor– está aquí, con su casa, en el barrio Escalante de San José, un tanto lejos de Curridabat, donde se ha abierto su más reciente exposición: 22 serigrafías, nueve obras en técnicas mixtas, ocho grabados, un óleo y una escultura de madera.

Piezas de colores. La exhibición se titula Retrospectiva de la obra gráfica de Felo García y la ha organizado la Junta Administradora del Régimen de Mutualidad del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA). García es uno de los fundadores del Colegio.

Don Felo vuelve a la idea inicial:

–El arte va por delante: me guía, pero, al fin, yo trabajo libremente. En la creación no debemos sentarnos a mirar qué hicimos en el día anterior. Mientras una obra se seca, empiezo a hacer otras: dibujos, bocetos... Cambio las técnicas continuamente y a veces vuelvo al mismo tema, pero con otra técnica. La mixta es la que mejor me define.

La nueva exposición lanza una baraja de estilos que el artista ha cultivado. Reaparecen los habituales “tugurios”, como en el tríptico Mañana, tarde, noche (serigrafías, 2010), donde el mismo dibujo se ha coloreado en tres formas distintas.

Los motivos vuelven en otras piezas, como en Geometría urbana (serigrafía, 2009): breves casas se arraciman en cromáticos panales. El único óleo, Después de la lluvia (1994), es un “tugurio” de gran formato. Más “expresionistas” son las serigrafías Nocturno y Vecindario (1996) y Bajo los piuses (1999).

Pese a todo, al artista no le agrada un nombre: “‘Tugurio’ es un término peyorativo que caló porque evita dar más explicaciones. Esos mentados ‘tugurios’ no son de una ciudad en especial; pueden incluir elementos de San José, Medellín, Buenos Aires, Nueva York...".

Dos oficios. Algunas obras evocan colmenares, pero no de hexágonos, sino de cuadrados, como las serigrafías Panal (2008), Ocaso (1999) y Multifamiliar (2004). A su vez, varias serigrafías del 2003 se acercan al diseño que los arquitectos emplean para presagiar sus obras; pero aquí no son proyectos, sino retratos de calles y tendederos alegres, bajo cielos azules, y alguno traviesamente amarillo. En la serie aparecen Vuelta a la derecha, Ensenada verde y Barrio El Carmen.

Escenas de vecindarios pobres se ven en una hermosa serie de grabados en blanco y negro de 1979. En aquella figuran Bajo el puente y La colina . Todos los grabados exhiben el total dominio del dibujo en Rafael Felo García. A propósito...

A fines de los años 50, García expuso pinturas no figurativas: sorprendieron e hicieron expresar a un ignaro: “ Felo García no sabe dibujar”. Él sonríe y contesta:

–Un arquitecto sabe dibujar: es su lenguaje fundamental. Mis trabajos como arquitecto y mis obras artísticas son diferentes, pero no están separadas por completo. Así, la volumetría de la arquitectura está presente en mi pintura. Me he mantenido cerca de la mancha en mi obra plástica y también en la arquitectura. La mancha ha sido mi piedra de despegue.

En una trayectoria artística tan larga, ¿ha dejado atrás alguno de sus estilos?

–No he renunciado a ninguno. Si me preguntan qué hago, respondo: "Lo mismo, pero diferente". Por ejemplo, he conservado mucho de la action painting .

Una alusión a ese estilo –enérgico, sin diseño inicial– es la serie Trama sin nombre (2010), de técnica mixta. Sus nueve piezas viajan del negro al blanco, y ofrecen fondos geométricos trizados por líneas blancas, como agujas impacientes.

Taller de artista. En la planta baja más baja vive el taller del artista. Aquí, todo descansa en orden, esperando que la historia comience a filmar el primer día de la creación.

–Sigo una fuerte disciplina como creador. Si trabajo parejo, pintar un cuadro me toma unas seis horas. A veces pinto sin un dibujo previo, y la pintura me va diciendo: "Por aquí, por allá...". Yo empiezo a armar una exposición con la primera pincelada.

En los años 60, Rafael García integró el costarricense Grupo Ocho: “Todos manteníamos nuestros estilos, que eran muy diferentes. Nos mostrábamos nuestros trabajos para oír opiniones; las críticas eran muy agudas, pero sinceras”, dice.

Otros recuerdos: “El artista costarricense que más me ha dado fue Teodorico Quirós, pese a la gran diferencia de edades. Don Quico tenía la gentileza de invitarme a pintar en el campo en las tardes de los sábados. Él era muy divertido, ácido en la crítica, y a la vez muy exigente con su propia obra".

De vuelta a las alturas –al taller de arquitecto–, don Rafael confiesa: “En este piso vive la arquitectura, pero en los niveles de abajo me espera la pintura: son dos amantes muy celosas, y he debido mantenerlas separadas; si no, no hubiese hecho nada”, y agrega:

–Consulto Internet para mantenerme al día. Siempre encuentro cosas nuevas porque nadie debe mantenerse alejado de su tiempo; lo contrario sería una tragedia para un creador.

Juego de colores. Don Rafael Ángel precisa que sigue ejerciendo la arquitectura, pero menos que antes ya que prefiere dedicar más tiempo a su creación pictórica, a sus grabados, a sus serigrafías. Nos dice:

–El trabajo del arquitecto es difícil porque debe explicar sus ideas a sus clientes, y no siempre es sencillo. Además, los gustos de los esposos y de las esposas son muy distintos. Al fin, pidoa los clientes que me digan qué les disgusta en lo que sería su casa, y añado: “De lo que va a gustarles me encargo yo”.

La arquitectura es ciencia y arte a la vez: una magia racional. “En la arquitectura se mezclan los materiales, el espacio, la luz, los colores, las sombras...”, describe el artista

–¿Cuál ciudad del mundo debemos conocer por su belleza?

–Londres, a la que estoy siempre agradecido. Es una ciudad cosmopolita, llena de distintas facetas. Hay otras ciudades hermosas, y yo llegué a clasificarlas por el aroma.

Don Felo estudió arquitectura en Londres y allí integró el grupo artístico New Vision, clave en el expresionismo abstracto.

“Hoy hago mucho dibujo: obra pequeña, para descansar. Trabajo para disfrutar, no para vender”, añade este enorme artista, quien fue también (¿a qué horas, por Dios!) futbolista profesional durante 16 años: casi una vida sobre el verde de la grama.

–No puedo vivir sin ver el verde. Yo crecí en este barrio. Allá había una poza que se llamaba “La Cristalina”: ¡imagínese! Nos resbalábamos sobre hojas de palmera de Santa Teresita, y estábamos, todo el tiempo, viendo si caía una hoja.

El futbolista Felo García siempre sale a jugar con los colores.