Falleció la rebelde de este y otros mundos, Doris Lessing

Feroz crítica de la condición de la mujer, la autora de una obra compleja y diversa falleció a los 94 años, dejando atrás más de 50 novelas realistas, de ciencia ficción y obras autobiográficas

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Todas las batallas que libró Doris Lessing las transformó en literatura. La autora británica falleció este domingo a los 94 años, tras haber sido, toda su vida, una rebelde.

La ganadora del Premio Nobel de Literatura del 2007 detestaba las etiquetas, pero le endilgaron incontables: escritora feminista, militante comunista y autora de ciencia ficción. Las tres luchas las dio en sus términos y las narró en libros como El cuaderno dorado (1962), Shikasta (1979) y La buena terrorista (1985).

“Su escritura es tensa, sólida, intelectual; más que una narradora apasionante, es una pensadora apasionada”, escribió Rosa Montero en El País , en el 2007. Salman Rushdie la recordó en Twitter, celebrando “su calidez, su mente aguda y su ferocidad”.

Vida viajera. Doris May Tayler nació en 1919 en Irán. Su padre, veterano de guerra, había elegido trabajar allí en el Banco Imperial de Persia. Luego, la familia se mudó a Rodesia del Sur (Zimbabue), donde compraron un terreno y explotaron diversos cultivos. Empero, la finca no dio grandes ganancias para los Tayler.

Desde joven, Doris tomó su vida por las riendas: dejó la escuela a los 14 años y continuó educándose por su cuenta. Su padre soñaba grandes cosas para la familia; su madre intentaba vivir como en Londres, con una intensa vida social que su esposo despreciaba. En medio de ello, la futura escritora conocía la absurda separación entre blancos y negros.

“Estaba en contra del régimen blanco. Había una línea de color absoluta”, contó en The Paris Review . Según Lessing, por esa oposición, era considerada “mala”, una rebelde. “Me convertí en escritora a causa de la frustración, de la manera que creo que muchos escritores hacen”, contó en la revista.

Tuvo dos matrimonios fallidos. El segundo fue con Gottfried Lessing, quien se convirtió en embajador alemán en Uganda y fue asesinado en Uganda durante el régimen de Idi Amin Dada.

Por su oposición a las armas nucleares y al apartheid , fue expulsada de Sudáfrica y de Rodesia. Se mudó a Londres en 1949 y publicó su primera novela, Canta la hierba , en 1950. El libro narra la historia de una mujer blanca y racista que se enfrenta con la degradación moral que corroe la sociedad segregada.

En 1962 publicó El cuaderno dorado , obra compleja y fragmentaria que la catapultó a la fama. Por su feroz crítica de las ataduras sociales que ciñen las vidas de las mujeres y la tensión racial de África colonizada, la novela la convirtió en una destacada figura literaria.

En los años 70, inauguró un nuevo periodo de su narrativa, al adentrarse en la ciencia ficción, o “ficción espacial”, como la llamada. Los libros Memorias de una sobreviviente (1974) y Canopus en Argos (1979-1983) representan esta narrativa que, sin perder su inconformidad con la sociedad, trazaron mundos imaginarios.

Poderío. Cuando se le otorgó el premio Nobel de Literatura, la Academia Sueca describió a Lessing como “una narradora épica de la experiencia femenina que, con escepticismo, ardor y una fuerza visionaria, escruta una civilización dividida”.

Fue la ganadora de mayor edad del Nobel literario, a sus 88 años, y apenas la undécima mujer en obtenerlo. Con el galardón, su tiempo fue ocupado por incesantes citas, entrevistas y llamadas, por lo cual llegó a quejarse de que no le dejaban tiempo para escribir.

“Todo es un camino con eslabones anteriores y posteriores, y los eslabones que ella deja son un gran antecedente para intimar en el mundo femenino, para hablar con las palabras que son y dejar los idealismos de lado”, considera la autora costarricense Dorelia Barahona.

“Ayudó a cambiar la forma en que las mujeres son percibidas y se perciben a sí mismas”, escribió Lisa Alladrice en un sentido obituario en el diario británico The Guardian . Para Alladrice, Lessing tenía un ojo penetrante para describir los grandes problemas de su época, como la revolución sexual de los años 60 y el desastre ecológico.

El sufismo, la corriente mística del islam, también fluye a través de su narrativa y su poesía. El obituario publicado en The New York Times destaca: “Se embarcó en delirantes y, a veces, sofocantes experimentos literarios”.

Doris Lessing aborreció la injusticia, y convirtió sus palabras en una muralla contra sus ataques.