Al reconocido artista Felo García le es difícil hablar sobre sus creaciones y prefiere que sean las obras las que se comuniquen directamente con el espectador.
Una exposición en la Escuela Casa del Artista repasa en diez pinturas una prolífica trayectoria de 60 años con el fin de rendir homenaje a este destacado personaje de la cultura costarricense.
“Esta es una exposición pequeña, pero representativa, pues abarca obras de los períodos más importantes de la vasta carrera artística de Felo”, explicó Rudy Espinoza, curador de la muestra.
La mayoría de las obras pertenecen a la colección personal del artista, quien a sus 82 años sigue produciendo arte.
Camino de pinceladas. Felo García tenía 30 años cuando regresó a Costa Rica luego de graduarse en Arquitectura y Planificación Urbana en la Hammersmith School of Building and Arts deLondres, Inglaterra. Ese mismo año se aventuró a participar en la segunda exposición de arte abstracto que se realizaba en el país, pero ni la crítica ni el público supieron apreciar su propuesta.
“Es muy común que exista rechazo hacia lo desconocido. Al ser una obra no figurativa, en la que los protagonistas son el color, las formas y las texturas, la reacción fue de desprecio. Me dijeron de todo”, recordó el artista.
Obras como Vuelo 1004 e Irazú ilustran el afán por la expresión pura antes que por la representación. Guerrero rojo –también de corte expresionista– azota la mirada con la fuerza de ese color y la espontaneidad de los trazos.
Uno de los temas que más ha poblado los lienzos de García es el del paisaje urbano. Con sus pinturas sobre tugurios –que el prefiere llamar “viviendas de interés social”– el artista se ocupó por primera vez de un tema que siempre fue visto de manera peyorativa.
Las pinturas Patio de tendido, Caserío, Tugurio y el grabado Un largo camino del día hacia la noche plasman la visión de García sobre un tipo de construcción que responde a las necesidades de quienes menos tienen.
“Para mí, estas viviendas son un ejemplo de espontaneidad y creatividad, pues sus habitantes tienen que ingeniárselas para levantar un techo que los resguarde”, opinó.
Otra serie de obras de factura más reciente son el resultado de una inesperada pero emocionante aventura submarina.
“Mi colega Luis Daell me invitó a bucear en playa Mantas y yo nunca lo había hecho. Fue una ‘embarcada’, pero no me arrepiento porque pude ver de cerca el extraordinario paisaje submarino”, comentó el artista. Las pinturas Cardumen, Inmersión y Tsunami son parte de esa serie que se caracteriza por su color y movimiento.
La muestra se exhibe hasta el 30 de julio en la Escuela Casa del Artista, ubicada 25 metros al este y 50 metros al sur de la intersección de Guadalupe.